jueves, mayo 01, 2008

Lección de Pepe

Entre 1990 y 1991 viví un año sabático sin saberlo. Me di cuenta cuando terminó y volví a trabajar. Por eso lo llamo viernésico.
Aguanté unos meses con el euskera; días con el inglés, por dificultades bailongas con la profesora; y semanas con el alemán, porque después de la clase organizábamos una partida de parchís en un bar cercano. El camarero, cuando me veía jugando con tres mujeres al parchís, se acercaba y me daba la Grimbergen con media sonrisa que me recordaba mucho a la de Kazuro (dígase Kasuro).
Dejé el parchís cuando mi amigo Josean (DEP) me presentó en el bar Teo. Allí jugaba a cartas con un grupo de señores mayores. Gente experta, duchos en el tute y en el mus. Allí aprendí mucho.
Pepe tenía porte de galán, los brazos tatuados, más de setenta años y muchas batallas perdidas. Él decía: “Yo he follado más que todos vosotros juntos”. Y nadie afirmaba, negaba o levantaba la cabeza. Pedro, el sólido carnicero cuarentón, abría el abanico de sus cartas con cuidado, sin parpadear. Ángel, siempre bronceado de sus paseos de jubilado por la playa, se hacía el sordo… Y yo me sentía bien, por debajo de Pepe. (Está bien que haya autoridad). Me daba un codazo cómplice y volvía a la carga: “He follado más que toda esta pandilla de viejos junta”. “A ver, Pepe, ¿quieres mus o no quieres mus?”, le cortaba Pedro con cierto desinterés.
A Pepe le venía a buscar todas las tardes la mujer. Ella entraba al bar, a Pepe se le iluminaba el rostro y le costaba menos de un minuto dejar la partida de cartas. No importaba si ganaba o perdía. Nunca hacía esperar a su mujer. Si algo estaba por decidirse, él pagaba los cafés o las copas y se iba del brazo con su señora con paso de guapo tanguero.
La amistad de Pepe (DEP) fue de lo mejor que yo, sin saberlo aún, viviría en ese año viernésico.

P.D.: Aquel año, Kazuro (dígase Kasuro) salió en la televisión vasca. Imaginé vascas versiones de esa aparición:
-Pedante: un nipón imbuido en la cultura vasca.
-Sentimental: un japonés enamorado de nuestras tradiciones y nuestra lengua.
-Envidiosillo: un chino borracho en una sidrería, contando cómo ha aprendido euskera en seis meses.

4 comentarios:

J. dijo...

Qué disfrute.


Me siento bien, por debajo.

mi-tacua-uy dijo...

Qué quieres que te diga, me enternece Pepe (DEP).

Minerva dijo...

Magnífico perfil de hombre. Se aprende mucho de aguien que lo deja todo por otro -incluso su orgullo y su autoridad-.

Minerva dijo...

Quise decir "alguien".