martes, marzo 31, 2009
Mortxe y Sarbil
Son nombres como para perros cazadores. ¡Mortxe, Mortxe! ¡Sarbil! ¡Busca, busca...!
Y encontramos. Karmele, Pilar, Susana, Jesús, Patxi y yo.
El domingo recorrimos como sabuesos un paraje excepcional. Desde Saldise se sube a la mitad del cresterío que trepa hasta la cumbre mesetaria de Mortxe (1.107). Las vistas al valle de Ollo y a la sierra de Satrústegui desde esa cresta son magníficas... Por las calizas salpicadas de sabina albar (como bonsáis de cipreses) nos asomamos una y otra vez al valle. Desde Mortxe, caminamos por un páramo, entre praderas, boj y saltos por alambradas. Llegamos a la ladera de Sarbil y una corta ascensión nos aupó hasta la cima de Sarbil (1.132), con cruz, refugio y buzón. El descenso fue un paseo amable hasta Azanza. Aunque el descubrimiento de un cartel que avisaba del "ANADO PELIGROSO" (sic) nos hizo sonreír y comprender por qué había tanto alambre de espino.
Estoy impresionado por el robledal de Azanza, son enormes robles centenarios.
P.D.: En la imagen, aparición de Jesús, asoma que te asoma (no es el templo, y no es, tampoco, Jesús un niño perdido)
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7 comentarios:
Buen olfato.
Jesús podría ser el Coyote (del correcaminos)...
¿Es el Jesús de las tentaciones? ¿Le entraron ganas de dar un saltito al vacío para que lo recogieran unos angelotes?
No, es el Jesús del templo de la naturaleza.
No dais ni una. Soy el Jesus de la Trinidad, porque ni Dios sabe como logre subir y si lo logre fue porque me acompaño el Espiritu Santo.
Jesus (el de la foto)
¡Cuánta envidia, estimado, cuánta envidia!
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