Los “míos” son Zatopek, Kukuczka (a la izquierda de la fotografía), Induráin, Nadal... Porque no son necesarias las victorias para que los admiremos.
Y me hubiera gustado no conocer así a mi héroe de Pekín, ese andador de 50 km marcha que pide públicamente perdón a los españoles con los ojos sombríos y la mirada en los pies por su mal resultado en las Olimpiadas.
"Evidentemente estoy decepcionado porque no he estado al nivel de lo que requiere la situación. He fallado al deporte español, a la marcha española y se ha quedado gente en casa que venía mucho mejor que yo hoy. Sólo puedo pedir perdón a la gente que he fallado".
Ha entrado en meta vacío. Está derrotado, dolido, aguanta las lágrimas con entereza. Piensa en voz alta en el tiempo que ha robado a su mujer y a su hija para llegar a Pekín, y que, a pesar de lo que les ha hecho, no ha podido estar arriba en la prueba. Piensa en los atletas que podrían haber ocupado su lugar y hacerlo mejor. Pide perdón a todos, humillado. Anuncia su retirada de las competiciones. "Ha sido mi última carrera de alta competición. Ha llegado el momento de dejarlo. Llevo 25 años y ya noto que no estoy a la altura de las circunstancias, la maquinaria no da más de sí y viene gente joven empujando muy fuerte".
Y yo hubiera dado una patada en la rodilla para doblar al carroñero que alentaba semejante confesión aguantando el micrófono, que animaba a seguir la confesión con un silencio expectante, que no retiraba el micrófono, que permitía semejante acto de humildad y grandeza.
Santiago Pérez, puesto 26; 3 horas, 59 minutos y 41 segundos, marchando.
P.D.: La fotografía está tomada de picasaweb. La gente que conocía a Kukuczka quedaba impresionada, entre otras cosas, por su tripilla.
5 comentarios:
Yo escribí una entrada sobre Santi Pérez y sus declaraciones el 26 de agosto. Puedes leerla aquí: http://carrerasdelmundo.blogspot.com/2008/08/post-juegos-olmpicos.html
Un abrazo!
Me acuerdo de Zatopeck, que diría Perec.
Con "Jurek" también subí a los catorce ochomiles.
Si me lo permites,eresfea : Mi mundo vertical, Ed. Desnivel.
(No lo vendo, está en la biblioteca municipal de Donostia).
Qué grande.
La carrera de los ciclistas nunca acaba. A pesar de las penurias, yo creo que nunca se jubilan del todo. Son admirables.
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