sábado, diciembre 20, 2008

Tímpano de hierro

“Por fuera [se refiere a un hombre] era como un tímpano de hierro”. La alumna de cuarto curso de Comunicación escribía un perfil periodístico y, en la búsqueda de la comparación, encontró el tesoro.
Algunos dirán que es muy fácil, que donde dice tímpano quería decir témpano. Otros añadirán que donde quería decir hielo escribió hierro. Los más exquisitos achacarán la novísima comparación al corrector ortográfico del Word… ¿Pero cómo son posibles dos correcciones consecutivas del Word que acierten con una imagen tan precisa? Hay que tener el tímpano muy encerado para no comprender que ha nacido una poeta casual, una de ésas que en cualquier momento la cag…, digo, logra la expresión que muchos graciosos buscamos en serio durante meses. ¡Qué endivia!
La imagen (es tan mala que me gusta) está sacada de aquí.

jueves, diciembre 18, 2008

Formas de saber si se te ha puesto la cara gorda

Si tienes el pelo largo y crees verte con la cara gorda, te cortas el pelo. Compruebas que sí, que tienes la cara gorda, el corte no te ha adelgazado.
Si tienes el pelo corto, esperas que te crezca. Compruebas, entonces, que el pelo no te disimula la cara gorda. Sí, tienes la cara gorda.

El secreto: mirarse en el espejo.

La fotografía está tomada de aquí.

P.D.: Sí, ya sé... ¿Y los calvos/pelados? ¿Y los ciegos? Las grandes teorías tienen sus excepciones.

lunes, diciembre 15, 2008

Nieve




Christine, Lourdes, Patxi y yo ascendimos el Urepel (1.058) el domingo.
La nieve convirtió el paisaje en algo inolvidable y por eso cuelgo demasiadas fotos, para que podáis ser partícipes de nuestra mirada.
Las hayas nevadas, la cima con un manto de nieve batida por el viento sobre otra capa de nieve helada (crujiente bajo los pies)...
También vimos buitres sobre un potro muerto. Y la despedida micológica del año: gamuzas (Hydnum repandum) y unos pocos rovellones (Lactarius deliciosus) ¡el 14 de diciembre!

jueves, diciembre 11, 2008

Futuro de peces


Fue en Irati, cuando estrenábamos otoño. Encontré el cartel entre zarzas y ortigas. Intenté arrancarlo para añadirlo a mi colección de carteles singulares, pero no pude (era un cartel navarro y estaba muy agarrado a la tierra).
La freza. Como hay cosas que los diccionarios no cierran, planteo la escena. La hembra del pez, elijo trucha, deja los huevos en el lecho del río, a continuación viene el macho y deposita encima el semen.
Traigo esto después del estreno de la campaña condonera televisiva a cargo del Ministerio del ramo (?) a ritmo de hip-hop (y a mí que me suena a Mi carro -me lo robaron, anoche mientras dormía, etcétera- de Manolo Escobar).
Ahora comprendo a María, cuando, ante el cartel, le conté lo de la freza y ella encontró mucho parecido con lo que pasa ya entre tantas personas.
Yo hablé entonces de futuro.
Ella me habló del presente.

P.D.: En los últimos días también hemos visto en televisión que se ha doblado el número de "donaciones" de óvulos. Era una noticia vinculada a la crisis económica. Las mujeres cobran por "donación" entre 600 y 900 euros. La ley les permite "donar" cinco veces.
Por las "donaciones" de semen pagan 50 euros.
Por las donaciones de sangre, un bocadillo y casa.

martes, diciembre 09, 2008

Patxi volvió a subir y no sopló el aire



El lunes fuimos Patxi, Álvaro y yo a caminar por Aralar. Sin ambiciones. Era el regreso de Patxi al desnivel; escaso, pero desnivel.
Caminamos por la nieve, subimos hasta la cumbre de Beloki. No sopló el aire.

jueves, diciembre 04, 2008

Leizarán


Ayer, miércoles, nos adentramos en el territorio de Xabier. Patxi y yo caminamos 20 km a buen ritmo por un llano (¿falso?) nevado: el camino tendido por el antiguo trazado del ferrocarril del Plazaola, en el valle de Leizarán.
La fotografía está tomada en Mustar. Nos gustó tanto ese puente...
Vimos muchos pajarillos: mirlos, petirrojos y hasta reyezuelos. Conté a Patxi por qué, según la leyenda de un libro de EGB de 1974 ó 1975, se llaman reyezuelos los reyezuelos, las aves más pequeñas de Europa.
Patxi me aguanta estas cosas, y otras que sólo Martín y Pina saben hoy.

lunes, diciembre 01, 2008

Palabras, palabras

A la gente le gusta hablarlo, comentarlo...
¿Hablar o comentar qué?
Cualquier cosa para romper el silencio, pero el destino favorito de la conversación es el "yo". O sea, hay mucha gente deseosa de hablar de sí misma en su relación con los demás. Y para eso las mejores herramientas son el teléfono y el tiempo ajeno.
Hay que hablar para reparar, para matizar, para corregir lo que hablamos antes. Pero en esa oralidad desbocada somos tan imperfectos que podríamos volver a hablar sobre lo hablado sin fin.
[Como Allen en sus películas, como Auster en sus libros... Quizá por eso no me gustan las obras de estos viejos muchachos, porque se repiten y repiten como si fueran discursos orales].
Como nuestro límite más aceptado es la muerte, muchos se dejan arrastrar por un destino vital de charlatanes: hablaré hasta el silencio (definitivo). Quizá por eso, quienes no ven punto final en la muerte pueden guardar silencio. (Incluso hay quien hace voto de silencio).
Preferimos hablar que hacer. ¿Por qué? Porque hablar es más fácil y nos hemos acostumbrado a poner palabras para reparar los errores de otras palabras.
"Haré abdominales todos los días". Sí, no cabe duda, es más fácil decirlo que abdominalizar las jornadas.
Las acciones necesitan menos palabras. (Lo vemos entre los héroes). Algunas no tienen marcha atrás. Tal vez debería ser así para muchas palabras. Pero vemos cómo la palanca de cambios de la palabra está dada de sí: hay primera, segunda, tercera, cuarta...
¿Cómo me voy a sujetar a la palabra dicha si las circunstancias son tan cambiantes?
(Precisamente por eso, para afirmar algo en medio de caos).
¿Cómo me voy a sujetar a mi palabra dicha si nadie cumple con la suya?
(Ése es su problema, no el mío).

Escribo esto porque cada vez se me acerca más gente que quiere corregir las acciones incorrectas y, sobre todo, la ausencia de acción con palabras: con una llamada de móvil/celular, con una conversación al paso...

Escribo esto porque hay gente que trata de tergiversar mis palabras.

Escribo esto porque jamás juro.

Escribo esto porque soy un idiota que cumple su palabra, y, por cierto, eso me llena de una atávica satifacción. Cuando no cumplo con mi palabra, se me cae el mundo encima, es una derrota.

Escribo esto porque mucha gente disfruta hablando de su problema, calentando orejas ajenas. Me cansa escuchar el mismo quejío 37 veces. Y claro, cuando amagas una propuesta de acción para remediar el quejío, el facedor de palabras y fugitivo de responsabilidad se busca otra oreja que calentar.

P.D.: La oreja está aquí.

Txindoki con nieve




Lourdes, Karmele, Christine y yo subimos el sábado 29 de noviembre a la cima de Txindoki (1.348) por el camino de Muitze. Fue una ascensión, como poco, alpina. Con ese sabor épico de la nieve por encima de los 900, con el viento huracanado que tiraba en algunos tramos y obligaba a tomar la postura aerodinámica de los saltadores de esquí para poder avanzar muy despacio.
Descendimos por la vía normal, con el atajo desde el collado de Egurral hasta Oria iturri.
Disfrutamos el almuerzo de chorizo y carne en Larraitz, al final de la excursión.

Elijo tres fotografías.
El descanso de las chicas unos metros antes de la cima, cuando, por esos caprichos del viento, disfrutamos la calma del aire y las vistas iluminadas.
La nueva cumbre de Txindoki, con la cruz (el mundo gira, la cruz permanece). Digo “nueva” porque el montañero ha sido arrancado.
El contraste de la cima contra la geometría verde del paisaje guipuzcoano.

P.D.: Yo que vosotros haría clic en la fotografía de la cruz.

viernes, noviembre 28, 2008

Sarrios


Este verano la queratinosis cegó muchos sarrios en Pirineos. Tropezaban, caían, sangraban, se frotaban los ojos a ciegas contra la hierba dura de la montaña, contra las rocas. Fueron un festín para las moscas (que transmiten la enfermedad).

Lucía y yo vimos el sarrio del vídeo el último día de agosto.
Ahora, con el frío, ya no hay moscas en Pirineos.

lunes, noviembre 24, 2008

Setas sin fotografía



Al pie de la fotografía:
El domingo 16 de noviembre, Karmele, Jesús, Lourdes E., Lourdes G., Javier y yo ascendimos a la cima de Satrústegui.

Hay otra foto que el mismo domingo renuncié a tomar. La de los pie violetas.
Por el valle de Ollo, en lenta ascensión hacia Satrustegui, recogimos setas de cardo, champiñones y pie violetas (Lepista personata o Rhodopaxillus saevus). El pie violeta es una seta que tiene algo especial para mí. La primera vez la recogí con mi padre, en el término municipal de Artajona, hace treinta años. Mi padre y yo no conocíamos la especie. Y al día siguiente, lunes, fuimos a la sociedad de ciencias Aranzadi, para que los expertos de la sección de micología nos explicaran...
Hace diez años, en el mismo lugar, Peter y yo recolectamos algunos pie violetas.
A los dos nos hacía mucha ilusión recoger setas en noviembre. Y Peter siempre me decía: "En los años buenos, salen hasta en enero".
El domingo estuve tentado de hacer una fotografía de los pie violetas. Pero no... A cambio, me permití una maldad (homenaje a Peter). Venían de frente dos seteros extraños cuando yo aceleré el paso hacia ellos. Había visto en el prado unas setas más próximas a ellos que a mí. Acerté y llegué primero. Era un hermoso corro de pie violetas. Me deleité en la suerte. Saludé a los extraños. Me arrodillé en el suelo marcando el teritorio de mi éxito. Recogí las setas morosamente. Vistas desde arriba, parecían enormes perrechicos.

P.D.: Volveré en enero.