El Aleph Editores (2008) ofrece la oportunidad lectora de No importa, de la húngara Agota Kristof (1935). Son cuentos tan cortos como intensos, de prosa dura. Entiendo que a la gente le resulten incómodos.
(Pienso en el vidrio roto hace un momento que una mano ajena exhibe cerca de la cara, de la conciencia propia).
Reproduzco aquí un gran fragmento de uno de los mejores, “El ladrón”.
“(…) Mi estilo no es brutal. Tampoco voraz ni estúpido.
Si se os presentase la ocasión, podríais admirar el delicado dibujo de mis venas sobre las sienes y las muñecas.
Pero sólo entro en vuestras habitaciones cuando es tarde, cuando el último invitado se ha ido cuando vuestras repugnantes lámparas de araña se han apagado, cuando todos duermen.
Cerrad bien vuestras puertas. Llego sin hacer ruido con las manos enguantas de negro.
Sólo me quedo un momento, pero lo hago todas las noches sin descanso y en todas las casas sin excepción.
Mi estilo no es brutal. Tampoco voraz ni estúpido.
Por la mañana cuando os despertéis, contad bien vuestro dinero, vuestras joyas, no faltará nada.
Sólo faltará un día de vuestra vida.”
P.D.: En esta colección de relatos, Patxi , uno de los mejores lectores que conozco, eligió “La muerte de un obrero”.
3 comentarios:
El fragmento escalofriante, la portada angustiosa.
Queda apuntado para otra época, para otro estado de ánimo.
Me gusta.
Se acumulan las lecturas. Apuntado.
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