Ya lo he comentado con varios amigos: en este Camino pensé mucho en Gran Hermano (GH).
Me explico. Soy un seguidor irregular de GH, es lo que tiene compartir televisor. Reconozco que no me entero demasiado bien de quiénes son los personajes de cada edición y de qué pruebas hacen, sobre todo porque siempre me acuesto cuando el programa va por la mitad. Bien, quizá era el filtro de mi mirada, pero yo veía a los concursantes con cierta distancia, como cuerpos raros en el tejido social español. O sea: los de GH eran raros seleccionados para componer la fauna de un programa que busca cierta salsilla (conflictos) en las relaciones humanas de los encerrados. Pero no era lógico que, además, yo pensara que esos raros eran excepcionales, que los habían sacado rebuscando con pinzas.
En este Camino de 2010 he descubierto que el sacado con pinzas, el rebuscado, soy yo. El comportamiento de los peregrinos primaverales: su manera de vestir, de hablar, de comer, de... era, generalmente, como ver GH. ¡La España peregrina (e incorporo al concepto, al margen de nacionalismos, autonomías como Euskadi, donde las cifras de audiencia de GH son de lo más) se parece tanto a GH!
P.D.: En inviero hay otro ambiente peregino, será que el calor granhermaniza los cuerpos, no sé... Sospecho que en invierno peregrinan los espectadores de La 2.
3 comentarios:
Mmm. Pues vaya.
Pues espero que no vieras ayer un reportaje sobre delincuencia juvenil en no sé qué programa de estos digitales terrestres. Para llorar.
Preciosa la foto, peregrino zancudo.
Bea
No solo el Camino; el ochomilismo "de masas" actual parece que también se está "granhermanizando". No está bonita la cosa.
Por otro lado, fantástica y brutal la entrevista de hoy en barrabes.com... http://www.barrabes.com/revista/noticias/2-6594/larga-clarificadora-entrevista-maria-antonia.html
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