Ayer,
Kristina,
Álvaro,
Patxi y yo ascendimos el Castillo de Acher (2.390). Fue un día precioso, soleado, con brisa. En la subida recolectamos setas (Pleurotus ostreatus), en el “Castillo” vimos un grupo numeroso de sarrios (rebecos). Los lirios empiezan a secarse.
El paisaje veraniego contrastaba con aquel que disfrutamos de otra manera
Patxi yo en diciembre. Otro ayer, otro Acher.
P.D.:
Majo, te hubieran gustado tanto las rocas…
3 comentarios:
¡Qué envidia! Uno ya esta un poco viejo (o desentrenado) para esos trotes...
Genial la foto de contraste. Ojala se pudiera hacer eso con las mujeres, pero claro, ellas se ofenden...
Hace tiempo, Nieves y yo, conocimos juntos el valle de Echo; a Asier, cuando va al monte, lo llamamos "Atxerito", y él está orgulloso de ello aunque todavía no sepa de dónde viene el nombre.
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