sábado, abril 30, 2016

Onyo, Adarra y el tufillo

Adarra, ladera sur. Fotografía de Pilar.
El 1 de abril soplaba el viento del norte, habíamos ascendido a Onyo, caminábamos hacia Adarra en ese paraje marcado por el hito del menhir de Eteneta y me sentía a salvo de tábanos (ahí, en verano, he terminado a la carrera más de una vez, acosado por esos tábanos que se beben hasta el cóctel de sangre con repelente de insectos).
Entonces comencé a sentir un tufillo singular en la nariz. El viento del norte traía el olor a podrido desde la papelera de Hernani. No se podía escapar a la carrera.

sábado, abril 23, 2016

Irubelakaskoa (965), y otras carreras

Bajada a Sumus, el punto de partida del ascenso, ante la primera peña de Ezkieta y, al fondo,  Irubelakaskoa. La vía de ascenso nordeste coincide al final con la arista.

En la montaña cada vez hay más carreras, antes hablábamos de la carrera de los 8 000, pensando en los Himalayas; a otra escala, en España, llegó la carrera de los 3 000 en los Pirineos; y a una escala aún menor, en el provincianismo guipuzcoano (de nada se libra uno), está la carrerita de los 1 000.
El caso es que el sábado 2 de abril subimos a la cima navarra de Irubelakaskoa saliendo de Francia. La ascensión desde Sumus es maravillosa por esta normal de nordeste, con sensaciones montañeras muy por encima de su altitud. En la cima (965) encontramos más corredores que montañeros clásicos. Un grupo de jóvenes con el gesto de impaciencia de los corredores en el descanso de la cima, de ésos con zapatillas coloridas y rodillas aún aptas para bajar sin pensar en el mañana...
Pilar, Patxi y yo caminamos en el descenso por la vía del collado de Lizardi y Okoka.
(Anoto que está roto el primer puente sobre la regata Aritzakun en la bajada -o subida- de esta vía).



martes, abril 19, 2016

A veces da no sé qué sentarse

Ha anochecido, llueve y subo a un autobús en Andoain (Guipúzcoa). Viajamos cuatro gatos (dos de pie) y los cuerpos ausentes dejan ver la tapicería presente en los asientos libres: ¿un salto en el tiempo?, ¿un remedo de vidrieras?, ¿manías de observador primaveral?, ¿un pulgar en alto? (rojo en el asiento de la derecha)... A veces da no sé qué sentarse.

viernes, abril 08, 2016

Huevos de mirlo (un poco al sol)

Nido de mirlo en zarza.

Nido de mirlo (algo asalchichado) en adelfa.
La mayor parte de los mirlos ya incuban sus puestas en San Sebastián, Guipúzcoa (6 de abril de 2016).

martes, abril 05, 2016

Tiempo (y cotas) de narcisos

Narcisal. Fotografía de Pilar.
La primavera astronómica de 2016 comenzó el 20 de marzo a las 5 h 30 m hora española peninsular, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional. Sin embargo, los montañeros atentos al suelo por tierras navarras y guipuzcoanas quizá han prestado atención a los narcisos, al final del invierno en los hayedos y robledales, y sin negar que la estación durará 92 días y 18 horas, o que el cielo matutino del comienzo de la primavera estará dominado por Venus, Marte y Saturno..., saben que el anuncio amarillo del final del invierno sigue vigente por encima de los 900 m de altitud.