lunes, septiembre 09, 2013

Billare (2.309)

En el Billare.
Sí, lo lógico era seguir el "tapete" verde subiendo a la izquierda, poco antes de llegar a la cabaña de Anaye, pero vimos hitos (¡ay, inocencios!), vimos gente que bajaba (también los que bajan pueden estar equivocados) y, en vez de leer las instrucciones que llevábamos para acertar en la primera ascensión a Billare, nos metimos en la pedrera.  "¡Otra vez nos ha tocado la pedrea!", hubiera anunciado Álvaro con sorpresa de jugador de la lotería de Navidad.
Así que el 18 de agosto, Pilar, Patxi y yo subimos a Billare, por la vía casi normal: Lescun, llano de Sanchèse, hayedo hacia Anaye, giro a la izquierda. Luego subimos unos 400 m de desnivel penando por la pedrera "que no era", vivimos hasta un alud de piedra (hubiera sido tan cómico vernos a Patxi y a mí cangrejeando a cuatro patas sobre la pedrera hacia la izquierda para evitar la enorme masa de piedras que se derrumbaba...).
Y cresteamos, porque, por encima de fatigas, la cresta final de Billare merece la pena, es una montaña preciosa, exigente por el desnivel (1.300 m) y con el atractivo de un gran patio, un par de chimeneas fáciles de subida (y otra más si se sube a la segunda de las cimas) y las vistas sin parangón de Anie, Pene Blanque y la Mesa de los Tres Reyes.

Después de la segunda pedrera, la "buena", saliendo al collado previo a la cresta final.
Poco antes de la fácil chimenea.
Cresteo de regreso ante Pene Blanque. Fotografía de Pilar.
Vuelta ante la Mesa de los Tres Reyes.






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