viernes, junio 30, 2006
Muros
Releo a Kapuscinski y me detengo cuando explica la obsesión de los chinos por levantar en cualquier situación muros de todos los tamaños. La manera de ser china, insiste, el periodista y literato polaco, está amurallada.
Los vascos, en cambio, estamos acostumbrado a saltarlos, o a caminar por el borde... Quizá porque nuestro paisaje está sembrado de muros y cortados.
La fotografía es de Imanol, allá por la sierra de Toloño.
miércoles, junio 28, 2006
Grita el VE
martes, junio 27, 2006
¿Tú defiendes las ballenas?
Qué bonita causa...
Confieso, de antemano: desde que leí Moby Dick, siempre quise arponear una ballena (sí, ya sé que Moby Dick era un cachalote). Me imaginaba erguido en una barca en medio de la mar océana, balanceando el arpón antes de clavarlo en el lomo de la ballena. Y la lucha posterior, la marejadilla de sangre, el peligro de muerte.... ¡Ah! Luego llegaron los cañonazos para matar ballenas y arruinar mi sueño.
Confieso, también, que he pasado lustros sin ilusiones hasta hoy.
I have a dream, que dijo Martin Luther King.
Y mi sueño no es el fútbol.
Hoy inicio la defensa del Vencejo Español (VE), que tiene múltiples ventajas comparativas ante las ballenas.
1. El VE come moscas y mosquitos; la ballena, plancton. Yo siempre defenderé a un animal que me libra de esos insectos asquerosos.
2. La ballena bucea haciendo gárgaras extrañas o quejándose con gemidos hacia dentro; cualquiera puede imitar esos cantos acomplejados de ballena (se me ocurren varios cantantes británicos). El VE grita de lo lindo, es el ruido de la España profunda y veraniega. El Aserejé o el Opá pasan, el grito del VE permanece.
3. La ballena es como Nicole Kidman para mi amigo Simón G., un sueño cada vez más lejano. La ballena más grande es azul, como Nicole Kidman para mi amiga Amaya M. El VE corta el aire a navaja delante de mis narices. ¿Azul?, el cielo (mi amor).
4. La ballena es políticamente correcta. ¡Qué cómodo no arriesgar en el amor, o demostrarlo en gestos de heroísmo televisado con grimpis para que te aplauda gente con camisetas a rayas y sandalias incómodas! El VE, en cambio, te caga en las aceras (e inopinadamente en la camisa) y tiene todos los boletos para convertirse en un portador de la gripe aviar en un par de migraciones más. Ahí se demostrará el amor VErdadero.
5. Y lo mejor: el VE no existe como especie, pero es clavadito al Apus apus, o sea, al vencejo.
P.D.: En la imagen, comida de ballena.
lunes, junio 26, 2006
¿Qué regalar a una pareja que se casa?
Porque se regalan cuberterías de plata que no se usarán nunca, floreros para los alérgicos al polen, figuras de elefantes con la trompa alzada que "dan muy buena suerte", pinchahuevos o cortahuevos (sí, existen), cuadros con un payaso llorón, o con la imagen de una cacería añeja y muchos galgos, la caja con todos los CD de Los Beatles...
Eresfea soluciona ese problema práctico con el regalo perfecto e igualmente inútil para los contrayentes. No importa que sean jóvenes o viejos, hetero u homosexuales, hinchas del Real Madrid o lectores de Dovlátov...; no importa, incluso, que escuchen a Calamaro con delectación. (Ahora se casa cualquiera).
El regalo perfecto es una tortuga carey enorme disecada. Cuanto más grande, mejor. Además de ser original, se matan dos pájaros de un tiro porque se hiere la sensibilidad de las posibles visitas al hogar de los hipócritas ecologistas (son legión).
¡Visualizad el amor de la pareja madurando alrededor de la tortuga seca! ¡Visualizad el espanto de algunas visitas ante la tortuga!
Ya he regalado tres, y dos de ellas aguantan mirando con sus ojos de cristal en un lugar de preferencia del salón. Ni sus propietarios lo comprenden, pero es así. Y que nadie diga que la sacan cuando voy de visita, porque rara vez aparezco en las casas de los recién casados, y, eso sí, cuando lo hago caigo por sorpresa, como Bush Jr. en Irak, dispuesto a comer cualquier pavo de plástico.
¿Y la tercera tortuga? Es ahora un motivo de disputa en la separación de bienes (y males) entre los nones de esta ex pareja. (Porque ahora, también, se descasa cualquiera).
Así empezó la telecaca de los realiti en España
nievesherrero (concepto que no merece mayúsculas ni al comienzo de un texto) posa la mano en la rodilla del padre de una de las víctimas de Alcásser (buscad, buscad en internet...) y pregunta con cara de estatua mortuoria de reina navarra:
"¿qué sientesssss?"
Imagino esa cinta de vídeo en una caja de pino, al lado del Arca de la Alianza de Indiana Jones.
El canibalismo, aunque sea emocional, no está bien visto en las escuelas de periodismo.
Pero también puede ser que me lo imagine, que haya compuesto esa imagen con fragmentos sueltos de mi frágil memoria, que sea un maldito resentido contra el concepto nievesherrero... (nunca contra la persona que hay detrás) y que deba abrir mi mente hacia nuevas formas de periodismo que hacen gozar a las audiencias.
(Imagino esas audiencias algo informes, como las babosas).
Y cuando subo por la montaña con alguien que agoniza, que jadea, que vocaliza (¡aaaaaaaa!) intentando silabear cuando no le ancanza el aire ni para las consonantes, entonces pregunto en memoria del concepto nievesherrero:
"¿qué sientesssss?"
Sin mano en la rodilla ajena.
Suelen escupir sapos y culebras (metafóricamente hablando, se entiende).
Y aún no me han llamado para la televisión.
"¿qué sientesssss?"
Imagino esa cinta de vídeo en una caja de pino, al lado del Arca de la Alianza de Indiana Jones.
El canibalismo, aunque sea emocional, no está bien visto en las escuelas de periodismo.
Pero también puede ser que me lo imagine, que haya compuesto esa imagen con fragmentos sueltos de mi frágil memoria, que sea un maldito resentido contra el concepto nievesherrero... (nunca contra la persona que hay detrás) y que deba abrir mi mente hacia nuevas formas de periodismo que hacen gozar a las audiencias.
(Imagino esas audiencias algo informes, como las babosas).
Y cuando subo por la montaña con alguien que agoniza, que jadea, que vocaliza (¡aaaaaaaa!) intentando silabear cuando no le ancanza el aire ni para las consonantes, entonces pregunto en memoria del concepto nievesherrero:
"¿qué sientesssss?"
Sin mano en la rodilla ajena.
Suelen escupir sapos y culebras (metafóricamente hablando, se entiende).
Y aún no me han llamado para la televisión.
miércoles, junio 21, 2006
Cómo hemos cambiado
El Español, 2/XI/1835
TRIBUNALES
TENENCIA DE VILLA de la cuarta demarcación.
Ante el Sr. Teniente de villa de la cuarta demarcacion compareció en el dia de ayer una muger como de 28 años de edad, no mal parecida, morena y decentemente vestida llamada J.P., acompañada de su marido, de estatura regular y de unos 30 años, y dijo. –Señor: habiendo ido a comprar carne al puesto de M.B. fui de órden de este por unas copas de aguardiente á la taberna, donde vi al marido de M.N. bebiendo con otra muger. Al salir, llevando las copas, me acometió M.N., y dando tantas voces que se juntó gente, me insultó y me trató de p…, y no contenta con esto, buscó á mi marido, que está presente, y le dijo que pusiera enmienda en mi conducta, porque yo traía entretenido á su marido, y que si no ella lo haria, por lo que mi marido me ha dado de golpes, sin motivo, porque yo soy una muger de bien.
Habiendo el Sr. teniente preguntado á un granadero Nacional, moreno, buen mozo, ¿es V. el carnicero? Y contestado que sí, añadió su señoria. –Yo he mandado que cada uno de ustedes viniese acompañado con un hombre bueno.
Entonces la J.P. con algun calor dijo. –Señor, yo dijo que la señora que me dijo p… que me lo haga bueno.
Inmediatamente una muger como de 42 años mal vestida, delgada, con un grande cardenal debajo del párpado inferior del ojo izquierdo, llorando á gritos y suspirando sin interrupción y fuertemente, que era la M.N., dijo –V. ha ido con mi marido á la taberna á beber –J.P. con viveza. –No, no es verdad; ponga V. testigos como yo los pongo: yo he llevado golpes por causa de su mala lengua, y….. –La M.N. llorando y suspirando con mas violencia –Señor, yo soy una pobre infeliz que no tengo mas que lo puesto: á mí me dijeron que la señora estaba con mi marido en la taberna; yo no la conozco sino para servirla. –Señor teniente. –Permitame V. señora, si uno fuese á decir á su marido de V. que andaba V. con otro, ¿qué concepto formaria V.? V. ha hecho muy mal, y….. M.N. llorando y suspirando sin cesar –Señor, hágase V.S. cargo que yo estaba acalorada. –Señor teniente. —No llore V. muger; no tiene V. razon para hacer ese llanto. O V. tenia antecedentes para creer que su marido trataba con otra ó no; si carecia de ellos, como se está viendo, no ha tenido V. motivo para comportarse de esa manera. –M.N.—Sr., yo soy muy desgraciada; mi marido….. –Sr. teniente.—V. podrá ser desgraciada y su marido un bribon, pero V. conoce que ha obrado mal, pues ahora dice que esta señora no es p…. Y antes dijo que sí.. –El marido de la J.P. con la voz reposada.—Señor ¿me permite V. S. que diga dos palabras? –Sr. teniente. –Sí, y aunque sean cincuenta. –Pues señor, el hecho fué este. La señora (señalando a M.N.) fue á mi casa muy sofocada diciéndome que mi mujer entretenia á su marido; y yo quiero que me lo complete. –Señor teniente. –Eso ha sido un efecto de indiscreción, zelosa de…. –M.N. siempre llorando. – Á mi me han dicho que esta señora era p….; yo no tengo el honor de conocerla. –Sr. teniente.— V. es bastante deslenguada y violenta: ahora mismo se está V. consumiendo de rabia; modérese V. en el modo de hablar, ó de lo contrario tomaré providencia. Probablemente V. tendrá la culpa de las distracciones de su marido, pues le molestará demasiado con sus inoportunos celos, y ese carácter violento. –M.N.—Yo no quiero vivir con él. –Sr. teniente.—V. podrá separarse deduciendo su accion en los tribunales; pero ahora no se trata de eso. –El marido de la J.P.—Sr.: yo quiero enterar á V.S. de quien es esta muger. –Sr. teniente.—Todo lo que V. me puede decir lo he concebido ya. Vds., marido y muger, váyanse juntos á vivir como hasta aquí pacífica y honradamente, sin maltratarse ni recordar lo pasado, y sin hacer aprecio de las espresiones de esa muger dichas en un momento de cólera. Y V., M.N., absténgase en lo sucesivo de comportarse de una manera tan escandalosa, guardando el debido miramiento á las personas, pues de lo contrario se tomarán contra V. providencias mas severas. Todos los interesados salieron del tribunal parecer satisfechos, menos la M.N. que iba llozando [sic] y suspirando como habia entrado.
¿Hemos cambiado? Quienes crean que sí pueden ver la televisión en España por las tardes.
TRIBUNALES
TENENCIA DE VILLA de la cuarta demarcación.
Ante el Sr. Teniente de villa de la cuarta demarcacion compareció en el dia de ayer una muger como de 28 años de edad, no mal parecida, morena y decentemente vestida llamada J.P., acompañada de su marido, de estatura regular y de unos 30 años, y dijo. –Señor: habiendo ido a comprar carne al puesto de M.B. fui de órden de este por unas copas de aguardiente á la taberna, donde vi al marido de M.N. bebiendo con otra muger. Al salir, llevando las copas, me acometió M.N., y dando tantas voces que se juntó gente, me insultó y me trató de p…, y no contenta con esto, buscó á mi marido, que está presente, y le dijo que pusiera enmienda en mi conducta, porque yo traía entretenido á su marido, y que si no ella lo haria, por lo que mi marido me ha dado de golpes, sin motivo, porque yo soy una muger de bien.
Habiendo el Sr. teniente preguntado á un granadero Nacional, moreno, buen mozo, ¿es V. el carnicero? Y contestado que sí, añadió su señoria. –Yo he mandado que cada uno de ustedes viniese acompañado con un hombre bueno.
Entonces la J.P. con algun calor dijo. –Señor, yo dijo que la señora que me dijo p… que me lo haga bueno.
Inmediatamente una muger como de 42 años mal vestida, delgada, con un grande cardenal debajo del párpado inferior del ojo izquierdo, llorando á gritos y suspirando sin interrupción y fuertemente, que era la M.N., dijo –V. ha ido con mi marido á la taberna á beber –J.P. con viveza. –No, no es verdad; ponga V. testigos como yo los pongo: yo he llevado golpes por causa de su mala lengua, y….. –La M.N. llorando y suspirando con mas violencia –Señor, yo soy una pobre infeliz que no tengo mas que lo puesto: á mí me dijeron que la señora estaba con mi marido en la taberna; yo no la conozco sino para servirla. –Señor teniente. –Permitame V. señora, si uno fuese á decir á su marido de V. que andaba V. con otro, ¿qué concepto formaria V.? V. ha hecho muy mal, y….. M.N. llorando y suspirando sin cesar –Señor, hágase V.S. cargo que yo estaba acalorada. –Señor teniente. —No llore V. muger; no tiene V. razon para hacer ese llanto. O V. tenia antecedentes para creer que su marido trataba con otra ó no; si carecia de ellos, como se está viendo, no ha tenido V. motivo para comportarse de esa manera. –M.N.—Sr., yo soy muy desgraciada; mi marido….. –Sr. teniente.—V. podrá ser desgraciada y su marido un bribon, pero V. conoce que ha obrado mal, pues ahora dice que esta señora no es p…. Y antes dijo que sí.. –El marido de la J.P. con la voz reposada.—Señor ¿me permite V. S. que diga dos palabras? –Sr. teniente. –Sí, y aunque sean cincuenta. –Pues señor, el hecho fué este. La señora (señalando a M.N.) fue á mi casa muy sofocada diciéndome que mi mujer entretenia á su marido; y yo quiero que me lo complete. –Señor teniente. –Eso ha sido un efecto de indiscreción, zelosa de…. –M.N. siempre llorando. – Á mi me han dicho que esta señora era p….; yo no tengo el honor de conocerla. –Sr. teniente.— V. es bastante deslenguada y violenta: ahora mismo se está V. consumiendo de rabia; modérese V. en el modo de hablar, ó de lo contrario tomaré providencia. Probablemente V. tendrá la culpa de las distracciones de su marido, pues le molestará demasiado con sus inoportunos celos, y ese carácter violento. –M.N.—Yo no quiero vivir con él. –Sr. teniente.—V. podrá separarse deduciendo su accion en los tribunales; pero ahora no se trata de eso. –El marido de la J.P.—Sr.: yo quiero enterar á V.S. de quien es esta muger. –Sr. teniente.—Todo lo que V. me puede decir lo he concebido ya. Vds., marido y muger, váyanse juntos á vivir como hasta aquí pacífica y honradamente, sin maltratarse ni recordar lo pasado, y sin hacer aprecio de las espresiones de esa muger dichas en un momento de cólera. Y V., M.N., absténgase en lo sucesivo de comportarse de una manera tan escandalosa, guardando el debido miramiento á las personas, pues de lo contrario se tomarán contra V. providencias mas severas. Todos los interesados salieron del tribunal parecer satisfechos, menos la M.N. que iba llozando [sic] y suspirando como habia entrado.
¿Hemos cambiado? Quienes crean que sí pueden ver la televisión en España por las tardes.
miércoles, junio 14, 2006
Secuelas de la Última Cena
Ya está bien. ¿Se puede confundir a un Juan con una Magdalena? En estos tiempos que corren (y se resbalan) sí. Y aceitaré más el asunto con dos imágenes y una historia.
La primera imagen tiene que ver con el agradecimiento al sentido del humor, y viaja en internet.
La segunda. Oteiza ya esculpió trece apóstoles hace años. Y, sin revuelo internacional, forman un friso en el Santuario de Aránzazu (Guipúzcoa profunda). El asunto tiene miga o, mejor dicho, piedra...
Antonio me cuenta la historia real.
En Callosa de Segura tienen a Perico El Pintor, quien pintó al Santo Patrón en una puerta (investiguen en el santoral). Una vez Perico tuvo el encargo de pintar la Última Cena y todos los rostros resultaron familiares, pero un listillo -que también hay en los pueblos- dijo:
-Pero Perico, ¡hombre!, ha pintado usted trece apóstoles.
A lo que Perico respondió:
-¿No te das cuenta de que ése de la esquina está terminando ya y se va?
Yo también me voy.
martes, junio 13, 2006
Más ventajas de la luz intensa
lunes, junio 12, 2006
Ventajas de la luz intensa
viernes, junio 09, 2006
Carteles
Releíbles (7, creo): Libros de viajes que no son libros de viajes
Viaje a Oxiana, de Robert Byron.
Oxiana es ese espacio antiguo entre el actual Afganistán, algo de Pakistán, algo de Irán; y Robert..., bueno, Robert es inglés.
En Siberia, de Colin Thubron.
Siberia es enorme, y Colin, inglés.
Los anillos de Saturno, de Sebald.
El viaje a pie por el sur de Inglaterra es un también un viaje en círculos concéntricos por la realidad. Sebald era alemán, pero vivía en Inglaterra.
El Danubio, de Claudio Magris.
Claudio era un italiano fronterizo, ahora es un italiano fronterizo y viudo; el recorrido del Danubio discurre por la filosofía, la historia, el arte, las andanzas de media Europa...
Viajes con Heródoto, del conspicuo Kapuscinski. Acabo de leerlo hace unos días, y ya estoy releyéndolo con fruición.
P.D.: El de la foto es Javier, que tiene un piolet de madera y mira los Pirineos. Otro viaje.
miércoles, junio 07, 2006
Ayer, Madrid
Cada visita a Madrid acentúa mi capacidad de atención en los detalles.
La penúltima, por ejemplo, fue hace casi un año. A las ocho de la mañana, vagaba soñoliento por el Madrid de los Austrias después de un viaje trasantlántico. Me llamaron la atención el calor matinal, el ruido de los vencejos gritando y las miradas de los abundantes hombres jóvenes. Luego me enteré de que la víspera, y la noche, había sido el día del orgullo gay madrileño (o como se diga).
Ayer fue la última visita, de momento. Esta vez el viaje fue continental, que así se llama la empresa de autobuses. Lo más notable fue que la mayoría absoluta para ir, y para volver (a San Sebastián) eran americanos. Al volver, una mujer (con aspecto de india peruana) decía a su nena (con aspecto de indita peruana) refiriéndose a su papá (con aspecto de indio peruano): "Aita".
Un mejicano de nombre Aris y con 32 años daba lecciones de amor (más bien de desamor) al clásico joven vasco, cortadillo para esas cosas.
(Ya se sabe, los vascos tenemos un gran mundo interior, además de ser mejores bailarines que los brasileños).
En el vídeo del autobús proyectaban El príncipe de Zamunda (¿o Zamundia?), la de Eddie Murphy, y yo terminaba de leer el último libro de Kapuscinski. Excelente.
Con saludos especiales para Lucía y Gonzalo.
lunes, junio 05, 2006
Truchas
Te quiero mucho,
como la trucha al trucho.
Algo trucho o una cosa trucha es algo bien diferente en Montevideo o en Pamplona, o en Bilbao (Daniel, Hugo y Ana, gracias por la explicación).
Este fin de semana lo iba a pasar en una playa del Caribe, pero al final me fui a los Pirineos. Allí me sorprendió encontrar un grupo de ocho pescadores de truchas (siete hombres, una mujer) que habían reservado plaza en el refugio Respumoso, a 2.200 metros sobre el nivel del mar, que habían subido hasta allá a patita para pescar. Con lombriz o con cucharilla, me confesó el más joven. Eran aragoneses, muy majos, y "el más tonto" (coincidieron siete de ocho) pescó la única trucha grande, ésa que se tragó el cebo y se durmió, ésa que el "el más tonto" se llevó a casa. Los demás pescaron truchas entretenidas, de unos veinte centímetros.
Cuando Javier y yo bajábamos de las montañas, nos preguntamos cómo o por qué subían hasta allá para pescar. Y entonces comprendimos que, al menos, ellos podían bajar peces. Nosotros subíamos más alto a cambio de nada. Al menos aparentemente.
viernes, junio 02, 2006
UCI o UVI blogera
Unidad de Cuidados Intensivos, Unidad de Vigilancia Intensiva.
Hay tres blogs entre mis recomendados que no prometen días mejores. Huanakauri libre ha optado por una extinción lenta, melancólica, algo desencantada. Pienso en aquel viejecito portugués que murió de amor. (Se murió su señora y él se extinguió irremisiblemente. Los médicos no le encontraron enfermedad alguna). El chico del video ha sido expulsado de su medio natural después de tantos meses de observación como francotirador privilegiado desde una de las mejores atalayas posibles. La Coca ha sido envenenada por un bloger-agujero negro que la ha elegido como diana de su furia.
Afortunadamente, dicen que cuando se cierran tres puertas se pone en marcha una moto Vespa. ¡Y vespana lleva muchos kilómetros!
jueves, junio 01, 2006
Cazador cazado
Cazador fotográfico. Buscad tres siluetas que recorren el cresterío del Balerdi (cuesta un poco). Fijaos en la cruz (cuesta menos). Ahí estuvo sentada Lucía B. ¿Sabes, Lucía, que robaron el cuadernito de la cima guardado en el buzón tambor?
Me cazó Imanol.