martes, febrero 25, 2014

Andarto (1.076) y Maruatx (1.027) entre depresiones (Deguria y Alabita)

Cima de Andarto, ante la sierra de Aloña (y con Aránzazu entre las piernas).
Cueva túnel de Maruatx, casi en la cima.
Llegada "libre" a Maruatx, con vistas a Deguria y la ladera oeste de Andarto.
Pilar, Susana, Ángel, Patxi y yo salimos de Araotz el sábado 22 de febrero para cumplir con algunas tareas pendientes y grupales, a saber: dos cimas, una cueva túnel, una depresión.
Andarto fue una de las cumbres seleccionadas por la editorial Sua entre las 50 más bellas de Euskal Herrria (con la percepción de la belleza, ya se sabe lo que pasa: cada uno tiene sus manías. Para mí esta cumbre es más bella en invierno que en verano; y en cualquier estación añade el encanto de la belleza solitaria: cada vez sube menos gente); y Andarto también fue una de las descartadas el 5 de enero de 2014, cuando las nubes amenazaban lluvia y se desató la campaña antitobogán.
Subimos a Andarto.
Alcanzamos Maruatx divididos en dos grupos, con ánimo explorador. La mejor ruta sube por la cara norte, al pie del pequeño corte calizo que culmina en la cueva túnel. Desde el lado más estrecho del túnel (sur) se asciende en un pispás a la cima con buenas vistas a Deguria.

Entrada a Saiturri 2. Fotografía de Ángel.
Quedaba pendiente el asunto de la depresión de Alabita. A mitad del camino por Portaletxo, que alcanza el collado Saiturri, nos detuvimos a almorzar. Entonces Patxi propuso la visita de otra cueva cercana a Alabita: Saiturri (encontramos la cueva válida como refugio en caso de lluvia, pero con poco atractivo de espeleotemas). Y, cuando teníamos Alabita a la vi'ta, llegó el segundo cambio de planes: renunciamos a pisar la depresión. (Patxi no llegó al trance de Moisés ante Jericó, él había pisado el poljé en 2008).
Tomamos una senda de ovejas casi perdida hasta el collado entre Haxkorri y Alabita Txikia (la senda difuminada mejora poco a poco a medida que se acerca a Deguria). Desde allí, por Kontrasta, por la pista con algunos tramos cementados de pendiente inverosímil, en el primer desvío a la derecha, en Urbaltza, pasamos por el collado entre Andarto Txiki y Andarto. Habíamos cerrado el círculo de la ruta y volvimos sobre nuestros pasos hasta Araotz.

La ruta está marcada torpemente en rojo sobre el Plano general del macizo de Aizkorri y sus alrededores, ¡1988!, del señor Imanol Goikoetxea.
Los puntos rojos añadidos corresponden a zonas sin hitos, a desvíos tomados en pos de la belleza o de alguna cueva más de la que hoy no escribo. Sobre el terreno, las pinturas GR o PR acompañan en algunos tramos, pero no en todos, y pueden despistar más que ayudar; en la pirámide del Andarto y en los barrancos de Portaletxo y Uribe no hay marcas blancas y rojas o blancas y amarillas. Así que, poco después de abandonar el asfalto en Araotz, los hitos, los viejos mapas y la intuición montañera son la guía más fiable.

P.D.: Si se contrastan las alturas y los nombres del mapa ochentero con los datos de Mendikat (creo que la página más útil para ver cimas del País Vasco y de los territorios próximos), empieza el lío. Pero hoy estaba ochentero.


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