A la peña Ezkaurre se asciende por la clásica ruta desde el collado de Arguibiela en un plis plas (si no hay hielo). La cosa cambia cuando se deja que los lobos despachen la cima rápidamente y se emprende el ascenso por el camino de Caperucita, en este caso roja y blanca de GR11. La propuesta (lenta) del domingo 3 de junio partía desde Isaba (813). Seguimos la GR 11, que, tras un tramo de pista por el barranco Berroeta, salva un arroyo y se interna en un pinar con algunos claros por la ladera de Arrigorrieta. A partir de los 1.400 (aprox.) el paisaje se abre en unas campas y se divisa buena parte del recorrido. La ascensión discurre suavemente trazando un arco por las laderas herbosas (Traviesa de Gallarifenda, norte de la cima de Kañadaziloa) hacia el Pico Godia. Se llega ante el frontón sur de Ezkaurre. Impresiona. Cerca del Ibón del Ezkaurre, el balizado repintado guía la subida en la
mole caliza. Como la ruta ya lleva unos kilómetros acumulados, se nota la rampa, exigente. La llegada a la cima mesetaria (2.050) da una sensación de alcanzar un mini Stonehenge navarro. A los montañeros les ha dado por levantar rocas en la cima y tiene su gracia el paisaje. Pero la emoción se asoma al tajo sobre el barranco del río Veral, mirando de tú a tú (tururú) el Espelunga.
Tras la comida-merienda, descendemos sin camino, hacia el oeste, guiados por el barranco calizo al sur de Baines (cima), que parte en una zona de simas con grandes neveros ocultos, a la izquierda, según se baja (antes de atacar los repechos más exigentes de la ruta clásica de los lobos). Al final se abre el barranco en una pequeña pradera y se enlaza (hitos) con la senda que viene del sur hacia Baines (y luego Belabarce). A la derecha, en descenso, visitamos la cueva del Paso del Ezkaurre y otro escalón nos deja en las campas colgadas de Baines, con manantial y resto de borda. Desde allí, la senda en buen estado desciende a la izquierda del arroyo donde termina la pradera (en los mapas se dibuja por la derecha...) y los hitos señalan el camino hasta el valle de Belabarce. En este tramo conviene bajar (o subir) sonriendo: hace años había
trampas fotográficas para osos. (En esta ocasión no vi la cámara, lo
cual no significa que no estuviera....). Se sale al valle de Belabarce junto al corral de ovejas "nuevo".
Cabe la huida por el método digital (autostop) hasta Isaba, pero optamos por terminar la "circular" con la visita a la cascada de Belabarce y el paso por las Ateas de Belabarce para volver a Isaba.
La ruta con fotografías.
1. Aproximación (larga).
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Noches lluviosas, mañanas con riada. Foto P. |
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Homo recolector perrechiquensis. Foto P. |
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Enfilando hacia la pared sur de Ezkaurre, a la derecha, Espelunga cubierto por las nubes. Foto P. |
2. Ascensión (intensa)
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La ascensión se empina desde el ibón de Ezkaurre. |
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Casi chimenea balizada como GR. Foto P. |
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Tramo final (manso) del plato de la cima. Foto P. |
3. Tentaciones en la cima.
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Lección de Barrio Sésamo: arriba y abajo. |
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¡Quemetiro, quemetiro...! ¡Tenno Heika Banzai! |
4. Descenso (libre) por Baines.
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Boca de la cueva, nidal de chovas. Foto P. |
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El inolvidable rincón de Bainés. Foto P.
P.D.: Perrechicos y senderuelas.
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1 comentario:
Aunque me de por soñar con las rutas del lobo, en este caso al menos, prefiero la de Caperucita. Envidiable.
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