jueves, abril 30, 2009
Gorileando
Espero que disfrutéis conmigo de esta viñeta que me encontré en La Vanguardia, en la sección "Vivir", el martes 28 de abril.
(Me sentí identificado con los dos personajes).
miércoles, abril 29, 2009
Para el urbanita, la clave es la posibilidad
¡Puedo conocer más gente diferente! (Y no la conoces, o no es tan diferente). ¡Puedo ir al teatro! (Y no vas). ¡Puedo ir al cine! (Y no vas). ¡Puedo hacer deporte en unas instalaciones deportivas de puturrú de foie. (Y no haces). Puedo ir a la gran superficie comercial a comprar donde hay de todo. (¡Eeeeeeso sí!, ahí sí que vas. Y compras, pero poco, porque descubres que no puedes gastar tanto como quisieras, ¡maldita sea!). ¡Puedo comunicarme con todo el mundo! (Móvil, Chat, Facebook…), ¡y creo que comunico loquellevodentro!
DIGRESIÓN: ¿alguien se creyó alguna vez a los traductores de las señales de humo?
Y cuando ves un hospital piensas que ahí es donde puedes curarte si enfermas.
Yo, perdonad que os diga esto en pleno júbilo primaveral, cuando veo un hospital, pienso que tengo muchas posibilidades de morir en un lugar como ése, quizá tantas como tú.
P.D.: La fotografía es de Pilar, y de los huevos en un nido de verdecillo (cuatro posibilidades). Gracias Pilar, qué grande el macro.
martes, abril 28, 2009
La Sirenita
La anciana lloraba en las cabinas de la piscina. Se acababa de vestir con mucho esfuerzo y estaba sentada en la banqueta corrida. El llanto se disimulaba un poco con el pelo y el rostro aún húmedo, y con los párpados enrojecidos por el efecto de las gafas de natación y la respiración agitada. Era ésa que nadaba siempre sola, ésa a la que algunos llaman en el club, con recochineo, La Sirenita.
Mi madre se acercó.
-¿Qué le pasa, ha perdido a alguien?
Mi madre pensaba en alguna muerte cercana.
-No, no…, que ya no voy a poder venir más. Que ya no puedo…
La anciana veía su fin como nadadora, por mucho que se esforzara.
-Pero, ¿cómo no va a poder…? ¿Ha estado enferma? Seguro que por eso ahora nadar le cuesta un poco más.
-No, no, hace un mes que sufro mucho. Que lucho sin conseguir nada. Y me digo: a ver si mañana… Pero no hay mañana. Ya no puedo nadar como antes, me duele todo el cuerpo, me cuesta muchísimo esfuerzo y no puedo nadar como antes.
(Antes: dos meses).
-Ánimo, mujer, verá como poco a poco...
-No, poco a poco no –dijo la anciana con dulzura y una especie de serena clarividencia-. Es como una escalera de bajada. Cuando se bajan algunos peldaños, no se vuelven a subir.
-Pero usted no tiene que obligarse por eso, tiene que pensar en que nadar le hace feliz, que disfruta, y que además le permite demostrar que está por encima de tanto... Fíjese qué bien: puede venir a nadar con... ¿Cuántos años tiene?
-85.
Mi madre se sentó a su lado y la abrazó espontáneamente. La anciana se calmó un poco. Dicen que quienes se esfuerzan a menudo segregan endorfinas o no sé qué. El caso es que se acostumbran al deporte, el esfuerzo físico forma parte de ellos, y un bajón les perjudica mucho. Obsesiones de los veinte, de los treinta, de los cuarenta… Es difícil para un deportista reconocer que ha bajado un escalón en su estado de forma, porque sabe muy bien cuál era ese estado de forma, porque tiene muy claro cuánto le costó alcanzar ese nivel; y si sabe que nunca lo podrá recuperar…, ¡qué pérdida!
La anciana lloraba por la tristeza de una pérdida que su voluntad ya no podía enfrentar. Y, con una inusitada dignidad y cariño, susurraba a mi madre al oído:
-Gracias, gracias.
A la memoria de Antonio Pereira (1923-2009), un cuentista que murió el sábado. No tuve la oportunidad de conocerlo en persona, pero lo conocí en cuentos.
Gracias.
Mi madre se acercó.
-¿Qué le pasa, ha perdido a alguien?
Mi madre pensaba en alguna muerte cercana.
-No, no…, que ya no voy a poder venir más. Que ya no puedo…
La anciana veía su fin como nadadora, por mucho que se esforzara.
-Pero, ¿cómo no va a poder…? ¿Ha estado enferma? Seguro que por eso ahora nadar le cuesta un poco más.
-No, no, hace un mes que sufro mucho. Que lucho sin conseguir nada. Y me digo: a ver si mañana… Pero no hay mañana. Ya no puedo nadar como antes, me duele todo el cuerpo, me cuesta muchísimo esfuerzo y no puedo nadar como antes.
(Antes: dos meses).
-Ánimo, mujer, verá como poco a poco...
-No, poco a poco no –dijo la anciana con dulzura y una especie de serena clarividencia-. Es como una escalera de bajada. Cuando se bajan algunos peldaños, no se vuelven a subir.
-Pero usted no tiene que obligarse por eso, tiene que pensar en que nadar le hace feliz, que disfruta, y que además le permite demostrar que está por encima de tanto... Fíjese qué bien: puede venir a nadar con... ¿Cuántos años tiene?
-85.
Mi madre se sentó a su lado y la abrazó espontáneamente. La anciana se calmó un poco. Dicen que quienes se esfuerzan a menudo segregan endorfinas o no sé qué. El caso es que se acostumbran al deporte, el esfuerzo físico forma parte de ellos, y un bajón les perjudica mucho. Obsesiones de los veinte, de los treinta, de los cuarenta… Es difícil para un deportista reconocer que ha bajado un escalón en su estado de forma, porque sabe muy bien cuál era ese estado de forma, porque tiene muy claro cuánto le costó alcanzar ese nivel; y si sabe que nunca lo podrá recuperar…, ¡qué pérdida!
La anciana lloraba por la tristeza de una pérdida que su voluntad ya no podía enfrentar. Y, con una inusitada dignidad y cariño, susurraba a mi madre al oído:
-Gracias, gracias.
A la memoria de Antonio Pereira (1923-2009), un cuentista que murió el sábado. No tuve la oportunidad de conocerlo en persona, pero lo conocí en cuentos.
Gracias.
miércoles, abril 22, 2009
Desconfía de la gente que dice (o escribe) “sinceramente”
Opciones:
-Es un personaje (no persona) de otro siglo.
-Está a punto de mentirte.
-Está acostumbrado a mentirte y ese día llega la excepción: un arranque de sinceridad que merece la pena remarcar.
-Está acostumbrado a decirte la verdad y te va a colocar una mentira piadosa.
-Es un personaje (no persona) de otro siglo.
-Está a punto de mentirte.
-Está acostumbrado a mentirte y ese día llega la excepción: un arranque de sinceridad que merece la pena remarcar.
-Está acostumbrado a decirte la verdad y te va a colocar una mentira piadosa.
lunes, abril 20, 2009
Cresterío de Satrústegui
Llegada a Satrústegui. Al fondo, San Donato, mitad del camino recorrido.
Crestea que te crestea.
El domingo pasado, Asun, Christine, Pilar, Susana, Álvaro, Ángel, Patxi y yo ascendimos poco más de mil metros de desnivel desde Huarte a San Donato (1.492), para, desde allí, iniciar el verdadero objetivo del día: la cresta de la sierra de Satrústegui, con su cima homónima (1.139) y final en Txurregi (1.125).
Patxi y Susana alcanzan la meta en Txurregi.
La mayor parte de la ruta se debe a las cuatro ovejas dispersas que triscan las hierbas, y a la evidencia de un barranco que impide equivocarse: siempre al borde, siempre al borde… A cambio del esfuerzo por la inclinación continua que fuerza los tobillos y por los pasos confusos o cerrados por el boj, disfrutamos el premio de unas vistas únicas y esa sensación aérea de dominio (dominio de uno mismo, más que nada).
Nos costó siete horas y media llegar a Urritzola, satisfechos.
Rampa abajo en Txurregi.
Crestea que te crestea.
El domingo pasado, Asun, Christine, Pilar, Susana, Álvaro, Ángel, Patxi y yo ascendimos poco más de mil metros de desnivel desde Huarte a San Donato (1.492), para, desde allí, iniciar el verdadero objetivo del día: la cresta de la sierra de Satrústegui, con su cima homónima (1.139) y final en Txurregi (1.125).
Patxi y Susana alcanzan la meta en Txurregi.
La mayor parte de la ruta se debe a las cuatro ovejas dispersas que triscan las hierbas, y a la evidencia de un barranco que impide equivocarse: siempre al borde, siempre al borde… A cambio del esfuerzo por la inclinación continua que fuerza los tobillos y por los pasos confusos o cerrados por el boj, disfrutamos el premio de unas vistas únicas y esa sensación aérea de dominio (dominio de uno mismo, más que nada).
Nos costó siete horas y media llegar a Urritzola, satisfechos.
Rampa abajo en Txurregi.
sábado, abril 18, 2009
La lógica interna de los juegos
Ayer, viernes, di una batida en busca de nidos. En los alrededores de la Policlínica (San Sebastián), debía de dar un poco de pena zarceando mientras la gente caminaba, corría o paseaba con los perros por las pistas en medio del bosque. Una chica se paró en la pista y me dijo:
-¿Es la primera vez que vienes por aquí?
Le dije la verdad:
-No, no, conozco esto. Estoy buscando nidos.
-Ah…
Y se fue.
No estoy tan loco como la gente cree. Me había puesto condiciones, como si fuera un juego infantil: no valen nidos por encima del metro y medio, no valen nidos de acceso complicado. Encontré dos nidos de malviz y cuatro de mirlo.
P.D.: En la fotografía, nido de mirlo con tres huevos.
A vascos no nos gana nadie: Geografía y números
¿Cuántas son las provincias vascas? Son 7, 6, 4 y 3. Es confuso, lo sé. Intentaré explicarlo con una cuenta atrás y orden alfabético.
Siete
Álava, Baja Navarra, Guipúzcoa, Lapurdi, Navarra, Vizcaya y Zuberoa. “Zazpiak bat”, las siete una. Las 7 provincias vascas nunca formaron una entidad, un territorio único y unido, más allá del deseo. Pero el deseo nos basta a los vascos (y a medio mundo en su mismidad), a esa entidad se llama Euskal Herria, y tiene su manifestación ejemplar en:
-los informes meteorológicos de la EITB, la televisión autonómica de las tres provincias vascas (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya);
-un mapa viejo.
Seis
En el imaginario de muchos vascos las provincias vascas eran 7. En ésas, pasó como con el escudo de Guipúzcoa, un día nos escamotearon una provincia. Los que sumaban 7 empezaron a contar 6. ¿Cuál desapereció? Otro ejemplo de la excelencia del cálculo entre nosotros, los vascos: todo depende de quién cuenta (matemática y narrativamente).
Cuatro
Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya. No cuentan las 2 ó 3 provincias vascas de Francia, Iparralde. En España son 3 ó 4, de nuevo según quién lo dice. Es confuso, por ejemplo si se ve el vacío rojo del escudo del Gobierno Vasco(autonomía en el Estado), que prescinde de los franceses, pero queda a la espera de incorporar Navarra. Sería tan fácil como colocar las cadenas sobre ese fondo rojo del escudo. Así que, según ese escudo, Navarra es una provincia vasca en espera, y así suman 4.
Tres
Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. El espacio geográfico de la Realpolitik nacionalista vasca, en el cual se celebraron elecciones el pasado 1 de marzo.
P.D.: Reconozco la existencia de otro marco geográfico avalado por la teoría y práctica de una entidad centenaria definidora de lo vasco como el Athletic de Bilbao, que suma 8 provincias (¡cuenta con La Rioja!).
P.D.: Todo esto es un homenaje mal disimulado a Simón G., uruguayo con vocación de islandés, que tantas veces me ha pedido explicaciones a propósito de lo vasco, y a quien tantas veces le propuse una respuesta más sencilla; por ejemplo: la Santísima Trinidad.
Siete
Álava, Baja Navarra, Guipúzcoa, Lapurdi, Navarra, Vizcaya y Zuberoa. “Zazpiak bat”, las siete una. Las 7 provincias vascas nunca formaron una entidad, un territorio único y unido, más allá del deseo. Pero el deseo nos basta a los vascos (y a medio mundo en su mismidad), a esa entidad se llama Euskal Herria, y tiene su manifestación ejemplar en:
-los informes meteorológicos de la EITB, la televisión autonómica de las tres provincias vascas (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya);
-un mapa viejo.
Seis
En el imaginario de muchos vascos las provincias vascas eran 7. En ésas, pasó como con el escudo de Guipúzcoa, un día nos escamotearon una provincia. Los que sumaban 7 empezaron a contar 6. ¿Cuál desapereció? Otro ejemplo de la excelencia del cálculo entre nosotros, los vascos: todo depende de quién cuenta (matemática y narrativamente).
Cuatro
Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya. No cuentan las 2 ó 3 provincias vascas de Francia, Iparralde. En España son 3 ó 4, de nuevo según quién lo dice. Es confuso, por ejemplo si se ve el vacío rojo del escudo del Gobierno Vasco(autonomía en el Estado), que prescinde de los franceses, pero queda a la espera de incorporar Navarra. Sería tan fácil como colocar las cadenas sobre ese fondo rojo del escudo. Así que, según ese escudo, Navarra es una provincia vasca en espera, y así suman 4.
Tres
Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. El espacio geográfico de la Realpolitik nacionalista vasca, en el cual se celebraron elecciones el pasado 1 de marzo.
P.D.: Reconozco la existencia de otro marco geográfico avalado por la teoría y práctica de una entidad centenaria definidora de lo vasco como el Athletic de Bilbao, que suma 8 provincias (¡cuenta con La Rioja!).
P.D.: Todo esto es un homenaje mal disimulado a Simón G., uruguayo con vocación de islandés, que tantas veces me ha pedido explicaciones a propósito de lo vasco, y a quien tantas veces le propuse una respuesta más sencilla; por ejemplo: la Santísima Trinidad.
miércoles, abril 15, 2009
Tobogán montañero (para leer con calculadora en mano)
Patxi y Julen en ascenso ante la Llanada Alavesa.
Ángel baja a lo suelto de Aratz. Al fondo, Aralar.
Christine en primera línea, casi cima de Aizkorri. Aratz al fondo.
Perfiles de Asun e Imanol C. en San Adrián.
Asun, Christine, Ángel, Imanol C., Julen, Patxi y yo dedicamos el lunes de Pascua al sube y baja, y sube y…
Desde Araia (608) ascendimos a Aratz (1.443). De Aratz bajamos a Elurzuloak o Los Neveros (1.431), a la fuente de Ezkaratza y a la calzada medieval. Antes de llegar a la cueva túnel de San Adrián, desde los 1.028, y tras un tira y afloja con apariencia democrática, decidimos subir a Aizkorri (1.528). Seguimos los metódicos pasos de Julen. Subimos.
Luego bajamos, atravesamos San Adrián y seguimos bajando hasta Otzaurte (671).
Aviso para los montañeros: en la cima de Aizkorri, la fuente del depósito guarda agua corrompida. Llegamos a esa conclusión porque el agua olía a podrido a distancia, aunque antes de olerla, con las prisas, Ángel (que ha hecho cursos de cata) le dio un buen (mal) trago.
P.D.: La morcilla de Otzaurte es para hacer la ola.
P.D.2: Ha muerto un montañero en las Malloas. DEP.
P.D.3: Las fotografías merecen un clic.
Ángel baja a lo suelto de Aratz. Al fondo, Aralar.
Christine en primera línea, casi cima de Aizkorri. Aratz al fondo.
Perfiles de Asun e Imanol C. en San Adrián.
Asun, Christine, Ángel, Imanol C., Julen, Patxi y yo dedicamos el lunes de Pascua al sube y baja, y sube y…
Desde Araia (608) ascendimos a Aratz (1.443). De Aratz bajamos a Elurzuloak o Los Neveros (1.431), a la fuente de Ezkaratza y a la calzada medieval. Antes de llegar a la cueva túnel de San Adrián, desde los 1.028, y tras un tira y afloja con apariencia democrática, decidimos subir a Aizkorri (1.528). Seguimos los metódicos pasos de Julen. Subimos.
Luego bajamos, atravesamos San Adrián y seguimos bajando hasta Otzaurte (671).
Aviso para los montañeros: en la cima de Aizkorri, la fuente del depósito guarda agua corrompida. Llegamos a esa conclusión porque el agua olía a podrido a distancia, aunque antes de olerla, con las prisas, Ángel (que ha hecho cursos de cata) le dio un buen (mal) trago.
P.D.: La morcilla de Otzaurte es para hacer la ola.
P.D.2: Ha muerto un montañero en las Malloas. DEP.
P.D.3: Las fotografías merecen un clic.
domingo, abril 12, 2009
Mirlo en nido
Sé que puedo volverme bizco. No es bueno ir con un ojo a ras de suelo, atento a las setas de primavera, y con otro que barre entre el metro y los tres de altura, atento a los primeros nidos de la primavera.
No lo puedo evitar. Aprendí a buscar nidos con mi padre.
En ese aprendizaje hay varios hitos: el primer nido de oropéndola, el primer nido de halcón, el primer nido que encuentro yo solo… Pero el día mágico fue cuando un mirlo soportó las caricias de mi padre y las mías sin levantar el vuelo del nido.
-Debe de tener los pollitos recién nacidos –me dijo mi padre.
Todavía sé en qué lugar crecía el tojo que aguantaba aquel nido. Aunque ya no queda ni el camino donde crecía el tojo. Las cosas han cambiado mucho en 33 años. Ayer salí a buscar nidos por los montes de San Sebastián. Ahora un padre lo tendría complicado. Vi nidos demasiado altos para aupar a un niño, nidos aún sin huevos, un nido con la culebra que se acabada de dar una merienda. Y vi el nido de mirlo de la foto. Saqué la cámara y fui haciendo fotos a medida que me acercaba.
Miro la fotografía y sé que el mérito no es del fotógrafo bizco. Se lo debo a mi padre y al aguante de ese mirlo hembra. Mi cámara no es gran cosa, la foto está tomada a medio metro. Luego el mirlo voló. En el nido guardaba cuatro huevos.
sábado, abril 11, 2009
lunes, abril 06, 2009
Afganistán (pudiendo y no)
Hace años los españoles fuimos (en realidad fueron los soldados profesionales) a Irak. Foto en Azores. Falso peligro atómico futuro. Bush malo. (¡Eso no se toca, niño!, ¡caca, caca!).
Ahora, anuncian que iremos (otra vez irán soldados profesionales) a Afganistán, donde, por otra parte, ya estamos en misión de paz. Y luego dicen que España ha perdido la fe. ¡Es el resurgir de las misiones en tierras de infieles! ¡Paz a vosotros!
(Apunte: ¿por qué no mandan actores o cantantes a las misiones de paz? Yo propongo a Drexler: es uruguayo, está a favor de la paz, y, en caso de urgencia, también es médico. Y la despedida de Leonor Watling en el aeropuerto sería tan emotiva… También nomino a Calamaro, su comandante delapartedeadelante.
Eresfea, me dirán, ¿qué es eso de mandar sudamericanos a la guerra, perdón, a la misión de paz en Afganistán? Y... A mí me gustaría saber cuántos españoles en trance de adopción nacional viajan a las misiones de paz.
Está bien, lo reconozco, también mandaría a Sabina.
Y al ganador de OT que está por venir.
Secretamente, cuento con que los EEUU envíen los restos vivientes de Dylan).
O sea, vamos (de nuevo van los soldados profesionales). Y como ellos van, nosotros seremos más pacifistas que antes. Ahora no recuerdo cuántos soldados profesionales más pacifistas que antes.
Y foto en Londres. Y verdaderos campos de entrenamiento de terroristas. Y Obama bueno. (¡Niño!, ¡dale un beso al tío Obama, padrino de la humanidad!).
¿Hizo falta entonces? (Ir, se entiende).
¿Hace falta ahora? (Ir, se entiende).
Porque, como decía José Mota (que lo fichen ya como estratega en Afganistán), pudiendo y no… No es por no ir, pero ir pa ná es tontería.
Ahora, anuncian que iremos (otra vez irán soldados profesionales) a Afganistán, donde, por otra parte, ya estamos en misión de paz. Y luego dicen que España ha perdido la fe. ¡Es el resurgir de las misiones en tierras de infieles! ¡Paz a vosotros!
(Apunte: ¿por qué no mandan actores o cantantes a las misiones de paz? Yo propongo a Drexler: es uruguayo, está a favor de la paz, y, en caso de urgencia, también es médico. Y la despedida de Leonor Watling en el aeropuerto sería tan emotiva… También nomino a Calamaro, su comandante delapartedeadelante.
Eresfea, me dirán, ¿qué es eso de mandar sudamericanos a la guerra, perdón, a la misión de paz en Afganistán? Y... A mí me gustaría saber cuántos españoles en trance de adopción nacional viajan a las misiones de paz.
Está bien, lo reconozco, también mandaría a Sabina.
Y al ganador de OT que está por venir.
Secretamente, cuento con que los EEUU envíen los restos vivientes de Dylan).
O sea, vamos (de nuevo van los soldados profesionales). Y como ellos van, nosotros seremos más pacifistas que antes. Ahora no recuerdo cuántos soldados profesionales más pacifistas que antes.
Y foto en Londres. Y verdaderos campos de entrenamiento de terroristas. Y Obama bueno. (¡Niño!, ¡dale un beso al tío Obama, padrino de la humanidad!).
¿Hizo falta entonces? (Ir, se entiende).
¿Hace falta ahora? (Ir, se entiende).
Porque, como decía José Mota (que lo fichen ya como estratega en Afganistán), pudiendo y no… No es por no ir, pero ir pa ná es tontería.
Beoain, Aldaon (y Uarrain)
El domingo 5, Asun, Christine, Isabel, Karmele, Pilar, Susana, Ángel, Juanjo y yo cumplimos con una ruta por Aralar que, previamente, calificamos como “dura (jajejijoju)”. Fue dura porque caminamos casi 8 horas. Desde un poco más arriba del cementerio de Amezketa, subimos por el clásico camino de minas hasta la fuente de Bokarte, desde allí ascendimos por la pradera hasta el collado de Ua (1.188). Desde el collado, salvamos el primer repecho duro para alcanzar la cima de Beoain (1.350). Y se abrió la niebla para disfrutar de un descanso soleado. Luego atacamos la siguiente “cuesta que cuesta” y llegamos a Aldaon (1.411). Desde allí hasta las cercanías de Igaratza para tomar la senda hacia el collado de Irazusta (1.213). En el collado entró la niebla y se dividió el grupo durante quince minutos. Asun y Karmele (a estas alturas del día rebautizada como Nekane) subieron al soleado Uarrain (1.343) para decidir quién era la más David-el-Gnomo (soy siete veces más fuerte que tú, y veloz…). Todo quedó en tablas. También subieron Christine, Ángel (felino, como siempre) y Pilar.
Abrevamos cerca de Alotza en medio de una niebla cerrada que nos impidió disfrutar del valle colgado. Salimos a la ruta normal de Txindoki y bajamos a Larraitz con la mente y los jugos gástricos dispuestos para las morcillas y chorizos del lugar. Muy rico todo.
P.D.: Juanjo puso la clásica banda sonora a los momentos clave de la excursión.
P.D.2: ¿Banana americana o plátano canario? (Gran dilema montañero).
P.D.3: Testifico: en Larraitz, Asun bebió dos vasos de sidra, ni uno más.