Sonreía al borde de la risa. La miré serio y dejó de sonreír.
Lloraba. La miré sonriente y siguió llorando.
Escribe Vila-Matas en "Todo podría ser diferente":
"Una de las razones por la que el poeta ruso Gumilev fue asesinado por los seguidores de Lenin es que duante toda la dura prueba, en las oscuras oficinas del fiscal, en la cámara de tortura, en los tortuosos corredores que conducían al furgón, en el furgón que le llevó al lugar de ejecución, y en este sitio mismo, con la tierra revuelta por los pies pesados de un pelotón sombrío y desmañado, el poeta no dejó de sonreír."
No hay comentarios:
Publicar un comentario