Ojalá Almodóvar comprase antes de ayer los derechos de algunos cuentos de Alice Munro para el cine. Tengo una debilidad (la envidia sana también existe) por aquellos que añaden el beneficio económico al beneficio íntimo de la lectura.
Esto de los Nobel de literatura es un meneo anual, uno se reubica, como si posara para el segundo, el tercer o el cuarto fogonazo del fotomatón. Porque el primer flash siempre te pilla con los ojos cerrados o con la boca abierta o con gesto cheposo. Pero no hay manera de recomponer la figura a la segunda, a la tercera ni a la cuarta (en España, los fotomatones dan cuatro oportunidades).
A ver..., que en octubre hay que encontrar la frase flash para el Nobel de literatura.
Mario Vargas Llosa. "Gracias a Dios, no dan dos veces el Nobel a nadie". La sentencia oficial (S.O.): «por su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces
de la resistencia del individuo, la rebelión y la derrota».
Tomas Tranströmer. "Excelente poeta, me gustan sus fotos con jersey de lana". S.O.: «porque a través de sus imágenes densas y translúcidas nos permite el acceso a la realidad.»
Mo Yan. "No lo he leído". S.O.: «quien combina los cuentos populares, la historia y lo contemporáneo con un realismo alucinatorio.»
Y así. Alice Munro: «maestra del cuento corto contemporáneo».
Como el premio me ha pillado con los ojos abiertos, la boca cerrada, erguido y hasta afeitado...: "Pienso en Munro como una cuentista que explora su biografía"; aunque, en petit comité, pienso en Munro como la cuentista que me recomendó Víctor Iriarte hace tres o cuatro años". Hala. Y si este fin de semana tengo tiempo (que vivo sin vivir en mí en plena temporada de hongos), releeré La vista sobre Castle Rock.
P.D.: He añadido un título para satisfacer las sospechas de ésos que, además de la imposible frase resumen de la obra de una vida, le piden a uno el resumen de sus obras más significativas. "Porque como tú (rarito) lees".
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