jueves, junio 19, 2008

Sangrante

Hoy, a las nueve menos cuarto de la mañana, intenté donar sangre en La Española (uno de los mejores hospitales de Uruguay, se supone). Mi donación sería la cuarta entrega de la sangre necesaria que espera una anciana de 85 años para operarse el próximo 23 de junio. Lo digo de otra manera: La Española exige que cuatro personas dejen 450cc de sangre per cápita para operar a la señora. No creo que mi sangre correrá por sus venas, no interesa mi grupo sanguíneo o el famoso Rh. Sólo me piden una identificación (cédula de identidad, pasaporte), no padecer o haber padecido ciertas enfermedades, no tener tatuajes recientes... Es, me imagino, sangre para almacenar. (El clásico "porsiaca").
Ahora viene lo mejor: no me han dejado donar sangre, porque hoy es feriado/festivo (día del natalicio de Artigas, el prócer de los próceres uruguayo, y otras fiestas añadidas a esta fecha).
Me han dicho que puedo ir mañana, desde las siete de la mañana. Lástima que tenga que trabajar (como todo hijo de vecino) el viernes. Eso sí, me dan la oportunidad de donar el sábado por la mañana.
No voy a hacer más sangre con este asunto vergonzoso. Al menos hasta el sábado.

9 comentarios:

Ignacio Bermúdez dijo...

No hay que hacerse mala sangre... (¡Y queda abierta la puerta a más chistes malos!)

Ander Izagirre dijo...

Morcilla, morcilla.

Sergio dijo...

No sólo vergonzoso, sino que también es sangrante.

Lebowski dijo...

Eso te pasa por querer donar sangre.

Anónimo dijo...

JA. Yo no puedo donar porque no llego al peso. Y la vez que pude, el laboratorio del Casmu estaba innundado. Como la Biblioteca Nacional. Debe sobrar la sangre en Uruguay.

J. dijo...

Alégrate. A mi me hubieran dicho que no volviese.

JAIME FUENTES dijo...

¡Hoy triunfamos! ("Aramos dijo el mosquito,que estaba encima del buey"). A las 9.00 de la mañana, el vampiro de La Española le aspiró medio litro de sangre. El donante siguió dondespués, como si nada. Y comiendo medialunas calentitas, en el desayuno, recuperó enseguida "el vital elemento" (dícese en buen periodismo). La receptora de su donación no cabe en sí de gratitud.

Anónimo dijo...

A mí tampoco me dejaron donar. Me dijeron que mi sangre era casi agua y me recetaron unas cosas de hierro asquerosas que no me tomo. Eso me pasa por no comer lentejas...

eresfea dijo...

Elemental, querida hipolipo... Un abrazo ferruginoso.