Casi todos los fines de semana salía a caminar por el campo con mi padre. Una vez, con siete años, no fui con él. Estaba cansado, llovía. Me quedé en casa.
Y él regresó con una lechuza.
Cuando tenía cinco años pasaba todas las noches por la plaza, única plaza, de Charqueada. Las lechuzas siempre estaban con su ojos penetrantes, inmutables, mágicos. Los amo, los añoro. Y el sonido de estos animalitos es aún más misterioso y conmovedor. Te apoyo!
Cuando tenía cinco años pasaba todas las noches por la plaza, única plaza, de Charqueada. Las lechuzas siempre estaban con su ojos penetrantes, inmutables, mágicos. Los amo, los añoro. Y el sonido de estos animalitos es aún más misterioso y conmovedor. Te apoyo!
2 comentarios:
Cuando tenía cinco años pasaba todas las noches por la plaza, única plaza, de Charqueada. Las lechuzas siempre estaban con su ojos penetrantes, inmutables, mágicos. Los amo, los añoro. Y el sonido de estos animalitos es aún más misterioso y conmovedor. Te apoyo!
Cuando tenía cinco años pasaba todas las noches por la plaza, única plaza, de Charqueada. Las lechuzas siempre estaban con su ojos penetrantes, inmutables, mágicos. Los amo, los añoro. Y el sonido de estos animalitos es aún más misterioso y conmovedor. Te apoyo!
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