Subí con mi padre un día de verano. Sol.
Subí con
Fefi un día de verano. Nubes.
Patxi y yo renunciamos a subir un día de invierno. Nieve y viento gélido.
Dentro de ocho días subirá un grupo de montañeros comandado por
Patxi, ese sherpa del paisaje guipuzcoano.
Mi ánimo, desde lejos. Especialmente para
Javi, que renunció a subir el día de verano con nubes.
Vengo a decir que vengo.
ResponderEliminarAsí, como se ve en las imágenes, parece que en verano fluye el ascenso y en invierno cuesta.
ResponderEliminarAdemás de lirios, yo también encontré allí Edelweis al final de un verano.
ResponderEliminarEl otro yo: el frío paraliza, y la niebla impide la visibilidad.
ResponderEliminarAnónimo: muy interesante. El lugar donde más edelweis he visto es en Ordesa, en el tramo que asciende a la izquierda de la Cola de Caballo, donde se separan los caminos que van a Góriz (uno) y a la Senda de los Cazadores (el otro).
Las imágenes me dan nostalgia. Mucha nostalgia.
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