sábado, diciembre 29, 2007
Luces de mi ciudad
San Sebastián. ¿Después de deconstruir la cocina, ahora le toca el turno a la Navidad?
¿Qué hay detrás del concepto "caja iluminada"?
No he metido más luces porque dan grima. Iluminado me tienen...
Gestores del Tiempo Ajeno (GTA)
¿Crees que el tiempo es un tesoro y renuncias a seguridades, comodidades, ingresos… a cambio de poder disfrutar de tu tiempo? ¡Cuidado! Porque los Gestores del Tiempo Ajeno (GTA) quieren saber qué estás haciendo, dónde estás, con quién estás, por qué estás, qué horarios de trabajo y de todo tienes; te llamarán (móvil/celular) para preguntar qué estás haciendo, también te preguntarán cómo estás (aunque no les importa demasiado) y enseguida te pedirán algo, porque, aunque a ti no te dé el cuero para más, “tú tienes tiempo” y “a ti no te cuesta nada”.
(Ten claro que un amigo pide poco, y cuando pide no mete el “tiempo” en danza).
Quizá cuesta menos decir sí (“yo tengo tiempo, a mí no me cuesta nada”) que negárselo, porque los egoístas te acusarán de egoísmo y, si no consiguen lo que quieren, te robabarán el tiempo exigiendo explicaciones. Por eso, todas tus explicaciones del tiempo propio deben ser tan falsas como la amistad y la discreción del GTA. He aquí algunas soluciones comprobadas con eficacia contra estas ladillas:
1. Apuesta superior y definitiva: “Yo no soy tu amigo y no quiero volver a hablar contigo”.
2. Crematística: “No lo hago gratis”. “Esto cuesta…(cifra desorbitada)”.
3. Fuga: sin explicación (doblar una esquina y huir, encerrarse en un baño, colgar el teléfono y dejarlo descolgado una semana...)
4. Intercambio:
4.1. Invención de un familiar moribundo. Se pedirá al GTA que, a cambio, se ocupe de él en ese “tiempo”.
4.2. Declaración de una enfermedad mental propia. Pedirle que te acompañe a la terapia de grupo, porque cada uno tiene que llevar a un amigo.
(Ten claro que un amigo pide poco, y cuando pide no mete el “tiempo” en danza).
Quizá cuesta menos decir sí (“yo tengo tiempo, a mí no me cuesta nada”) que negárselo, porque los egoístas te acusarán de egoísmo y, si no consiguen lo que quieren, te robabarán el tiempo exigiendo explicaciones. Por eso, todas tus explicaciones del tiempo propio deben ser tan falsas como la amistad y la discreción del GTA. He aquí algunas soluciones comprobadas con eficacia contra estas ladillas:
1. Apuesta superior y definitiva: “Yo no soy tu amigo y no quiero volver a hablar contigo”.
2. Crematística: “No lo hago gratis”. “Esto cuesta…(cifra desorbitada)”.
3. Fuga: sin explicación (doblar una esquina y huir, encerrarse en un baño, colgar el teléfono y dejarlo descolgado una semana...)
4. Intercambio:
4.1. Invención de un familiar moribundo. Se pedirá al GTA que, a cambio, se ocupe de él en ese “tiempo”.
4.2. Declaración de una enfermedad mental propia. Pedirle que te acompañe a la terapia de grupo, porque cada uno tiene que llevar a un amigo.
jueves, diciembre 27, 2007
Navidad
lunes, diciembre 24, 2007
Feliz Navidad
Tras la baja forzada y forzosa de Baltasar (decapitado involuntariamente hace más de treinta años), ha llegado la cirugía estética al belén de mi casa por obra y gracia del loctite (algo así como la gotita, amigos uruguayos): restauración de una oreja caduca de la mula e injerto en la mano de Melchor.
En los balcones ajenos, escalan los muñecos Made in China de Olentzeros y Papanoeles. Los Reyes, por lo que se ve, no están trepadores (¿por qué?).
Me fijo en los carteles luminosos, navideños (?) y desangelados de la plaza Pío XII en San Sebastián: “ESPERANZA LIBERTAD”. Pienso que es un dos por uno, todo sea por ahorrar energía y salvarnos del cambio climático. En la factura de la electricidad metemos Navidad y campaña electoral, y chispún. Parece que el lenguaje político de la precampaña en marcha ilumina las lucecitas navideñas. ¿Las dejarán encendidas hasta marzo? Podrían colocar gaviotas del Pepé, rosas del Pesoe, estrellas de Segi, hojitas bicolores de roble de Ea… ¿O no las han puesto ya?
Estamos aviáus.
C(l)aridad: ¡Feliz Navidad!
En los balcones ajenos, escalan los muñecos Made in China de Olentzeros y Papanoeles. Los Reyes, por lo que se ve, no están trepadores (¿por qué?).
Me fijo en los carteles luminosos, navideños (?) y desangelados de la plaza Pío XII en San Sebastián: “ESPERANZA LIBERTAD”. Pienso que es un dos por uno, todo sea por ahorrar energía y salvarnos del cambio climático. En la factura de la electricidad metemos Navidad y campaña electoral, y chispún. Parece que el lenguaje político de la precampaña en marcha ilumina las lucecitas navideñas. ¿Las dejarán encendidas hasta marzo? Podrían colocar gaviotas del Pepé, rosas del Pesoe, estrellas de Segi, hojitas bicolores de roble de Ea… ¿O no las han puesto ya?
Estamos aviáus.
C(l)aridad: ¡Feliz Navidad!
Mandoegi y megapinchos
El domingo, María, Lurdes, Patxi y yo ascendimos a Mandoegi (1.046) desde Arano (640 aprox.) Un paseo amable para los cuatro, no para Imanol Aquiles (retirado con dolores en el tendón del talón).
Dicho esto, recomiendo la taberna del Ayuntamiento de Arano (tel. 948514279, cierran los lunes), donde, por ejemplo, los pinchos de chorizo cocido son triples y los de morcilla merecen el prefijo mega.
España, Una y muy Repartida
Anteyer, 22 de diciembre, España volvió a ser Una. Los informativos de todos los medios de comunicación consagraron la mitad de su programación a la Lotería Nacional. Hubo un premio europeo, el Euromillón, que dejó millones de euros a un fulano, pero ni caso. Una, Gorda y Repartida. Fue un premio “muy repartido” (como emitieron/repitieron hasta la saciedad). ¡Ahora comprendo que la lotería es la verdadera ligazón del estado de las autonomías!
Sí, ayer las calles se vaciaron por la noche, pero era España Dos, y ni el Barsamadriz hizo sombra a la Lotería. Cuando algunos simples alegan que los catalanes no podrían jugar la Liga si se separan de España, olvidan el verdadero factor de cohesión, el pegamento nacional: la Lotería Nacional.
Debería aparecer en la letra del himno nacional. Ése que empezó con el chumpa-chumpa cuando Carlos III inauguró la Lotería Nacional.
Y hoy a hacer compras como locos, en Barcelona, en Madrid, en Cádiz...
P.D.: A mí no me tocó, ¿será porque no soy patriota?, ¿será porque no jugué nada?
Sí, ayer las calles se vaciaron por la noche, pero era España Dos, y ni el Barsamadriz hizo sombra a la Lotería. Cuando algunos simples alegan que los catalanes no podrían jugar la Liga si se separan de España, olvidan el verdadero factor de cohesión, el pegamento nacional: la Lotería Nacional.
Debería aparecer en la letra del himno nacional. Ése que empezó con el chumpa-chumpa cuando Carlos III inauguró la Lotería Nacional.
Y hoy a hacer compras como locos, en Barcelona, en Madrid, en Cádiz...
P.D.: A mí no me tocó, ¿será porque no soy patriota?, ¿será porque no jugué nada?
sábado, diciembre 22, 2007
Memoria en imágenes
“Saber que, al final, la vida ha transcurrido por gracia de la compañía Kodak con su fe en las copias y su rechazo de los negativos”, escribió Brodsky.
Luego llegaron las cámaras digitales. Y ahí quedan las imágenes: el jueves, Patxi y yo subimos el Castillo de Acher; el viernes, el Puntal del Foratón.
P.D.: Por diversos motivos, me acordé de la huella de Shalamov, de Milagros y Eileen, de Mariana y Thubron, de Lucía.
miércoles, diciembre 19, 2007
El sonido panchino
Pensaba que no existían mejores motivos para comer en un restaurante chino occidental que los rollos de primavera, la salsa agridulce y la manera de decir panchino de los camareros. Entonces descubrió que los chinos también mandaban la comida a domicilio. Y el motorista de la Gran Muralla o el Templo no sé qué era un chino que decía panchino.
Así que, una vez cada dos semanas, para que no se resabiaran, pedía por teléfono: arroz tres delicias con mucha salsa agridulce y cuatro rollitos de primavera.
Y decía al motorista antes de pagar:
-¿Trajo el pan chino?
-No pidió panchino.
-¿Cómo?
-No pidió panchino.
-¿Que no pedí pan chino?
-No, no panchino.
-Está bien…, si tú lo dices.
La mirada montevideana de la imagen es de Mariana, que hoy cumple años en la última oportunidad del año con un 19. Para ella, la historieta. ¡Felicidades!
martes, diciembre 18, 2007
Los porqués
-El esfuerzo de Julen.
-La exhibición craneana de Álvaro frente a Julen y Patxi en la cima de Artubi.
-La pisada elástica de Patxi, al más puro estilo Tintín, en Ua.
-Julen y el testimonio de una alambrada helada y un ambiente azul en una bajada helada.
-Triunvitrato en Oakorri.
P.D.: Un clic en las imágenes del domingo 16 de diciembre, por favor.
-La exhibición craneana de Álvaro frente a Julen y Patxi en la cima de Artubi.
-La pisada elástica de Patxi, al más puro estilo Tintín, en Ua.
-Julen y el testimonio de una alambrada helada y un ambiente azul en una bajada helada.
-Triunvitrato en Oakorri.
P.D.: Un clic en las imágenes del domingo 16 de diciembre, por favor.
Una canción verité
Artista: Kevin Johansen
Album: Sur o no Sur
Canción: "Cumbiera intelectual".
Comentario: Especie femenina en extinción; con otros ritmos, fue abundante entre la clase media y alta del mundo occidental desde el mítico/místico 68 hasta los ochenta del pasado siglo XX.
En el siglo XXI, ¿su último refugio es Buenos Aires?
La conocí en una bailanta todo apretado.
Nos tropezamos, pero fui yo el que se puso colorado.
Era distinta y diferente su meneada
y un destello inteligente había en su mirada.
Cuando le dije si quería bailar conmigo,
se puso a hablar de Jung, de Freud y Lacan.
Mi idiosincrasia le causaba mucha gracia,
me dijo al girar la cumbiera intelectual,
me dijo al girar esa cumbiera intelectual.
(Jung, Freud, Simone de Beauvoir, Goethe, Beckett, Cosmos, Gershwin, Kurt Weill, Guggenheim).
Estudiaba una carrera poco conocida,
algo con ver con letras y filosofía.
Era linda y hechicera su contoneada
y sus ojos de lince me atravesaban.
Cuando intenté arrimarle mi brazo,
se puso a hablar de Miller, de Anais Nin y Picasso.
Y si osaba intentar robarle un beso
se ponía a leer de Neruda unos versos.
Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual,
no la puedo olvidar a esa cumbiera intelectual
Si le decía vamos al cine, rica,
me decía veamos una de Kusturica.
Si le decía vamos a oler las flores,
me hablaba de Virginia Wolf y sus amores.
Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual.
No la puedo olvidar a esa cumbiera intelectual.
Le pedí que me enseñe a usar el mouse,
pero solo quiere hablarme del Bauhaus.
Le pregunté si era chorra o rockera,
me dijo Gertrude Stein era re-tortillera.
No la puedo olvidar...
(Jarmusch, Cousteau, Cocteau, Artaud, Maguy Marin, Twyla Tharp, Gilda, Visconti, Gismonti).
¡Me hace daño!
Yo no quiero que pienses tanto, cumbiera intelectual.
Yo voy a rezarle a tu santo, para que te puedas soltar...
Para que seas más normal.
(Paul Klee, Ante Garmaz, Kandinsky, Diego, Fridha, Tolstoi, Bolshoi, Terry Gilliam, Shakespeare William).
Aprendí sobre un tal Hesse y de un Thomas Mann
t todo sobre el existencialismo alemán.
Y ella me sigue dando cátedra todo el día,
aunque por suerte de vez en cuando su cuerpo respira,
¡su cuerpo respira!, su cuerpo respira.
Yo no quiero que pienses tanto, cumbiera intelectual.
Yo voy a rezarle a tu santo, para que seas más normal.
Para que te puedas soltar...
Cumbierita, ¡cómo la quiero!
Cosmos, Gershwin,
Cumbierita. Cumbierita intelectual.
(Kandinsky, Diego, Fridha, Tolstoi, Bolshoi, Terry Gilliam, Shakespeare William).
Cumbierita.
(Cousteau, Cocteau, Artaud. ¡Agggg!)
Album: Sur o no Sur
Canción: "Cumbiera intelectual".
Comentario: Especie femenina en extinción; con otros ritmos, fue abundante entre la clase media y alta del mundo occidental desde el mítico/místico 68 hasta los ochenta del pasado siglo XX.
En el siglo XXI, ¿su último refugio es Buenos Aires?
La conocí en una bailanta todo apretado.
Nos tropezamos, pero fui yo el que se puso colorado.
Era distinta y diferente su meneada
y un destello inteligente había en su mirada.
Cuando le dije si quería bailar conmigo,
se puso a hablar de Jung, de Freud y Lacan.
Mi idiosincrasia le causaba mucha gracia,
me dijo al girar la cumbiera intelectual,
me dijo al girar esa cumbiera intelectual.
(Jung, Freud, Simone de Beauvoir, Goethe, Beckett, Cosmos, Gershwin, Kurt Weill, Guggenheim).
Estudiaba una carrera poco conocida,
algo con ver con letras y filosofía.
Era linda y hechicera su contoneada
y sus ojos de lince me atravesaban.
Cuando intenté arrimarle mi brazo,
se puso a hablar de Miller, de Anais Nin y Picasso.
Y si osaba intentar robarle un beso
se ponía a leer de Neruda unos versos.
Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual,
no la puedo olvidar a esa cumbiera intelectual
Si le decía vamos al cine, rica,
me decía veamos una de Kusturica.
Si le decía vamos a oler las flores,
me hablaba de Virginia Wolf y sus amores.
Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual.
No la puedo olvidar a esa cumbiera intelectual.
Le pedí que me enseñe a usar el mouse,
pero solo quiere hablarme del Bauhaus.
Le pregunté si era chorra o rockera,
me dijo Gertrude Stein era re-tortillera.
No la puedo olvidar...
(Jarmusch, Cousteau, Cocteau, Artaud, Maguy Marin, Twyla Tharp, Gilda, Visconti, Gismonti).
¡Me hace daño!
Yo no quiero que pienses tanto, cumbiera intelectual.
Yo voy a rezarle a tu santo, para que te puedas soltar...
Para que seas más normal.
(Paul Klee, Ante Garmaz, Kandinsky, Diego, Fridha, Tolstoi, Bolshoi, Terry Gilliam, Shakespeare William).
Aprendí sobre un tal Hesse y de un Thomas Mann
t todo sobre el existencialismo alemán.
Y ella me sigue dando cátedra todo el día,
aunque por suerte de vez en cuando su cuerpo respira,
¡su cuerpo respira!, su cuerpo respira.
Yo no quiero que pienses tanto, cumbiera intelectual.
Yo voy a rezarle a tu santo, para que seas más normal.
Para que te puedas soltar...
Cumbierita, ¡cómo la quiero!
Cosmos, Gershwin,
Cumbierita. Cumbierita intelectual.
(Kandinsky, Diego, Fridha, Tolstoi, Bolshoi, Terry Gilliam, Shakespeare William).
Cumbierita.
(Cousteau, Cocteau, Artaud. ¡Agggg!)
viernes, diciembre 14, 2007
Aquella fe en los mapas
El mapa de Aralar de Miguel Angulo, publicado por Sua, pinta una senda para ascender desde Intza (313) hasta el collado de Arruta (1.225), acceso directo a la cima de Kurutzeaga (1.310). Sólo me faltaba esa ascensión posible en el barranco de las Malloas. Así que ayer, jueves, busqué cuesta arriba esa senda que otros mapas no marcaban.
Afortunadamente, subí solo. Tardé dos horas y media en alcanzar el collado, sudé a pesar de la temperatura bajo cero. Ahora me imagino a Angulo dibujando/inventando un camino pintando esa línea de rayitas por la derecha del arroyo Azentzio. (Legartza en otros mapas). Hoy no hago rimas fáciles con su apellido (ayer tampoco). Es facilón criticar el todo por la parte...
Menos mal que busqué cuesta arriba, si llego a buscar bajando... (Como dice mi amiga Lucía, pabernosmatau). Soy un iluso: aunque no me creo ni la mitad de lo que dicen los diarios, todavía padezco esa fe infantil en los lectura de los mapas, hasta la última curva de nivel. Sí, cuando era pequeño y miraba mapas antiguos, imaginaba que los monstruos marinos vivirían más o menos allí donde el cartógrafo los había dibujado. Prefería mirar un mapa que leer cualquier cuento de Andersen.
La parte alta de Aralar era un placer para caminar, la nieve helada se quebraba ligeramente bajo los pies.
martes, diciembre 11, 2007
Sobre fondo gris
El domingo, Cristina, Julen, Javier y yo ascendimos tres cimas encadenadas en uno de los extremos de las Malloas de Aralar. Escribo ahora con nombres y la altitud (porque me equivoqué allí, y Julen presta mucha atención a estos detalles): primero Subezelai Gañe (1.209), después Uarrain -foto 2- (1.221) y, por último, Tutturre -foto 1- (1.282).
A pesar de la amenaza de borrasca, no nos mojamos.
Shalamov I (no es un rey ruso)
Atención a la última frase de este relato, que, casi, obliga a la relectura.
Por la nieve
¿Cómo se abre camino en la nieve virgen? Un hombre echa a andar, suda y blasfema, avanza sin apenas poder mover los pies, hundiéndose a cada instante en la esponjosa y profunda nieve. El hombre se marcha lejos, marcando su camino con irregulares hoyos negros. Se cansa, se acuesta en la nieve, enciende un pitillo, y el humo de la majorka [especie de tabaco muy áspero y basto, semejante a la picadura] se extiende en un nube azulada sobre la nieve blanca y brillante. El hombre ya se ha marchado lejos, pero la nube sigue suspendida en el lugar en que se había detenido a descansar: el aire es casi inmóvil. Los caminos se abren siempre en los días de calma, para que los vientos no barran los trabajos de los hombres. El hombre se marca sus propios puntos de orientación en la infinitud nevada: una roca, un árbol alto. El hombre guía su propio cuerpo por la nieve del mismo modo que un timonel dirige la barca por el río de un saliente a otro.
Tras el angosto e inseguro rastro trazado se mueven cinco o seis hombres pegados el uno al otro, hombro con hombro. Pisan junto a la huella, pero no en ella. Al llegar a un lugar señalado de antemano regresan, y de nuevo caminan de manera que se aplaste la virgen superficie nevada, el espacio aún no hollado por pie humano alguno.
El camino está abierto. Por él puede ir gente, convoyes de trineos, tractores.
Si se sigue tras los pasos del primer hombre, huella a huella, se formará un sendero visible pero difícilmente transitable y estrecho: una trocha y no un camino, lleno de hoyos por los cuales es más difícil de avanzar que por la nieve virgen.
El trabajo más duro es para el primero, y cuando a este se le agotan las fuerzas, lo reemplaza otro, de aquel mismo quinteto de cabeza. De entre los que siguen los pasos del primero, cada uno de ellos, incluso el más pequeño, el más débil, debe pisar un pedazo del manto nevado y no alguna otra huella.
Y sobre los tractores y a caballo no viajan los escritores, sino los lectores
[1956]
Primer relato de Varlam Shalámov en Relatos de Kolimá, Volumen I, Editorial Minúscula, 2007, págs. 7 y 8.
Por la nieve
¿Cómo se abre camino en la nieve virgen? Un hombre echa a andar, suda y blasfema, avanza sin apenas poder mover los pies, hundiéndose a cada instante en la esponjosa y profunda nieve. El hombre se marcha lejos, marcando su camino con irregulares hoyos negros. Se cansa, se acuesta en la nieve, enciende un pitillo, y el humo de la majorka [especie de tabaco muy áspero y basto, semejante a la picadura] se extiende en un nube azulada sobre la nieve blanca y brillante. El hombre ya se ha marchado lejos, pero la nube sigue suspendida en el lugar en que se había detenido a descansar: el aire es casi inmóvil. Los caminos se abren siempre en los días de calma, para que los vientos no barran los trabajos de los hombres. El hombre se marca sus propios puntos de orientación en la infinitud nevada: una roca, un árbol alto. El hombre guía su propio cuerpo por la nieve del mismo modo que un timonel dirige la barca por el río de un saliente a otro.
Tras el angosto e inseguro rastro trazado se mueven cinco o seis hombres pegados el uno al otro, hombro con hombro. Pisan junto a la huella, pero no en ella. Al llegar a un lugar señalado de antemano regresan, y de nuevo caminan de manera que se aplaste la virgen superficie nevada, el espacio aún no hollado por pie humano alguno.
El camino está abierto. Por él puede ir gente, convoyes de trineos, tractores.
Si se sigue tras los pasos del primer hombre, huella a huella, se formará un sendero visible pero difícilmente transitable y estrecho: una trocha y no un camino, lleno de hoyos por los cuales es más difícil de avanzar que por la nieve virgen.
El trabajo más duro es para el primero, y cuando a este se le agotan las fuerzas, lo reemplaza otro, de aquel mismo quinteto de cabeza. De entre los que siguen los pasos del primero, cada uno de ellos, incluso el más pequeño, el más débil, debe pisar un pedazo del manto nevado y no alguna otra huella.
Y sobre los tractores y a caballo no viajan los escritores, sino los lectores
[1956]
Primer relato de Varlam Shalámov en Relatos de Kolimá, Volumen I, Editorial Minúscula, 2007, págs. 7 y 8.
viernes, diciembre 07, 2007
Rastros de una lección de escritura
Entraba al Aula 0 de la Facultad de Comunicación y escuché a dos jóvenes cinco minutos antes del examen:
-Tía, repíteme cómo era eso de saberescuchar.
-Pero…, ¿ya controlas lo de sabermirar?
-Sí, más o menos, cuento lo de…. Pero saberescuchar…
Pedí un café con leche a Juan, me encontré con Sonsoles y me puse a contar anécdotas de artajoneses en San Sebastián, de esos tiempos en los que el mar se descubría con una edad parecida a la de los alumnos que iban a examinarse ahora de sabermirar y saberescuchar. Juan contó la de uno de Beriáin (Navarra) que quería volver de Madrid a su casa en autostop. Escribió en el cartel:
“Este jodido va a Beriáin”.
(Y, claro, no tardó nada en parar un coche).
Luego pensé en una respuesta rara para saberescuchar: quien sabe escuchar sabe repetir un chiste con eficacia.
P.D.: La fotografía de la amenazante nube pez está tomada en marcha desde el portentoso Ford Fiesta de Patxi, por la carretera a orillas del embalse de Yesa. Sabermirar.
Ayer murió el padre de un amigo
DEP. Y ya está, poco más puedo decir. Porque el amigo es un guardián de la intimidad.
martes, diciembre 04, 2007
Titín III es campeón
Introducción fotográfica: ¿haya se escribe con hache?
Anteayer hallé el haya hache que se haya en la subida de Errazkin a Beluta, en Aralar. (Subí sin mi aya).
Unas cuantas horas después, llegué, de regreso, a Amezketa. Justo a tiempo para ver cómo se me escapaba el autobús (no tengo coche, móvil...). Eso “me obligó” a entrar en un bar. Allí, con los parroquianos amezketarras, presencié en un enorme televisor apaisado la victoria de Titín III (Augusto Ibáñez) ante Abel Barriola (Abel Barriola) en la final del cuatro y medio. Otro día, lo prometo, hablaré de la final de la misma categoría que perdió Titín contra Julián Retegui (uno de mis héroes). Perdón, la final que ganó Retegui a Titín. Esta vez, diez años después, yo animaba a Titín. En el bar éramos sólo dos a favor del riojano. (Calculo diez a uno en nuestra contra).
Yo aplaudía los tantos de Titín. Dos palmadas, con moderación vigilada.
El otro musitaba admirado: “¡Augusto!”.
Con el tanteador 21-15 a favor de Titín, recordé a Retegui. Imaginé que Titín tendría en ese momento un recuerdo para el gran campeón. Pero ahora Titín tiene 39 años, ya no se tira por los suelos al estilo Boris Becker a la menor oportunidad... Y el 25 de noviembre murió su padre, Augusto.
Cuando terminó el partido, unos cuantos amezketarras nos felicitaron a los dos que apoyamos a Titín. Fue una victoria merecida.
Pensé que, si yo hubiera sido (Abel Barriola), me hubiera acercado hasta Titín y le hubiera dicho:
-Sé que tú ofrecerás esta victoria a tu padre. Yo también le ofrezco mi derrota.
Porque lo jodido es ofrecer las derrotas.
lunes, diciembre 03, 2007
Un libro para envidiosos
Venecia es un pez, según Tiziano Scarpa (su autor y veneciano cuarentón), es un “breve paseo físico-emotivo” por Venecia. Sí…, pero, a mí me interesa más como un estímulo para otros recorridos escritos de otros escritores. Venecia es un pez provoca uno de los motores de arranque más notables de la literatura: la envidia.
“Yo puedo escribir como Scarpa de mi ciudad”.
“Yo puedo escribir mucho mejor que Scarpa de mi ciudad (bilbaíno)”.
P.D.: Y no es carpa.
“Yo puedo escribir como Scarpa de mi ciudad”.
“Yo puedo escribir mucho mejor que Scarpa de mi ciudad (bilbaíno)”.
P.D.: Y no es carpa.
viernes, noviembre 30, 2007
Cada oveja con su pareja
Elija su combinación tópica favorita, descubra opciones insospechadas (ejemplo: Capa a Willy):
Fría, dura, cruda.....................sostenible
Protocolo.................................Polos
Crecimiento............................a la plancha
Reciclaje................................realidad
Capa.....................................de Kyoto
Deshielo.................................selectivo
Liberad/Liberen......................de ozoono
Foie.......................................de oro
Broche.................................. a Willy
P.D.: La orca de la imagen está cazada en google, no es el cetáceo actor.
miércoles, noviembre 28, 2007
La iniciativa privada (antes y después)
El liberalismo se entusiasma cuando escucha eso de la “iniciativa privada”. A veces a mí también me tienta, pero luego la experiencia me coloca frente a realidades complejas, ante las que esa dichosa iniciativa me hace temblar.
Ejemplo:
-Ya preparo yo [otro] los huevos fritos.
(En algunas ocasiones es mejor no mirar).
El sábado pasado me quedé estupefacto ante una de estas esa iniciativas, personalísima. El cristiano había optado por “proteger” Amabirjin harria, la roca con una entalladura donde había, hay y ¿habrá? una imagen de la Virgen en medio de la sierra de Aralar. La figurita de la Virgen puede ser made in Taiwán, pero la iniciativa privada (contenida) deposita las flores perennes de plasticurri, velones rojos y ramitos de flores frescas. Siempre encuentro algo difícil de expresar en Amabirjin harria (lo llamaré autenticidad). Y, siempre que paso por allí, me detengo.
El sábado descubrí una suerte de alero rudimentario y protector. No creo que el autor de la ocurrencia sea decorador o arquitecto; dudo, siquiera, que sepa freír dos huevos como Dios manda. Pero algo me hace pensar que dormiría como un lirón después de perpetrar su alero. Estoy convencido de que su buena fe le animó a proteger la imagen, pero, como queda demostrado en la fotografía que tomé en febrero de 2006, la imagen aguantaba tormentas de nieve.
Corolario: Manolete, Manolete, si no sabes torear, ¿pa’ qué te metes?
O como diría mi amigo Antonio: joderjoderjoder…
lunes, noviembre 26, 2007
Espelunga (unga, unga...)
jueves, noviembre 22, 2007
Kiotizados
Los seguidores del recién nobelado de la Paz –sí, sin risas, de la Paz- nos proponen consumir un poco menos, más racionalmente, no derrochar, reciclar. ¡Fantástico! (Hasta aquí sin ironías). Sobre todo si se resuelve con algún concierto de pop rock (qué sería del Amazonas sin Sting), si se encarga papá Estado, la ONU o el vecino del quinto, o si desplazamos la responsabilidad a EEUU –que son muy malos o muy consumidores, que es lo mismo-.
Los kiotizados proponen un retroceso en el bienestar individual dentro de los países industrializados. Hace diez años de esto, y hace diez años que los estadounidenses responden: ¡tururú! (pero en inglés). Quizá porque comprenden que sus ciudadanos no asumirán el esfuerzo: ¿estás dispuesto a bajar la calefacción o el aire acondicionado?, ¿estás dispuesto a usar el coche la mitad?, ¿comerás la mitad?, ¿consumirás la mitad de la luz que consumes en casa?, ¿reciclarás tu basura?, ¿abreviarás tus duchas de agua caliente?, ¿usarás la mitad de jabón?...
¿Y si las respuestas nos corresponden a ti o a mí, y no a los estadounidenses? España, por ejemplo, lidera el incumplimiento del famoso protocolo en Europa, pero, ¡bah!, también somos líderes mundiales en consumo de heroína o cannabis. (Hagamos la ola para celebrarlo).
Vuelvo, que me pierdo...
Si fuéramos austeros, ¿qué sucedería con la economía nacional? Bien, para eso, en España, cobra Solbes, que se preocupe él. Hoy no hablaré del tópico del consumo de combustibles y sus impuestos… Me basta con intentar eludir la publicidad: llega Navidad en noviembre (con un mes de consumo adelantado) y mi buzón, los escaparates, la televisión... me animan a pensar que la culpa no es de Bush y sus secuaces. La esquizofrenia se ha instalado entre nosotros, ya oigo la doble voz: ¡Consume más, consume menos!
He tenido un sueño (Martin Luther King @): todo el mundo, repito, todo el mundo consumía como tú o como yo, y el calentamientoglobaldelplaneta ascendía cuatro o cinco grados en un trimestre. Está bien, los científicos refutarían mi sueño de exageración tropical sin problemas. ¿Pero y si todos, repito, todos, consumiéramos como Al Gore, el vicepresidente en 1997 del país de los muy malos y muy consumidores?
Los kiotizados proponen un retroceso en el bienestar individual dentro de los países industrializados. Hace diez años de esto, y hace diez años que los estadounidenses responden: ¡tururú! (pero en inglés). Quizá porque comprenden que sus ciudadanos no asumirán el esfuerzo: ¿estás dispuesto a bajar la calefacción o el aire acondicionado?, ¿estás dispuesto a usar el coche la mitad?, ¿comerás la mitad?, ¿consumirás la mitad de la luz que consumes en casa?, ¿reciclarás tu basura?, ¿abreviarás tus duchas de agua caliente?, ¿usarás la mitad de jabón?...
¿Y si las respuestas nos corresponden a ti o a mí, y no a los estadounidenses? España, por ejemplo, lidera el incumplimiento del famoso protocolo en Europa, pero, ¡bah!, también somos líderes mundiales en consumo de heroína o cannabis. (Hagamos la ola para celebrarlo).
Vuelvo, que me pierdo...
Si fuéramos austeros, ¿qué sucedería con la economía nacional? Bien, para eso, en España, cobra Solbes, que se preocupe él. Hoy no hablaré del tópico del consumo de combustibles y sus impuestos… Me basta con intentar eludir la publicidad: llega Navidad en noviembre (con un mes de consumo adelantado) y mi buzón, los escaparates, la televisión... me animan a pensar que la culpa no es de Bush y sus secuaces. La esquizofrenia se ha instalado entre nosotros, ya oigo la doble voz: ¡Consume más, consume menos!
He tenido un sueño (Martin Luther King @): todo el mundo, repito, todo el mundo consumía como tú o como yo, y el calentamientoglobaldelplaneta ascendía cuatro o cinco grados en un trimestre. Está bien, los científicos refutarían mi sueño de exageración tropical sin problemas. ¿Pero y si todos, repito, todos, consumiéramos como Al Gore, el vicepresidente en 1997 del país de los muy malos y muy consumidores?
Aldaon
viernes, noviembre 16, 2007
Conclusiones del 8 de noviembre, un día de montaña en solitario
miércoles, noviembre 14, 2007
El calvo/pelado sexy que está por llegar
Una teoría de orden histórico que necesita investigación.
Planteamiento: las generaciones de calvos/pelados, que en el mundo han sido, eligieron a un calvo/pelado cercano como mito sexual.
Propuesta: urge una investigación de la historia a través de sus calvos/pelados, esa secreta línea de mitos de cabezas despejadas entre pelambres ajenas.
Opción de escritura: podría novelarse con un título del estilo El Código Yul Brynner.
Apuntes previos:
Los mitos pelados conforman una peculiar dinastía.
Podemos hablar de monarquía, del rey de los calvos/pelados con más certeza que de otros reyes (el rey del Rock, el rey del pollo frito, el rey de los gitanos…).
Con los guapos puedes elegir, puedes ser de Brad Pit o de George Clooney, o de… La democracia manda en el mundo de las cabelleras. Los calvos, en cambio, viven una monarquía, los calvos no son ciudadanos, sino súbditos.
Hoy reina el calvo/pelado Bruce Willis.
Consideraciones a propósito de la calva/pelada monarquía:
La monarquía de los calvos/pelados parte de la paradoja del origen (todos proceden del mundo peludo), no admite corona que camufle su poder, es más selecta que un club inglés en la admisión de mujeres, no tiene ordinales, resulta de una elección popular, depende de las formas contemporáneas del arte (cine, música, publicidad…), no se hereda por la sangre (hijo de…), no se conquista con la guerra, no se divide el reino cuando desaparece el rey… Y están hartos de decir cuando comentas algo del brillo de su cabeza: "¿Por qué no te callas?".
Atentos, al monarca Willis le queda poco, ¿quién será el próximo rey de los calvos/pelados?
Planteamiento: las generaciones de calvos/pelados, que en el mundo han sido, eligieron a un calvo/pelado cercano como mito sexual.
Propuesta: urge una investigación de la historia a través de sus calvos/pelados, esa secreta línea de mitos de cabezas despejadas entre pelambres ajenas.
Opción de escritura: podría novelarse con un título del estilo El Código Yul Brynner.
Apuntes previos:
Los mitos pelados conforman una peculiar dinastía.
Podemos hablar de monarquía, del rey de los calvos/pelados con más certeza que de otros reyes (el rey del Rock, el rey del pollo frito, el rey de los gitanos…).
Con los guapos puedes elegir, puedes ser de Brad Pit o de George Clooney, o de… La democracia manda en el mundo de las cabelleras. Los calvos, en cambio, viven una monarquía, los calvos no son ciudadanos, sino súbditos.
Hoy reina el calvo/pelado Bruce Willis.
Consideraciones a propósito de la calva/pelada monarquía:
La monarquía de los calvos/pelados parte de la paradoja del origen (todos proceden del mundo peludo), no admite corona que camufle su poder, es más selecta que un club inglés en la admisión de mujeres, no tiene ordinales, resulta de una elección popular, depende de las formas contemporáneas del arte (cine, música, publicidad…), no se hereda por la sangre (hijo de…), no se conquista con la guerra, no se divide el reino cuando desaparece el rey… Y están hartos de decir cuando comentas algo del brillo de su cabeza: "¿Por qué no te callas?".
Atentos, al monarca Willis le queda poco, ¿quién será el próximo rey de los calvos/pelados?
Mirada desde Midi d'Ossau
Decía Majo, subiendo con escalada y algo de nieve dura y hielo, que en una montaña así te estás jugando la vida.
Algo de eso hay. La vida es para jugársela.
Ascendimos el Midi (2.884) con la luz del sábado 10 de noviembre, terminamos de bajar la tercera chimenea con el crepúsculo. Aún quedaba el regreso nocturno desde el collado de Suzon, con estrellas titilantes y fugaces, y el arroz con leche de la vía láctea. Da la risa ver que se puede bajar sin ver y la calidez de un descenso a -3ºC.
lunes, noviembre 12, 2007
Dos libros que no son Planetas
Historias de Londres reúne descubrimientos, manías y anécdotas londinenses de Enric González (España, 1959) -y de su mujer, Lola-, cuando El País solucionó la espantada de su periodista (“quemado”) y colocó a González como corresponsal en Londres. Él escribió después-de-Londres. Publicó en la editorial Península. Ahora lo reedita RBA.
(Y yo me acuerdo de la londinense Marie).
El equilibrio entre el autor (González) y la realidad (Londres) funciona de maravilla, Historias de Londres podría haberse titulado Crónica del Londres finisecular (del XX). Pero González no es pedante: el lector aprende y se divierte, y el lector más raro, ése que lee para aprender a escribir, encontrará muchas cuestiones teóricas resueltas en la práctica.
Los buenos deseos, de Yiyun Li (China, 1972). Otra escritora que pasó por la Universidad de Iowa, como hará pronto mi amigo Antonio.
¡Leer, leer, leer, leer! Me ahorro los comentarios con una valoración entusiasta y una definición remachada:
-el mejor libro de 2007, me juego hasta el noviembre presente y el diciembre futuro;
-son cuentos, son de amor, de Amor.
(Y yo me acuerdo de la londinense Marie).
El equilibrio entre el autor (González) y la realidad (Londres) funciona de maravilla, Historias de Londres podría haberse titulado Crónica del Londres finisecular (del XX). Pero González no es pedante: el lector aprende y se divierte, y el lector más raro, ése que lee para aprender a escribir, encontrará muchas cuestiones teóricas resueltas en la práctica.
Los buenos deseos, de Yiyun Li (China, 1972). Otra escritora que pasó por la Universidad de Iowa, como hará pronto mi amigo Antonio.
¡Leer, leer, leer, leer! Me ahorro los comentarios con una valoración entusiasta y una definición remachada:
-el mejor libro de 2007, me juego hasta el noviembre presente y el diciembre futuro;
-son cuentos, son de amor, de Amor.
Ruptura de dientes y labios
Allí hacían planes quinquenales e inspiraban a la izquierda (política, intelectual), tenían la fórmula de la libertad asegurada para todos, incluso reunían medallas olímpicas y mundiales de gimnastas y levantadores de pesas…, antes de allí salían muy pocos.
Ahora de allí llega [a España] mucha gente.
Una mujer con acento de algún lugar de allí entra al autobús hablando casi a los gritos. Descubro que habla por el móvil/celular.
“Le enseño, que no sea mal criada, que esto [España] no es Colombia o Ecuador, que le rompo los dientes y los labios.
(…)
Si tú has venido aquí para buscar viejitos, es tu problema…
(…)
Si no eres más que una cerda…
(…)
¡Vete a la mierda!
(…)
¡Tu madre!”.
Entonces, con gran aparato, cierra la comunicación del pequeño aparato.
Hay algo que me ronda en la cabeza. Hay otros otros. Por lo general son más melosos con el español. No conocieron planes quinquenales (excepto los privilegiados e igualados cubanos); ellos basan sus inspiraciones izquierdosas en las revoluciones tardías, con el Che a la cabeza, e inspiran a los jóvenes y a los fabricantes de camisetas (no a la izquierda política del pesebre europeo, no a la intelectualidad occidental que escribe con notas al pie); como gimnastas y levantadores de peso, o arrojadores de jabalina o martillo, han sido un desastre.
Aparentemente, en España tenían dos ventajas:
Nuestros antepasados fueron para allí, y ellos, de alguna manera, están de vuelta.
El idioma. Pero oyendo las destrezas de esta mujer con el español… En qué quedaría un real “¿Por qué no te callas?”.
Ahora de allí llega [a España] mucha gente.
Una mujer con acento de algún lugar de allí entra al autobús hablando casi a los gritos. Descubro que habla por el móvil/celular.
“Le enseño, que no sea mal criada, que esto [España] no es Colombia o Ecuador, que le rompo los dientes y los labios.
(…)
Si tú has venido aquí para buscar viejitos, es tu problema…
(…)
Si no eres más que una cerda…
(…)
¡Vete a la mierda!
(…)
¡Tu madre!”.
Entonces, con gran aparato, cierra la comunicación del pequeño aparato.
Hay algo que me ronda en la cabeza. Hay otros otros. Por lo general son más melosos con el español. No conocieron planes quinquenales (excepto los privilegiados e igualados cubanos); ellos basan sus inspiraciones izquierdosas en las revoluciones tardías, con el Che a la cabeza, e inspiran a los jóvenes y a los fabricantes de camisetas (no a la izquierda política del pesebre europeo, no a la intelectualidad occidental que escribe con notas al pie); como gimnastas y levantadores de peso, o arrojadores de jabalina o martillo, han sido un desastre.
Aparentemente, en España tenían dos ventajas:
Nuestros antepasados fueron para allí, y ellos, de alguna manera, están de vuelta.
El idioma. Pero oyendo las destrezas de esta mujer con el español… En qué quedaría un real “¿Por qué no te callas?”.
viernes, noviembre 09, 2007
Cimas del domingo 4 de noviembre
Escritores (intelectuales) comprometidos
miércoles, noviembre 07, 2007
Cuando ver es hacer
-¿Qué hiciste ayer por la noche?
-Bah... -sobrado, como si un bilbaino bajara del K2 con sandalias cangrejeras- . Ayer vi Gominolas, fútbol... Y me dieron las dos de la mañana.
(Oído en la Roncalesa, trayecto San Sebastián-Pamplona, 7,01 de este martes).
P.D.: En la imagen el K2 desde Gondogoro, tomada de http://gasherbrumdos2006.blogia.com. ¡Gondorogo!, nombre de txipironera, como poco.
viernes, noviembre 02, 2007
Yo, que no tengo móvil/celular
Vivo en la indefinición. ¿Inmóvil, incelular, inmovible, amóvil, acelular, amovible, movilfobo, celularfobo...? Pero no inamovible, inconexo, o anacrónico. Mucha gente se piensa que no tengo ese telefonito por cabezón (testarrudo inamovible), que donde dije digo jamás diré Diego, o Vicky De León. Pero no traslado mi espíritu de rinoceronte a la telefonía. Es muy simple, aunque parece difícil de entender: no me gusta hablar por teléfono, sea fijo, móvil o movedizo. Tampoco me gustan las aceitunas o Sabina, ¿y?
Me hacen reír quienes me insisten con el cuento de que hay que estar conectado con los avances tecnológicos. (Léase: avance tecnológico equivale a telefonito). Esos meticones suelen ser los nuevos conversos. Imaginadlos a galope tendido. ¡Zaca! Caen del caballo y oyen un ¡pirubirú!, o la melodía de El Padrino, o el himno del Barça, o... ¡O sienten una perturbadora vibración! Y del otro lado suena la voz melosa de la divina teleoperadora: “¿Por qué no le llamas?”.
(Versión telefónica del “¿Por qué me persigues?”).
Y llaman a cualquiera, a cualquier hora, por cualquier motivo.
Gracias a esos telefonitos, escucho conversaciones ajenas de todo tipo. Eso me desagrada, porque tengo un concepto casi geográfico y amurallado de la intimidad. Además, los reconectados gozan el derecho de interrumpirte en cualquier momento: en un funeral, en el cine, en un concierto... O en una conversación amable:
-Perdona, tengo una llamada.
En esos casos siento la tentación de decir: “Perdona, adiós”.
¿La sorpresilla de saber quién puede llamar ofrece más atractivo que nuestra conversación? Tal vez... ¿La magia radica en el “qué”? No sé... Apuesto a que la frase más repetida al telefonito es: ¿Quéstáshaciendo?
(Que conste, para mí es mala educación).
Yo los respeto, respeto, por ejemplo, que se prefiera hablar con alguien sin presencia corpórea. Y soporto como un tótem las interrupciones. Pero ellos me señalan como anacronismo cabezón. Claro, si tuviera un móvil/celular, yo podría llamar a alguien mientras el que acaba de abandonar nuestra conversación explica por telefonito loquestabahaciendo:
-Nada, aquí, hablando con...
Nada.
Y qué decir cuando leo en los labios que un sinsustancia exhala a otro: Tedejadounmensaje (en el buzón de voz, o de texto).
-Ah..., bueno, es que
...................................................... [Rellena la línea de puntos con la excusa por la cual no lo leíste o escuchaste]. Luego, lo ortodoxo es un: Yalovoyaescuchar/leer.
Aún espero que alguien responda lo correcto?: "¿Y por qué no me lo cuentas ahora, idiota?".
Donde escribo “idiota”, también podrían figurar con eficacia y propiedad “cretino” e “imbécil”; siempre he dicho que, en los tres casos, hay que silabear con calma. Pero no tengo móvil/celular para disfrutar.
¿Para qué quiero el móvil/celular?, ¿para mi satisfacción o para la suya? Como ellos tienen móvil, insisten en que yo lo tenga. Debo estar conectado, localizable para ellos. Tengo que sujetarme al tiempo ajeno (caprichoso por definición). Y disponer de mi tiempo, estar ilocalizable, es un rasgo de la libertad, un privilegio. Me gusta ir a mi aire, especialmente en mi tiempo libre y con aire del nordeste. Quizá soy un egoísta. Además, ellos no me pagan el telefonito ni sus cuotas, me exigen que pague por algo que no quiero: mi permanente localización.
-Lo desconectas y ya está.
Sí, sí, seguro... Después viene el capítulo de excusas
"........................................................". [Rellena la línea de puntos con la excusa capital y el río que la cruza por la cual desconectaste el aparatito; por ejemplo el fin de semana]). Las mentirijillas con las que uno rellena las desconexiones, llamémoslas ficciones creativas (que suena más literario y encantador). Sí, estar desconectado ya no cuela como pecado venial.
Hay gente que se concede el privilegio de decirte cómo tienes que llevar el pelo, cómo tienes que vestir, qué tienes que comer o beber, a qué hora te debes levantar de la cama… (Ojo, y no es tu madre; ni tu suegra; ni tu personal tráiner). Estoy seguro de que casi todos los que insistís para que me compre un móvil/celular lo hacéis por mi bien. Por mi Bien. Y os ruego que me dejéis así, en este limbo de manías, testarrudeces, desconexiones.
Pero no: “¿Y qué haces por la noche, si una mujer te pide el teléfono?”. Golpe bajo (o proyección de angustias personales). ¿Entiendo que el amor fue imposible hasta hace seis o siete años, cuando nadie tenía estos telefonitos? Claro, de día podría hacer señales de humo o tocar el tam-tam.
P.D.: Si notáis algún bulto parecido a un telefonito en uno de mis bolsillos, pensad en una navaja, mi Kyoto II. Muy afilada, por cierto.
P.D.2: Forges es un grande.
Trabajo en equipo
miércoles, octubre 31, 2007
El gran salto (Homes)
Geordie se siente extranjero junto a Susan en su país (EEUU), porque sus valores son los de otro país ya inexistente (un EEUU de otro tiempo). Y eso lo atisba en el tren, en movimiento, en el viaje diario hacia el trabajo, hacia casa, hacia ninguna parte. El síndrome de cola de lagartija: está “muerto”, pero no para de ir y venir, de moverse sin sentido. Él busca “un vínculo”, algo que Susan (su mujer, de origen chino) no tiene.
¡Ella renunció a cualquier atadura del pasado y Geordie quiere algo que ligue su pasado con su presente, busca una unidad! Y se lo dice a su mujer:
"-Quiero algo –confieso.
-¿Qué quieres?
-No lo sé –digo-. Más, quiero algo más.
Pienso en un vínculo, quiero un vínculo.
-Quieres algo que no tengo –me contesta."
"Lección de chino" o "Lección china", en Cosas que debes saber, de Homes.
¡Ella renunció a cualquier atadura del pasado y Geordie quiere algo que ligue su pasado con su presente, busca una unidad! Y se lo dice a su mujer:
"-Quiero algo –confieso.
-¿Qué quieres?
-No lo sé –digo-. Más, quiero algo más.
Pienso en un vínculo, quiero un vínculo.
-Quieres algo que no tengo –me contesta."
"Lección de chino" o "Lección china", en Cosas que debes saber, de Homes.
lunes, octubre 29, 2007
Nombres propios para un 28 de octubre
El domingo subimos Aizkorri (1.528) –Lucía, donde “el venao, el venao…”- y Haitxuri (1.551). En la fotografía, de izquierda a derecha: Patxi, Javier, Álvaro e Imanol; en el mismo eje vertical (no me funciona la foto finish): arriba, Lurdes; abajo, Majo -¡jo qué rima!-.
Los ojos más educados encontrarán en lontananza, con un clic, Amboto y Udalaitx.
Junto a Burgalaitz (1.289), en una mesetilla del hayedo (Tati, un chato en el que nos sentamos tan cho…), cocinamos setas de chopo, ilarrakas, champiñones enormes y rovellones. Y chistorra. Todo muy rico. (Para beber, tinto: Coto, Rioja, y Callejo, Ribera de Duero).
Tal día como ayer, hace exactamente un año, Peter cosechó sus últimas setas. Él recogió en un robledal de Arechaga "algunos Boletus edulis y Boletus badius, mucha lengua de vaca recién salida, algunos pie azules".
Los ojos más educados encontrarán en lontananza, con un clic, Amboto y Udalaitx.
Junto a Burgalaitz (1.289), en una mesetilla del hayedo (Tati, un chato en el que nos sentamos tan cho…), cocinamos setas de chopo, ilarrakas, champiñones enormes y rovellones. Y chistorra. Todo muy rico. (Para beber, tinto: Coto, Rioja, y Callejo, Ribera de Duero).
Tal día como ayer, hace exactamente un año, Peter cosechó sus últimas setas. Él recogió en un robledal de Arechaga "algunos Boletus edulis y Boletus badius, mucha lengua de vaca recién salida, algunos pie azules".
Pato
Cuando tenía siete u ocho años, leí en el libro de Lenguaje el cuentito de pato. El pato vanidoso presumía de sus destrezas (dignas de las FF.AA.: tierra, mar y aire). Caminaba, nadaba y volaba. Quizá fue una serpiente –eso no lo recuerdo bien- la que puso al pato en su sitio: volaba fatigosamente, sin requiebros; nadaba como un bote; caminaba bamboleándose como un borracho.
Pero esto no menguó mi entusiasmo hacia los patos. Junto a la casa de mis abuelos, vivía el pato Lucas (blanco), que comía todos los caracoles que le dábamos los niños y atendía nuestras llamadas: “¡Lucas, Lucas!”. (Sí, venía bamboleándose).
Años después descubrí el foie, las mollejas y el confit. Qué grandes, los patos.
Ahora leo La sombra de la ruta de la seda, la última virguería del británico Colin Thubron.
En China, donde comienza el viaje de Thubron, los niños pastorean bandadas de patos.
P.D.: En la imagen, pato dominical en el Oria (Tolosa).
viernes, octubre 26, 2007
Fidelidad
Maniobras de distracción en Belchite (Septiembre 1937). Biblioteca El Mundo, 2005.
Ander me ha prestado este libro para que yo se lo preste a Javier… Y claro, entre tanto, lo leo. Tengo que escribir este fragmento de las páginas 37 y 38.
“Uno de aquellos combatientes republicanos, miembro de las Brigadas Internacionales, es Hans Bloch, comunista alemán, que explica unos recuerdos estremecedores de su experiencia en Belchite.
Sobre todo evoca un ataque acontecido, cree que el 3 de agosto, efectuado tras la conveniente preparación artillera, contra las barricadas nacionales. Lo realizaron a base de bombas de mano y con bayoneta calada, pensando que sería una tarea sencilla. Recuerda que sobre el parapeto que tenía que asaltar estaba una un oficial nacional, alto, delgado, con un sable en la mano, que arengaba a sus hombres. Explica que le pareció una escena surrealista, propia de siglos pasados, pues le recordaba las novelas de aventuras de caballeros de la Edad Media, en la que aquel joven oficial, con bigote, en lo alto de la barricada, blandía su arma llamando a no desfallecer en la lucha. Hans recuerda que al principio fueron rechazados tras un duro combate cuerpo a cuerpo y tuvieron que retirarse a unos metros, tras unos escombros.
Allí queda cuerpo a tierra desde donde disparaba su fusil y veía cómo, milagrosamente, el fuego respetaba a aquel suicida que, en una ocasión, llega a hundir su sable en la cabeza de un republicano que se acercó demasiado. Al cabo de una hora vuelven al ataque entre gritos y explosiones, envueltos en una nube de polvo que no les deja ver nada. Ve que a su lado caen muchos de sus compañeros, pero la cortina de tierra que se levanta impide prácticamente ver las posiciones enemigas.
A pesar de ello siguen avanzando. En esta ocasión la barricada nacional no resiste el embate y es rebasada, tras lo cual hacen un alto en el camino para descansar. Cuando el polvo se disipa ven la carnicería en que se ha convertido la posición que han tomado. El parapeto está sembrado de cadáveres; cuenta más de 40 entre camaradas suyos y nacionales. Allí, en lo más alto, también está el cadáver de aquel oficial que una hora antes había visto con su sable. Se acerca a él y ve que tienen un orificio de bala en el centro de la frente. Sin saber por qué se pone a estudiarlo con detenimiento. Sus ojos están abiertos, aún brillantes, mirando al cielo; ve su bigote, perfectamente recortado, así como su rostro pulcramente rasurado, lo cual le sorprende mucho dado el aspecto dejado que todos los combatientes llevaban por aquellos días, y en su cuello tiene anudado un pañuelo de seda blanca. Sus manos son finas, perfectamente cuidadas, era evidente que hacía poco que se había hecho la manicura.
Recuerda que pensó que estaban hechas más para tocar el piano que para empuñar una espada. Sobre su guerrera sucia y deshilachada cuelga un escapulario con una imagen de la Virgen.
Sin saber bien el motivo, le coge la imagen y se la guarda. Podía haberle robado el reloj, que era lo normal, o registrarle la ropa en busca de algún anillo o pertenencia más valiosa, pero se conforma con la estampa. Hans, a pesar de haber sido educado en el catolicismo, hacía muchos años que no pisaba una iglesia, desde que había ingresado en el Partido Comunista Alemán en 1932, pero aquel cadáver, aquella imagen, y todo el horror de muerte y destrucción vivido aquellos días en Belchite, le hizo revivir recuerdos y sensaciones de su infancia que creía olvidados. Desde entonces, nunca más se separará de ella. Cuando muere en 1970, en la República Democrática Alemana, es enterrado con ella.”
Y ya está. Hoy no escribiré nada más.
Ander me ha prestado este libro para que yo se lo preste a Javier… Y claro, entre tanto, lo leo. Tengo que escribir este fragmento de las páginas 37 y 38.
“Uno de aquellos combatientes republicanos, miembro de las Brigadas Internacionales, es Hans Bloch, comunista alemán, que explica unos recuerdos estremecedores de su experiencia en Belchite.
Sobre todo evoca un ataque acontecido, cree que el 3 de agosto, efectuado tras la conveniente preparación artillera, contra las barricadas nacionales. Lo realizaron a base de bombas de mano y con bayoneta calada, pensando que sería una tarea sencilla. Recuerda que sobre el parapeto que tenía que asaltar estaba una un oficial nacional, alto, delgado, con un sable en la mano, que arengaba a sus hombres. Explica que le pareció una escena surrealista, propia de siglos pasados, pues le recordaba las novelas de aventuras de caballeros de la Edad Media, en la que aquel joven oficial, con bigote, en lo alto de la barricada, blandía su arma llamando a no desfallecer en la lucha. Hans recuerda que al principio fueron rechazados tras un duro combate cuerpo a cuerpo y tuvieron que retirarse a unos metros, tras unos escombros.
Allí queda cuerpo a tierra desde donde disparaba su fusil y veía cómo, milagrosamente, el fuego respetaba a aquel suicida que, en una ocasión, llega a hundir su sable en la cabeza de un republicano que se acercó demasiado. Al cabo de una hora vuelven al ataque entre gritos y explosiones, envueltos en una nube de polvo que no les deja ver nada. Ve que a su lado caen muchos de sus compañeros, pero la cortina de tierra que se levanta impide prácticamente ver las posiciones enemigas.
A pesar de ello siguen avanzando. En esta ocasión la barricada nacional no resiste el embate y es rebasada, tras lo cual hacen un alto en el camino para descansar. Cuando el polvo se disipa ven la carnicería en que se ha convertido la posición que han tomado. El parapeto está sembrado de cadáveres; cuenta más de 40 entre camaradas suyos y nacionales. Allí, en lo más alto, también está el cadáver de aquel oficial que una hora antes había visto con su sable. Se acerca a él y ve que tienen un orificio de bala en el centro de la frente. Sin saber por qué se pone a estudiarlo con detenimiento. Sus ojos están abiertos, aún brillantes, mirando al cielo; ve su bigote, perfectamente recortado, así como su rostro pulcramente rasurado, lo cual le sorprende mucho dado el aspecto dejado que todos los combatientes llevaban por aquellos días, y en su cuello tiene anudado un pañuelo de seda blanca. Sus manos son finas, perfectamente cuidadas, era evidente que hacía poco que se había hecho la manicura.
Recuerda que pensó que estaban hechas más para tocar el piano que para empuñar una espada. Sobre su guerrera sucia y deshilachada cuelga un escapulario con una imagen de la Virgen.
Sin saber bien el motivo, le coge la imagen y se la guarda. Podía haberle robado el reloj, que era lo normal, o registrarle la ropa en busca de algún anillo o pertenencia más valiosa, pero se conforma con la estampa. Hans, a pesar de haber sido educado en el catolicismo, hacía muchos años que no pisaba una iglesia, desde que había ingresado en el Partido Comunista Alemán en 1932, pero aquel cadáver, aquella imagen, y todo el horror de muerte y destrucción vivido aquellos días en Belchite, le hizo revivir recuerdos y sensaciones de su infancia que creía olvidados. Desde entonces, nunca más se separará de ella. Cuando muere en 1970, en la República Democrática Alemana, es enterrado con ella.”
Y ya está. Hoy no escribiré nada más.
miércoles, octubre 24, 2007
El País ha sacado un reloj
El domingo por la noche le comento a mi madre:
-¿Has visto el nuevo El País?
-No...
-Yo lo hojeé.
-¿Y?
-Fotos grandes, muchos blancos... Conceptos de diseño que ya tienen un tiempo. Regalaban un reloj de pulsera.
-A ver, enséñamelo.
-No, Patxi compró el diario..., no yo.
-No, el reloj.
-Lo tiene Patxi. Un reloj de pulsera corriente y moliente, con publicidad.
Interviene mi padre:
-¿Qué, que regalaban un reloj con el periódico y no lo has comprado?
-No, yo sólo quería ver el periódico.
-¿Has visto el nuevo El País?
-No...
-Yo lo hojeé.
-¿Y?
-Fotos grandes, muchos blancos... Conceptos de diseño que ya tienen un tiempo. Regalaban un reloj de pulsera.
-A ver, enséñamelo.
-No, Patxi compró el diario..., no yo.
-No, el reloj.
-Lo tiene Patxi. Un reloj de pulsera corriente y moliente, con publicidad.
Interviene mi padre:
-¿Qué, que regalaban un reloj con el periódico y no lo has comprado?
-No, yo sólo quería ver el periódico.
Disfraz de modernillo
Me disfrazo de modernillo (gafas de pasta, camiseta de rayas, pantalón de tela gris y corte como de patinar en skate, MP3 de 15 gramos...) y salgo al mundo silbando una de Scissor Sisters, dispuesto a comprar un café para amanerados. Un paseo corto, hasta la lujosa tienda de café de la Plaza de Guipúzcoa. ¡Esto es San Sebastián!
-Buenas tardes, quiero 400 gramos, 350 de la mezcla de la casa y 50 gramos de torrefacto. ¿Lo mueles, por favor?
-¿Para qué cafetera? -pregunta solícita la dependienta.
-Italiana.
-Y también quiero un puñado de granos de café -tiro como de pasada.
-Llegas retrasado -me sonríe.
Miro el reloj del local, faltan cinco minutos para las ocho. Cierran a las ocho, así que...
-¿Cómo? Pero si aún no son las ocho.
-No, para el pacharán. La gente empieza con los granos de café para echar al pacharán en agosto y la mayoría viene en septiembre.
Y yo, como siempre, en el vagón de cola (ya me lo decía mi padre), en octubre.
-Sí..., es que es un pacharán pirenaico, de altura, madura más tarde -improviso.
Ella sonríe.
Y mi disfraz de modernillo se ha ido a tomar por saco.
P.D.: La imagen de los pacharanes, endrinas o arañones es de Wikipedia.
-Buenas tardes, quiero 400 gramos, 350 de la mezcla de la casa y 50 gramos de torrefacto. ¿Lo mueles, por favor?
-¿Para qué cafetera? -pregunta solícita la dependienta.
-Italiana.
-Y también quiero un puñado de granos de café -tiro como de pasada.
-Llegas retrasado -me sonríe.
Miro el reloj del local, faltan cinco minutos para las ocho. Cierran a las ocho, así que...
-¿Cómo? Pero si aún no son las ocho.
-No, para el pacharán. La gente empieza con los granos de café para echar al pacharán en agosto y la mayoría viene en septiembre.
Y yo, como siempre, en el vagón de cola (ya me lo decía mi padre), en octubre.
-Sí..., es que es un pacharán pirenaico, de altura, madura más tarde -improviso.
Ella sonríe.
Y mi disfraz de modernillo se ha ido a tomar por saco.
P.D.: La imagen de los pacharanes, endrinas o arañones es de Wikipedia.
martes, octubre 23, 2007
Portadas de disco
El domingo subimos Sastarri (986 m, creo...) y también entramos en Sastarri, porque el mismo nombre sirve para la cima y para la cueva con laguito (qué poder misterioso guardan las cuevas que despiertan al famoso niñoquellevamosdentro).
No muestro las fotografías de la cueva con Lurdes y con Patxi arrastrándose por una gatera... A cambio, ofrezco dos portadas de disco: una para musiquilla New Age, el espejo de Lareo; la otra, en la cima de Sastarri, para la versión montañera (y del siglo XXI) de Romina y Albano.
sábado, octubre 20, 2007
Tiempo fotográfico
Ayer caminé unos 25 km por montañas, sobre todo por bosques. Hoy examino las fotografías de ayer. Y encuentro el buzón de Ulizar, la fuente de Uli, la entrada en Gaztelu y hasta una geométrica flor de la pasión -o maracuyá-. (Hay, cómo no, un surtido de setas: ilarrakas, edulis, pezizas…).
Pero falta una fotografía. Una imagen que, si me pongo a pensar, estaba anunciada. Al mediodía bajaba de Gaztelu a Tolosa por una GR marcada con pintura blanca y amarilla. Una ruta que, curiosamente, enlaza por los cementerios: de Gaztelu a Leaburu, después en Ibarra se ve el cementerio, pero no se pasa por él.
En la salida de Leaburu, me atacó un doberman. Lo vi venir con una seguidilla de perros paticortos, los típicos bullangueros de caserío. Me entró una ilógica confianza porque no invadía terreno privado. Me detuve y, en un segundo, me coloqué en posición de bateador con los bastoncillos telescópicos que acababa de recoger. El doberman corrió unos cincuenta metros hacia mí… Y se detuvo a tres o cuatro metros en una frenada algo ridícula. La dueña del doberman, y de la jauría ladradora, se encontró con esa imagen: su perro mordedor raspando el culo en frenada, como si tuviera lombrices; el montañero en posición de bateador. (¡Lastima de fotografía!). Ella gritó, y el doberman arrugó el hocico, enseñó la dentadura (impecable) y me dejó el paso libre.
Una revuelta más allá, el camino me empujaba a una carretera menor. Allí vi un perro negro de mil leches, con andares despreocupados de perro joven. Ya no era cachorro pero algo le quedaba… Poco, en realidad, porque apareció un coche veloz y lo atropelló. El perro hizo un ruido de nuez reventada dentro de un trapo, un CROC amortiguado, un GROG. El coche aminoró su marcha unos metros, luego aceleró y desapareció.
Un reguero de sangre descendía por el asfalto. El coche le había golpeado en la cabeza y le había sacado un ojo. El perro muerto conservaba el calor de los vivos y esa flexibilidad en los músculos que se resistían cuando lo pateé para sacarlo de la carretera. (Odio las alfombras de piel y vísceras de las carreteras).
Bien, horas después comprendí que no tomé la fotografía del perro muerto. Y hubiese sido una imagen impactante. Horas después escribo, no pretendo ser impactante. La escritura y la fotografía tienen tiempos muy diferentes. Y yo soy un hombre lento, por más que esperara al doberman.
Pero falta una fotografía. Una imagen que, si me pongo a pensar, estaba anunciada. Al mediodía bajaba de Gaztelu a Tolosa por una GR marcada con pintura blanca y amarilla. Una ruta que, curiosamente, enlaza por los cementerios: de Gaztelu a Leaburu, después en Ibarra se ve el cementerio, pero no se pasa por él.
En la salida de Leaburu, me atacó un doberman. Lo vi venir con una seguidilla de perros paticortos, los típicos bullangueros de caserío. Me entró una ilógica confianza porque no invadía terreno privado. Me detuve y, en un segundo, me coloqué en posición de bateador con los bastoncillos telescópicos que acababa de recoger. El doberman corrió unos cincuenta metros hacia mí… Y se detuvo a tres o cuatro metros en una frenada algo ridícula. La dueña del doberman, y de la jauría ladradora, se encontró con esa imagen: su perro mordedor raspando el culo en frenada, como si tuviera lombrices; el montañero en posición de bateador. (¡Lastima de fotografía!). Ella gritó, y el doberman arrugó el hocico, enseñó la dentadura (impecable) y me dejó el paso libre.
Una revuelta más allá, el camino me empujaba a una carretera menor. Allí vi un perro negro de mil leches, con andares despreocupados de perro joven. Ya no era cachorro pero algo le quedaba… Poco, en realidad, porque apareció un coche veloz y lo atropelló. El perro hizo un ruido de nuez reventada dentro de un trapo, un CROC amortiguado, un GROG. El coche aminoró su marcha unos metros, luego aceleró y desapareció.
Un reguero de sangre descendía por el asfalto. El coche le había golpeado en la cabeza y le había sacado un ojo. El perro muerto conservaba el calor de los vivos y esa flexibilidad en los músculos que se resistían cuando lo pateé para sacarlo de la carretera. (Odio las alfombras de piel y vísceras de las carreteras).
Bien, horas después comprendí que no tomé la fotografía del perro muerto. Y hubiese sido una imagen impactante. Horas después escribo, no pretendo ser impactante. La escritura y la fotografía tienen tiempos muy diferentes. Y yo soy un hombre lento, por más que esperara al doberman.
martes, octubre 16, 2007
Esencias de otoño
Es otoño y domingo, y lo aprovechamos. Lurdes, Lurdes (no es un bis despistado), Enma, Álvaro, Patxi y yo. Esta vez llevábamos hasta una perra (a la que no se puede llamar "perra" ni "bicho", porque se llama Sorgi y, sobre todo, porque Enma, la dueña, vigila con celo nuestras palabras).
La cosecha enorme fue de trompetas de la muerte (Craterellus cornucopioides); además, recogimos: urretxas (Russula cyanoxantha), coprinos (Coprinus comatus), un par de hongos (Boletus edulis)... -Se me pega la lengua al paladar con estos latinajos-.
La luz sigue aliada con nuestras marchas montañeras. Los hayedos están en lo mejor del año.
Pirineos (luminoso)
Fue el sábado, en Pirineos. Ángel, Imanol y yo subimos al Anayet (2.570) (fotografía 1). Anayet es una de esas montañas dobles, a la carta: tiene "Pico", un colmillo muy atractivo, con algún paso que invita a mirar hacia el vacío; y tiene al lado un fácil "vértice" (fotografía 2), un poco más alto, donde ascienden los que padecen vértigo.
Subimos el Pico. Luego descendimos por una ruta algo abandonada, donde encontramos una cascada.
Y, al final, hasta recogimos escaramujos (o, como dirían en Andalucía: tapaculos).
P.D.: Las imágenes merecen un "clic", para verlas a lo grande.