sábado, febrero 09, 2008
Descarga 1: Gatos y canguros
De nuevo en Montevideo, descargo de la cámara digital imágenes confundidas con la memoria. Hace días estuve en Buenos Aires (desde ahora BsAs) y pasé por el Jardín Botánico, en Plaza Italia, cerca del zoo y de la memoria de Borges. Siempre que veo esos gatos malcriados, gordos e indolentes del Botánico, me acuerdo de algunos textos de Borges y de su obsesión por los tigres. Pero, cuidado, no saco ninguna conclusión. Mi pensamiento viaja entonces al zoo y su contenido.
Paréntesis: pocos lugares tan ilógicos y deprimentes para alguien con cierto cariño por la naturaleza como un zoológico.
Vuelvo: pero no recuerdo los tigres del zoo, ni siquiera algún felino borgiano, sino a Pancho, el chimpancé viejo y operado que soporta algún intento de cariño imitador del que aguantaba el gorila Copito de Nieve en Barcelona.
Y los canguros. Si entro al zoo de BsAs, me acerco para ver los canguros. Si entro con alguien, siempre lo acerco para que vea los canguros.
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7 comentarios:
Recuerdo la visión encarnada de Copito de Nieve, rígido, dando la espalda a los visitantes. Parecía jamón york.
Quizá por eso le dieron funerales con honores (casi) de Estado...
¡Es ella! ¡La pantera! Menguada, porque no es lo mismo Bs As que Bilbao, pero ¡la pantera!
Portzierto, ¿cuándo escribirás sobre el mono de Cristina Enea? (en este caso, la preposición "sobre" significa "acerca de").
Es un reto, Ander, eso significaría el ingreso de eresfea en la categoría de blogs con contenidos censurables y tal y tal. Creo que seguiré usando la historia (infantil del mono) para el segundo o tercer vinito de las cenas que necesitan un chispazo... Je.
Los gatos del Botánico: en una reciente película (El hombre robado) dan una explicación de su existencia.
Agradecido por la información, Ramiro.
Ander, cuando hice la foto, pensaba en los encuentros entre Álvaro de la Rica, Gonzalo Robles, Peter y yo a propósito de lecturas y comentarios de las lecturas (ahora no recuerdo si lo disfrazamos de seminario, o taller...). Siempre con cafés y algo sólido de por medio.
A mí me tocó hablar de Borges, laberintos y ¡tigres! Hace un par de semanas, cuando vi el gato negro, reforcé el recuerdo, pero era un recuerdo más cercano: ¡la pantera!
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