lunes, octubre 29, 2007
Pato
Cuando tenía siete u ocho años, leí en el libro de Lenguaje el cuentito de pato. El pato vanidoso presumía de sus destrezas (dignas de las FF.AA.: tierra, mar y aire). Caminaba, nadaba y volaba. Quizá fue una serpiente –eso no lo recuerdo bien- la que puso al pato en su sitio: volaba fatigosamente, sin requiebros; nadaba como un bote; caminaba bamboleándose como un borracho.
Pero esto no menguó mi entusiasmo hacia los patos. Junto a la casa de mis abuelos, vivía el pato Lucas (blanco), que comía todos los caracoles que le dábamos los niños y atendía nuestras llamadas: “¡Lucas, Lucas!”. (Sí, venía bamboleándose).
Años después descubrí el foie, las mollejas y el confit. Qué grandes, los patos.
Ahora leo La sombra de la ruta de la seda, la última virguería del británico Colin Thubron.
En China, donde comienza el viaje de Thubron, los niños pastorean bandadas de patos.
P.D.: En la imagen, pato dominical en el Oria (Tolosa).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Mi mirada (demasiado educada) se desvía hacia la frase: "Años después descubrí el foie, las mollejas y el confit".
Me salió la sonrisa maligna, la carcajada diabólica... no pude evitar disfrutar de ese lindo pato convertido en manjar.
Lo siento.
A mí también me entusiasman los patos. Da la casualidad de que traje a Estados Unidos paté de pato y oca y, madre mía, ahora me persigue una legión de pedigüeños que no hace más que recordarme que vuelva de España con más "pachéi" (paté -¿?-).
De mi padre he aprendido a saborear el foie. Una vez, en un restaurante de postín, pidió algo con foie de primero y nosequé al foie de segundo. El camarero, amable, quiso hacerle reparar en que ya tomaría foie de primero. Mi padre, con su sonrisa más ingenua, respondió: ¿tienen algo que lleve foie entre los postres?
Duetos: y el pato a la naranja.
Lo que unen los patos, que no lo separe el hombre... Ah, qué rico. Mr. Shy, yo no perdería la oportunidad de dar todo tipo de explicaciones a los yanquis a propósito de la elaboración del foie.
Momo, mi padre come el flan con pan y unta el caramelillo... Para gustos, colores.
Se extraña, se extraña al Thubron.-
Elotroyo, éste es buenísimo...
Publicar un comentario