Una señora saluda a la amiga de mi madre, las tres mujeres charlan en la calle.
-Ya me he enterado -dice la señora-, ¡qué suerte tu hijo, tan joven y ya juez!
-Suerte no, trabajo -responde la señora cortante.
Mi madre se queda callada.
Unas calles de paseo después, la madre del juez le dice a mi madre.
-Estoy harta de que me digan lo de la suerte. ¿Suerte? Mi hijo no ha tenido la juventud de un joven normal. Primero la carrera y el trabajo, después tres años encerrado, estudiando como un monje. No sabes qué rabia me da cuando hablan de suerte.
P.D.: ¿Ves, mamá?, ¡cuántos enojos te he evitado yo con mi juventud disipada/al pedo!
La suerte a veces también tiene algo que ver, algo así como estar en el lugar correcto a la hora precisa. Lo de la X es porque bueno, la intención no es despellejar a ningún racista, digo, periodista.
ResponderEliminarAbrazo
Jeje. Voy en camino...
ResponderEliminarAunque no esté reconocido por la R.A.E.,hay veces que "suerte" y "envidia" son sinónimos; pero no la envidia sana sino la otra, la mala, la verde.
ResponderEliminar¡Genial tu post! Y, además, tu madre nunca aceptará tu empatía. Saludos.
ResponderEliminarMe encanta la posdata, jijiji :D
ResponderEliminarCuando estábamos por dar los exámenes finales de sexto de liceo, unas compañeras le imploraron al director del liceo que él nos deseara suerte. Él respondía (en alemán): "la suerte es para los ignorantes; nosotros deseamos éxito". En la despedida de fin de año, nos deseó (en español) "mucha suerte para todos".
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