Ecce Homo bartleby.
El domingo 9 de octubre,
Asun,
Lourdes,
Pilar,
Ángel,
Imanol,
Patxi y yo salimos a caminar por el entorno de Leizalarrea con propósitos elevados (Eguzkiko Muñoa y Urepel). Llovía, había muchos seteros inquietos que iban y venían motorizados por las pistas, y había también gamuzas, trompetas de la muerte, rúsulas y hongos (emergentes) en el hayedo. Así que cinco de nosotros nos sumamos a la inquietud boscosa del otoño.
Y siempre hay un
Bartleby micológico, alguien que "preferiría no hacerlo". Para estos artistas de la renuncia, quizá, se despeja la tarde en la pradera con vistas al borde del bosque.
P.D.: Almorzamos muy bien y subimos Eguzkiko Muñoa.
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