miércoles, octubre 04, 2006

Ciegos, vacas, masajes y hongos


En los últimos días de junio de este 2006 se suicidaron tres ciegos en Corea del Sur. Los tres eran masajistas, los tres se quedaron sin trabajo por una nueva ley que prohíbe que masajeen los masajistas ciegos. La prensa de esos días también dedicó espacios a la hamburguesa más cara del mundo. Así, me enteré de la disputa entre una estadounidense, que usa solomillo picado relleno de foie, y una española con filetillos de carne japonesa, de Kobe (donde dan de beber cerveza y sake a las vacas, y las masajean).
Aún hoy me imagino a los masajistas cegatos, desempleados y coreanos viajando a Japón, para masajear vacas ebrias. Para que luego alguien se dé el lujo de comer una hamburguesa de 80 euros.
A este embrollo lo llaman globalización, y enseguida sacan moralinas, moralejas y hasta moretones. Pero no me quejo por eso, no. Porque la palabra globalización es como la palabra colesterol, que se usa para todo y, además, todo el mundo sabe que hay uno bueno y otro malo. Me quejo, un poco, sí, por la banalización informativa, entre anecdotilla y tragedia, sin transición, como en este texto.
En mi ensalada de hoy revuelvo lechuga navarra, hongos (navarros, je, je), aceite virgen granadino, vinagre italiano... y beberé el vino de la Última cena, un syrah argentino.

P.D.: En la imagen gugeliana, las vacas Wagyu, de Kobe.

16 comentarios:

Ander Izagirre dijo...

Hace unos cuarenta años, un tío abuelo mío se suicidó cuando una ley obligó a que todos los ascensores fueran metálicos para prevenir incendios.

O al menos así lo contaría el periodismo ligero ligerillo. Mi tío abuelo era carpintero, fabricaba cabinas de madera para ascensores y la ley lo arruinó. Ése fue el motivo más vistoso, el más fácil de destacar, pero a veces los suicidas -por ejemplo mi tío abuelo- tienen toda una jungla de motivos.

Me acuerdo de ese tío abuelo que no conocí cada vez que leo noticias como éstas que tengo guardadas: "Mató a su suegra porque siempre le ponía huevos fritos para cenar", "Mata a un payaso en plena función porque no le gustaba el espectáculo" (el pobre Chispiruleto, lo recordaréis).

Esa mezcla de tragedia y comedia es irresistible para titular, pero le acaban dando la razón al asesino. La mató porque le ponía huevos fritos. ¡Yuncojón!

Anónimo dijo...

Yo no tengo historias de suicidios humanos, pero si de suicidios seteros: en estos tiempos de golpe, los hongos se suicidan asomando tanto y caen en la cesta y luego en la ensalada de robasetas.

Anónimo dijo...

Punto a favor de Mac Donalds: consiguen el mejor sabor sin masajear a las vacas. A ver que dicen ahora los detractrores de Ronald y los peloteros ¿eh?

Anónimo dijo...

No sé que da más miedo en este atículo, si la locura mental de eresfea o los comentarios de los demás.

tan versátil como acústica dijo...

Berna: un aprendiz de funebrero astuto se asusta mucho. los muertitos de hoy día son flor de piolangas y guardan aire en los pulmones por si acaso; como los camellos.

Anónimo dijo...

aqui cada uno pone lo que le da la gana, jaja! Los suicidios son un tema muy delicado, y no se puede juzgar ni tratar de darles una explicacion, asi, como hacen los contertulios, a la ligera, contundente y sin ninguna idea. Pero como es asi con todo... yo tambien me quiero comer una ensalada con lechuga de las navarras!!!

Anonetoy dijo...

Lo del último suspiro no creo que tenga olor a menta. De todas formas no estoy dispuesto a averiguarlo (el afán periodístico de Eresfea quizá lo incite a probarlo).
Ahora que pienso, hubiera sido un cierre perfecto para Baywatch: Pamela Anderson besando a un cadáver.

A-X dijo...

Me encantó tu fúnebre post... intenso.

Me encanta tu blog...

Saludos

A.-

No dejes de pasar por casa...

IMANOL dijo...

Ander, este mensaje es para tí, que seguro que me sacas de dudas: como se llama el pueblo Alavés abandonado donde se dan cacofonías y todo tipo de paranoias??
Si le convences a Josean de que ponga las setas, yo pongo los pulpos.

Ander Izagirre dijo...

Imanol, en este instante tengo ante mis ojos un capazo lleno de tremendos hongos. ¿Puede el ser humano guipuzcoano cansarse de comer hongos? ¿Y pulpo?

Lo malo es que el domingo me voy a Madrid para un par de semanas: ¿habrá pulpos y setas para la vuelta? (¿O para este mismísimo sábado?) Soy todo orejas: anderiza@yahoo.es

No he oído hablar de ese pueblo alavés con fenómenos para anormales. Pero seguro que se oyen el arrastrar de cadenas y los lamentos de Enriqueta Benito y Javier Mosquera: ¡UA, UA, UA! ¡Álava como Navarra!

(Gracias a Josean por el tablón de anuncios).

IMANOL dijo...

Se puede esperar un par de semanas.

Anónimo dijo...

Una pregunta, nomás...

¿Te hiciste accionista del CALLIA?

Al Nonino dijo...

Este post me hizo acordar a la historia de la vaca socialista. Muy bueno, Eresfea.

P.D.: El código que tuve que introducir era: "ywarucft". Un gran desafío dactilográfico para un hispanoparlante. Todavía no logro descifrar el significado... seguro que tiene algo que ver con los rusos.

Fran Invernoz dijo...

Cambalache, como el tango, esto es el mundo.

mr. shy dijo...

Hombre, pues que he vuelto. Para que me revisitéis tú y los que quieran. Y los que no.

Anónimo dijo...

A decir verdad, hoy esperaba alguna entrada sobre Politkovskaya, como la hubo de Cartier Bresson. Si no me equivoco.

Y ya que estamos, Implementaciones montevideanas III ya tiene una foto lila.