jueves, abril 29, 2010
Embelesado (Camino de Santiago 2010)
martes, abril 27, 2010
Eyjafjallajökull
Cafetería Rumbos, Pamplona, 8,05. Las cenizas están en el aire.
Hablan dos camareros:
-Y si no pasa como en Pompeya...
-¿Qué era Pompeya?
- Una ciudad que... ¡Catapón! ¡Un volcán!
-Eso porque era pequeña, que Islandia es un país muy grande.
Hablan dos camareros:
-Y si no pasa como en Pompeya...
-¿Qué era Pompeya?
- Una ciudad que... ¡Catapón! ¡Un volcán!
-Eso porque era pequeña, que Islandia es un país muy grande.
Por un euro
"Tenía unos treinta años, fuerte, majo, con acento extranjero, como del Este", me cuenta mi madre. Aquel hombre había visto que había obra en el balcón y subió hasta el octavo piso en ascensor. Allí se encontró el montón de sacos llenos de escombro y ante la oportunidad llamó a la puerta.
Mi madre abrió y escuchó: "Señora, por un euro le bajo los sacos."
Oigo la historia y algo se revuelve en mi interior. "Por un euro...". Mi madre dice que qué pena. Las comparaciones brotan enseguida. Pienso en la fortaleza de ese hombre. Y en que, quizá, en su cabeza tenía el precio de un kilo de arroz, o de una bolsa de fideos, o...
Y no puedo sacarme la historia de la cabeza.
Mi madre abrió y escuchó: "Señora, por un euro le bajo los sacos."
Oigo la historia y algo se revuelve en mi interior. "Por un euro...". Mi madre dice que qué pena. Las comparaciones brotan enseguida. Pienso en la fortaleza de ese hombre. Y en que, quizá, en su cabeza tenía el precio de un kilo de arroz, o de una bolsa de fideos, o...
Y no puedo sacarme la historia de la cabeza.
lunes, abril 26, 2010
Agüerri (2.449)
El sábado, Asun, Diana, Karmele, Koro, Lourdes, Pilar, Carlos, Fernando, Jesús y yo descubrimos el camino desde Gabardito, pasando por el Salto de la Vieja y la Foya de Secús, para llegar a Agüerri. Un camino exigente con nieve.
Después bajamos. Primero en dirección oeste, por la cresta con roca podrida y nieve; después hacia el sur, ladera abajo, hasta caer a las campas del Salto de la Vieja.
Fuimos esforzados.
P.D.: Guxo estuvo ahí.
jueves, abril 22, 2010
Asombrado (Camino de Santiago 2010)
Me explico. Soy un seguidor irregular de GH, es lo que tiene compartir televisor. Reconozco que no me entero demasiado bien de quiénes son los personajes de cada edición y de qué pruebas hacen, sobre todo porque siempre me acuesto cuando el programa va por la mitad. Bien, quizá era el filtro de mi mirada, pero yo veía a los concursantes con cierta distancia, como cuerpos raros en el tejido social español. O sea: los de GH eran raros seleccionados para componer la fauna de un programa que busca cierta salsilla (conflictos) en las relaciones humanas de los encerrados. Pero no era lógico que, además, yo pensara que esos raros eran excepcionales, que los habían sacado rebuscando con pinzas.
En este Camino de 2010 he descubierto que el sacado con pinzas, el rebuscado, soy yo. El comportamiento de los peregrinos primaverales: su manera de vestir, de hablar, de comer, de... era, generalmente, como ver GH. ¡La España peregrina (e incorporo al concepto, al margen de nacionalismos, autonomías como Euskadi, donde las cifras de audiencia de GH son de lo más) se parece tanto a GH!
P.D.: En inviero hay otro ambiente peregino, será que el calor granhermaniza los cuerpos, no sé... Sospecho que en invierno peregrinan los espectadores de La 2.
Huevos de mirlo
lunes, abril 19, 2010
Loapuntoenlagenda
Se anota algo en la agenda (electrónica o de las otras) para olvidarlo al momento (quizá en un tú a tú frente al “agendado”) sin reparos, sin preocupaciones, sin tapujos... Es como las pipas, o el rascar, o el bostezar, o tatuarse, o pedir cementerios nucleares para el pueblo: todo es empezar. Empezar a anotar y a olvidar.
Recuerda, al menos, que anotas ahí las cosas que la memoria no guardará.
P.D.: ¿Has anotado alguna vez el teléfono de tu madre?
Recuerda, al menos, que anotas ahí las cosas que la memoria no guardará.
P.D.: ¿Has anotado alguna vez el teléfono de tu madre?
Entre mojones (Camino de Santiago 2010)
En el último kilómetro de León, antes de entrar en el Camino francés por Galicia, aparece el primer mojón de la serie que acompañará cada medio kilómetro al peregrino. Entretienen esos mojones, permiten hacer cuentas, calcular la velocidad de los pasos, hacerse promesas… Creo que fue uno de los mejores gastos (o “intervenciones”, como dicen ahora) en la rehabilitación del Camino hace ya décadas.
Un mojón que marca el antes y después: el del km 100. A Vila-Matas, escritor y enemigo confeso de los números redondos, le daría un repelús si viera a todo Blas fotografiando ese mojón, añadiendo la piedra o la pintada, fotografiándose con él. ¿Será porque nos gustan los números redondos y los límites?
Este 7 de abril, cuando llegaba al mojón que marca 100 km, situado a la derecha del camino, decidí mirar hacia la izquierda, ampliar mis límites. Antes había fotografiado en Brea (me gusta ese nombre, como galipote) el 100,5. Después, en Morgade (también me gusta ese nombre), el 99,5, junto a una fuente.
O sea: un paréntesis kilométrico.
P.D.: Si se camina hacia Santiago como peregrino, la distancia mínima (y redonda) son 100 km. Aunque nadie arranca a caminar en el límite mojonero.
Impresiones primaverales
martes, abril 13, 2010
Hombre con carreta (Camino de Santiago 2010)
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