Hay barbaries grandes y pequeñas. También la pequeñas duelen.
La cumbre del Txindoki ha sufrido el vandalismo de algún imbécil. Se han llevado la figura que veis en la fotografía.
(La noticia se publicó ayer en
El Diario Vasco).
No es algo casual, hace poco más de una semana vi el buzón de Artzanburu arrancado de su cima. Es una casita de hormigón con una rana de hierro atornillada en su interior. Había que esforrrrrzarse para arrancarla y tirarla a un par de metros. También nos costó a
Christine, a
María y a mí recolocarla.
P.D.:
Patxi llega a la cima de Txindoki (diciembre de 2006).
Qué facil es ser un vándalo imbécil.
ResponderEliminarSi el fenómeno se repite, ¿no será obra de alguno de esos montañeros que quieren quitar todos los elementos de las cumbres? ¿Han desaparecido cruces?
ResponderEliminarVí la noticia en el DV y me acordé de tí y de la foto de tus datos personales. Supongo que no etiquetas la entrada como "mala baba" porque ya has sufrido demasiada últimamente, pero yo hago mío un trozo de conversación, de una película de acción, que decía algo así:
ResponderEliminar"Dejadnos sólos en la sala y traedme una mesa con cajón. Sólo necesito eso y sus huevXX para escarmentarles".
Te han raptado, malditos bárbaros.
ResponderEliminarQueda Patxi, como se ve en la fotografía, pero él también está ausente en las montañas. Explica su ausencia con dos palabras: "barbecho biológico".
ResponderEliminarEresfea, esta mañana he subido al Urdaburu (highest point del territorio donostiarra, y yo sin pisarlo todavía) y me he alegrado al encontrar en la cumbre un papelote atrapado debajo de una piedra. Estaba fechado el 26 de octubre de 2008 y decía lo siguiente:
ResponderEliminar"Pagoeta mendi elkartea.
Barkatu, baina tarjeta etxean utzi dut. Elkartera eramango dut. Urdaburura joan garenok hauek gara:
Amaia Alkain, M.Carmen Olasagasti, Maite Aiertza, Marijo Aiertza, Marian Lamata".
Las notas de las cimas son poemas.
ResponderEliminar¿Ya no hay, tampoco, buzón en Urdaburu?
(Ese alpino tramo final, je, je...).
En la cima de Urdaburu hay muchas cosas, Josean: un viejo mojón de piedra (creo que marca el límite entre San Sebastián, Hernani y Rentería), un cilindro de hormigón (señal geodésica), una cruz de hierro, un pequeño buzón metalico (yo no he conseguido abrirlo), un par de placas de clubes montañeros y una escultura con ese logo chillidiano de la amnistía.
ResponderEliminarEl tramo final es precioso, con esa trepada por el hocico pétreo del cerdo. Urdaburu: cabeza de cerdo. Toma poesía.
Es una pena que haya personas que quieran arrancar patrimonios de las montañas. Siempre hay graciosos. Acá, como tú sabes, están los que queman los contenedores de basura. Ayer mi vecino echó cenizas sin darse cuenta... El expresidiario sigue pintando "Dios te bendiga", y ésa es otra historia.
ResponderEliminar¡La imagen de ese buzón está quemado en mi mente! Después de intentar en vano describirlo, comencé a sospechar que sería algo de alguna de tus aventuras...
ResponderEliminar¡Anja, qué gusto encontrarte en esta cima del Txindoki!
ResponderEliminarMinerva, es que les das una brocha y se crecen...
Ander, tengo una foto con barba en esa cima que no tiene desperdicio... A ver si me acuerdo de mandártela para que te rías.
Recordatorio: envíame esa foto de Urdaburu, en los dos sentidos.
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