Esta mañana ha muerto
Javier Olabe. Tuvo la sensibilidad exquisita de esas personas intensas que duran poco. Era de cuerpo débil y piel pálida, como un poeta de otro siglo. Respiraba trabajosamente, quizá por eso disfrutaba masticando el latín y las esdrújulas, quizá por eso siempre nos saludaba eligiendo las palabras con alegría. Tuvo una vida breve, luminosa. Y ahora sólo me queda dar las gracias, porque lo conocí.
Request in pace.
P.D.: Sé que hubiera disfrutado ante el dragón de la fotografía. Arrimado a San Jorge, claro.
6 comentarios:
Lo ha dicho ami: mueren los mejores. Qué dolor.
Hace unos meses quedé con él en que publicaría en el blog algunas de sus tronchantes columnas. Lo haré dentro de unos días.
Descanse en paz.
Un chico encantador. Ahora cuesta decir cuanto.
Ha dejado constancia.
Vivió en paz, transmitía paz.
Lo echaremos mucho de menos.
Un abrazo a todos.
Bea
Lo que dice Antonio: se van los mejores.
Menos mal que le conocí, que compartí con él esas horas en la revista. Su alegría, su serenidad, su amabilidad... Bah, para qué escribir.
Ahora le tenemos allí.
Descanse en paz.
Una de las personas más entrañables que he conocido. Cómo le quería la gente de NT. Siempre que paso por la catedral de Pamplona pienso en él.
Yo, al igual que MAJ, cuando estoy en la catedral me acuerdo de Javier. Me lo imagino de niño vestido de monaguillo todo contento. Hacía mucho que no le veía y ayer la madre de María nos llamó para contárnoslo, se acordaba de algunas historias que le habíamos contado y cuando leyó la noticia pensó que sería el protagonista de ellas.
Una pérdida importante.
andoni
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