viernes, marzo 12, 2010

En memoria de Delibes

Ha muerto Miguel Delibes. Hoy honraré su memoria con la relectura de El libro de la caza menor. Ahí descubrí que las perdices de raza, las auténticas patirrojas, pueden llegar a posarse en las ramas de un pino para eludir al cazador y a su perro.
En la greda, en los páramos, en los pegujales... encuentro una familiaridad difícil de explicar con el señor Delibes.

4 comentarios:

M.D. dijo...

"Mis libros salen del contacto con el campo y no a la inversa, de donde se deduce que yo salgo al monte a cazar perdices y, de rechazo, cazo también algún libro".

eresfea dijo...

Los cazados en el campo saben mejor que los de escritorio...

J. dijo...

A mi me gustó mucho leer un verano, en mi pueblo, diario de un cazador...

P dijo...

A mí me gustó mucho "La hoja roja" y tengo pendiente "El disputado voto del Señor Cayo". Este verano, quizás...