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Trotones en el descenso de Uarrain. Fotografía de Pilar. |
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El domingo 8 de marzo,
Asun,
Lourdes,
Pilar,
Susana,
Ángel,
Patxi y yo redesayunamos en Lazkao y dejamos los coches en el aparcamiento del puerto de Lizarrusti. Desde allí caminamos hacia la presa de Lareo y por GR alcanzamos las laderas del sudoeste de Aralar, un clásico de caminantes solitarios cada vez más visitado por los corredores de montaña. Subimos a Malkorri, y a Uarrain. Almorzamos en un lapiaz, a mitad de camino en la aproximación hacia la cueva de Basolo. Y por allí nos sorprendió la nieve. Había nevado mucho semanas atrás, pero un par de días cálidos convirtieron la nieve en un todo blando. No era esa superficie ensopada de la nieve fundida por el sol, no... Era meter la pierna hasta la rodilla y sentir que se perdía el pie en el fondo, que se patinaba sin remedio. Para "mejorarlo", salimos de sendas.
Visitamos la cueva de
Basolo, donde la sorpresa fue la luz.
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Basolo, la luz en el comienzo de la galería derecha, fotografía de Ángel. |
Regresamos al camino (arreglado y balizado) que enlaza Enirio e Igaratza, y salimos, por Baiarrate, a un atajo para eludir el paso (repaso) por el embalse de Lareo.
Llegamos con luz de mochuelos al aparcamiento de Lizarrusti.
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