miércoles, enero 21, 2015

Cerbillona por la vía Moscowa (julio 2014)

En la chimenea de la vía Moscowa.
Vía y no corredor de la Moscowa, porque correr, lo que se dice correr por la Moscowa..., ni cuesta abajo.
Las denominaciones de esta ruta están repartidas. Lady Lister, Anne, la mujer que ascendió el 7 de agosto de 1838, se quedó con el nombre del collado (¡qué licencia retórica llamar collado al acceso de las ruta entre la Cerbillona y Pico Central!), y el príncipe de la Moscowa (Napoleón-Joshep Ney), que subió tres días después, se quedó con el nombre de la ruta.
Se parte del valle de Ara, desde la cabaña refugio de Cerbillona o Labaza (según los mapas) y se asciende a la izquierda de un arroyo que cae en un par de cascadas. El ascenso es vertiginoso y ofrece una variante con zigzag a la izquierda, por pradera, en torno a los 2 350 m. Después se salva un tramo de roca caliza áspera previo y se llega a una especie de cubeta a 2 700, que estaba repleta de nieve el 11 de julio. Ahí, al pie de las marmoleras, Ángel y yo fundimos nieve para beber y comimos un poco de puré de frutas; desde ahí se asciende hacia la izquierda hasta la brecha. A nosotros nos tocó nieve dura con la capa superficial blandurria, y solazo. Un grupo de cuatro personas subía (en lontananza nos pareció que muy lentamente). Dos franceses bajaron por esa pala de nieve tan panchos, como si estuvieran en unas escaleras mecánicas.
Nos plantamos en la chimenea grado II, bien encajonada, sin problemas. Después cresteamos sobre el espolón sudeste de Cerbillona y alcanzamos el tramo final, la puntilla, incómodo por la pendiente de roca algo descompuesta.

Último tramo de la ascensión hacia el "collado". Fotografía de Ángel.
Alcanzamos el paso definitivo, el "collado Lister", que ofrece la mirada al glaciar de Vignemale y esa mano abierta de tresmiles: Clot de la Hound, Pique Longue, Pitón Carré, Chausenque, Montferrat, Central y Cerbillona.
(Sí, muchos dedos para una mano...).
A la izquierda, Pitón Carré, Chausenque; a la derecha, Montferrat; entre nubes...
Fotografía de Ángel.
 Desde Cerbillona (3 248) nos quedaba bastante recorrido y no nos sobraba la chispa en las piernas, bajamos alegremente por el glaciar, almorzamos/merendamos/absorbimos una hamburguesa de paté de foie y seguimos brincando hacia abajo.

Sarrios posadores. Fotografía de Ángel.
 Los sarrios parecían veteranos en el arte del posado fotográfico. Las grutas al pie de la GR 10 estaban sepultadas en la nieve, salvo una con aspecto de nevera que dejaba una apertura pequeña de accceso. Nos acercamos al refugio de Barrage d'Ossoue, pero también se habían acercado y adentrado ovejas o cabras, habían dejado su rastro de cagarrutas y olía a chotuno. Decidimos entonces pernoctar en la cabaña de Lourdes. (Allí descubrimos las marmotas más confiadas del Pirineo). La cabaña tiene dos puertas: la de la izquierda da paso a una estancia con cuatro literas (somier metálico); la otra puerta da paso a un refugio reorganizado con baño, fregadero con agua y una habitación para dormir. Pero el agua no funciona por un reventón de la tubería y el cemento del suelo está húmedo. Del dormitorio también húmedo, y oscuro, rescatamos trozos de goma espuma para mejorar las condiciones amortiguadoras de la esterilla en la primer aestancia de las literas.
Cenamos poco, porque poco teníamos para cenar.
Comentamos que Lady Lister no era una mujer, era McLister, escocés, que lo vieron subir con un kilt y se creó la confusión; también se nos ocurrió otro nombre para la vía (el de algo que te pueden hacer una sola vez...) y concluimos que cargar con mochilones no era el mejor plan para subir por esa ruta.
Dormimos mucho.

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