lunes, marzo 17, 2014

Cuando los narcisos

Narcisos y, para miradas hábiles y botánicas, dientes de perro.
El sábado 15 de marzo tuve una duda: ¿lubinas o narcisos?
En esto del seguimiento de las estaciones, la duda básica estaba en si me iba a tentar a las lubinas con el señuelo de plástico (anguila) o recogía narcisos. El clásico dilema mar o montaña aplicado al caso singular del Homo depredátor.
Me decidí por las flores, no tanto por el premio de la captura sino por una cuestión de apremio. Los narcisos no esperan, la temporada de lubinas es más larga.

Narcisos. ¿Dónde? Con salida desde Lecumberri (Navarra), hacia Iribas y luego... La soledad hizo que de nuevo el pensamiento maquinara la múltiple opción tentadora.
-Y si ya que estoy aquí... en vez de narcisos voy a buscar perrechicos a un setal que conozco desde 1982 por estos parajes...
-Y si ya que estoy aquí... "voy a cuevas" (una manera bruta de decir que podía buscar y explorar un par de cuevas de las que me había hablado Imanol).
En fin, que a veces la múltiple opción se unifica, deja de ser opción y se juntan narcisos, perrechicos y cuevas. Sólo a veces.

P.D.: Las cuevas de Alli 1 y Alli 2 merecen una visita con niños. Me quedé pasmado fotografiando murciélagos y la caligrafía de las inscripciones de comienzos del siglo XX. Es un hecho que se puede constatar ante las firmas centenarias: el grafiti ha pasado de la pluma, la caligrafía y la cursiva, al brochazo y las mayúsculas contemporáneas.

Murciélago de herradura y colgandero en Alli 1.


2 comentarios:

Sergio dijo...

Al leer lo de Lecumberri pensé que no te habíamos visto por la niebla, pero resulta que era porque estabas enterrado.

eresfea dijo...

Cerca de Lecumberri, en las bajuras y honduras en las que me moví, la niebla no fue para tanto.