Deskarga, Arriurdiñeta, Elama, Basajaundegi, Ardatzipurdi (992) y Urkine (939): la importancia del camino

Fin: descenso hacia Arriurdiñeta.

Ardatzipurdi/Ardatzondo y Urkine, como se ve en la copia manipulada (torpemente) del mapa Artikutza-Mendaur del señor Imanol Goikoetxea, aparecen en mendikat como Putzuetako Gaina y Amonamotzeko Kaskoa, respectivamente. En este territorio de nombres mutantes, en estos parajes montañeros navarros algo olvidados, Patxi tenía un sueño al más puro estilo del doctor King, al pie de los versículos de Isaías (40, 4): "Que se alcen todos los valles/ y se rebajen todos los montes y collados;/ que se allanen las cuestas/y se nivelen los declives."

El propósito no eran tanto esas cimas (llegamos a barajar la opción de Loitzate), sino la ruta. La idea de Patxi era sencilla. Había tenido un sueño: imaginaba caminos del pasado para enlazar a pie algunos pueblos de la zona. En el sueño había dibujado la necesidad de una paso por Elama.

Búsqueda del paso con Elama caudaloso. Fotografía de Patxi.

Buscamos ese camino, y lo encontramos el jueves 13 de marzo. Como el Elama bajaba con bastante caudal, y como (apenas dejadas atrás las ruinas de Elama), el puentecillo de madera no inspiraba seguridad, seguimos unos cien metros arroyo arriba, nos salimos de la ruta y ascendimos directamente hacia el paraje de Basajaundegi. Subimos por fuerte rampa con dirección suoeste hasta que enlazamos con el camino imaginado, ya real.

Es emocionante cumplir los sueños y complicado escribir de los sueños cumplidos. Puede bastar saber que el zigzag progresó hasta situarse en los 650 m de altitud (aproximadamente). Seguimos el camino bien dibujado hasta alcanzar las ruinas (cimientos) de una borda, allí o se mantenía la altura (adivinamos huella) o se trepaba un poco. Patxi y yo trepamos. Apenas 20 o 30 m más arriba, las ruinas de otra borda (de nuevo unos cimientos cubiertos de musgo) y algún roca con siderita nos dieron la pista de una cata minera. Pero no era una de esas ninas túneles diminutas frecuentes en la zona de Artikutza. 

Mina de hierro de ¿Basajaundegi?

Después de explorar la mina, mantuvimos la altura por la ladera del monte, hacia el sur, ya con una senda mal dibujada, en muchos casos improvisando la ruta, hasta que decidimos atacar el pequeño collado cercano a Basain.

Saltos de agua en el hayedo.

En el hayedo se disfrutaba el paisaje de la soledad, levantamos un cárabo, fotografiamos unos bonitos saltos de agua y cuando salimos del bosque tomamos en plan comodón dirección sur sudoeste (teníamos que haber enfilado  este sudeste).
El sueño se había cumplido. En ese momento descartamos la cima de Loitzate (o Irain) y optamos por el almuerzo de carácter lácteo: queso de cabra, pan, vino y yogur griego.

Balizado en la ladera sur de Ardatzipurdi, el regreso.

Luego seguimos la ruta balizada con amarillo y azul hacia Goizueta, aunque la abandonamos aquí y allá tentados por las fotografías o por asomarnos al bosque para mirar desde otra perspectiva por dónde habíamos subido.
Bajamos con una extraña sensación de conquista desde Urkine o Amonamotzeko Kaskoa, con la referencia de la cantera de Arriurdiñeta y el deleite del paisaje.

Una aproximación de la ruta: