lunes, diciembre 04, 2006

Caras de Modigliani, voz de los sueños


Desayuno amerikai tekercs y café con leche en Mozart, en Budapest. Después alquilo toalla y entrego la propina exacta al encargado de las cabinas de los baños. Me paso dos horas a remojo. Voy a la estación de tren. Hago cola sobre la baldosa refregada. Hace calor, la humedad es insufrible. Detrás de mí dos chicas cantan en español. Quico Veneno. En la ventanilla muestro un cartel con una palabra: "Venezia". (Sí, con zeta). La señora mira mi cartel y dice algo incomprensible. La chica de detrás se explica en español y en italiano, yo hago como que la entiendo un poco. Su amiga dice que a lo mejor soy francés. Me señalo la garganta y hago esas señas en las que me he convertido en un experto. “¡Es un mudo!”. “Ten cuidado con lo que dices, porque a lo mejor lee en los labios y por eso no ha entendido antes”. (¡Qué listas son!). “¿Tie-nes pa-sa-por-te?”. Les muestro el pasaporte. “¡Es español! No-so-tras so-mos de Lu-go. Las de Lugo me arreglan el papeleo. Sonrío y doy las gracias así, juntando las palmas como un niño en la primera comunión.
Salgo disparado del lugar.
Al atardecer regreso a la estación. Tomo un café y miro un mapa de Venecia. Entonces aparecen las de Lugo, me saludan con los labios y se sientan tan contentas en mi mesa. Piden cerveza. Ellas también van a Venecia y se prestan a ayudarme.
Despierto en la litera al amanecer. Las tres cuartas partes del cuerpo humano son agua, pero seguro que la cuarta restante es sueño. Las chicas tienen cara de estar heladas, con los ojos lívidos y las miradas hacia dentro: dos chicas Modigliani. No han dormido. Me dicen que los revisores les pidieron muchas veces los pasaportes y los billetes. Ellas me devuelven los míos, ellas se ocuparon otra vez del papeleo. Llegamos a Venecia. Son las nueve y media de la mañana. Las chicas se separan de mí sin despedirse.
Seguro que he hablado en sueños.

9 comentarios:

Al Nonino dijo...

Los mudos siempre despiertan sospecha. Por ejemplo, Bernardo, el mudo de El Zorro, que, además de ser igual al colorado de "De igual a igual", tenía una pinta de chanta innegociable.
Excelente post, Eresfea

J. dijo...

Un mudo, aunque eche arengas "castristas" en sueños y retiemble el vagón, cae simpático. Venecia, Venecia.

Anonetoy dijo...

En tu caso, las tres cuartas partes del cuerpo son cerveza.
El último cuarto son hongos.

A veces pienso que te vas a convertir en el amigo de Mario, el de los videojuegos.

mr. shy dijo...

Mudos, ojos de Modigliani y pasaportes. ¿Yo? Mudos (y sordos), luz de Hopper y pasaportes.

Pobre loco dijo...

Ya desde la Biblia confunden a los mudos con los sordos. Basta saber que alguien no puede hablar para que la gente le empieze a hablar con gestos.

eresfea dijo...

Mr. Shy, ¿qué luz de Hopper? ¿La de la costa o la artificial de antros varios?

mr. shy dijo...

Sería un insulso si dijera que cualquiera. Mmm... me traicionaría si me desasociara del rollo "Nighthawks" ("Ah, urbanitas!") y mentiría si renegara de "Peolpe in the sun" y de casas e iglesias al sol.
¿Te he dicho alguna vez que soy un auténtico soso?

@sirbuntalot dijo...

tendrías que estar decepcionado. no hicieron ningún comentario sobre tu aperiencia. pudieron haber aprochado para decir, "qué bueno que está el mudo!"

eresfea dijo...

¿Decepcionado? Merelo, soy eresfea, no buenomudo.