Peter, ya pasaba hace un lustro, pero cada año es más llamativo esto de que nadie se vea viejo (y si se ve se lo calla, porque sabe que no hay que comentar esas cosas...). La "tercera edad" sale de la curva, ras, cambia a cuarta, y meterá quinta o sexta porque marchamos alegres como deportivos. Esto me hace pensar en que tienes que ver TopGear en la televisión... (lo que nos hubiéramos reído comentándolo) y en que la fuente de la eterna juventud ya gotea del grifo en nuestras casas, debe de ser algo que ponen como el cloro. Ya nadie se deja impresionar por los límites de esas tarjetas joven que te ofrecen descuentos sólo hasta los 25 años, ni porque los bancos y cajas de ahorros te consideren joven hasta los 30, o porque en el mundo de las letras seas un pimpollo hasta los 35. La minifalda a los 40 dejó de ser un problema (excepto si me la embuto yo) y no hay que ser argentina para llevar una melenaaaaaaza rubia a los 50, o insersado para discotequear a los 60.
"Viejos son los trapos", ¿te acuerdas? Y los ancianos de toda la vida están en trance de extinción (muriéndose de viejos), pero desde que te fuiste han cambiado algunas cosas. Ha triunfado el cómic y la película Arrugas, que te habrá gustado, pero no sé si te has fijado, ahora los sacan de los asilos, porque con su exigua pensión mantienen a la familia en paro, aunque, eso sí, por la calle, a los inválidos sólo los pasean sudamericanos. Es extraño, las palomas tan dadas a las señales de esperanza desde los tiempos de Noé, han abandonado los bancos (muebles, no entidades financieras), viven de los jóvenes y del maná de sus vómitos de botellón. Qué contraste con las aves de Félix Rodríguez de la Fuente: siguen volando en la rerreposición de La 2. (La paloma zurita en los torcales, presa habitual de una rapaz rupícula como el halcón -toma el aliento antes de exhalar- ¡peregrino!).
Las chicas de oro, ¡chicas!, eran unas precursoras y no nos dimos cuenta. Porque ya no eres viejo, tienes juventud acumulada. Y yo que tú yo que tú ya no me moriría... creo que voy a sumarme, Peter, ¿y si me comporto en esta vida como un inmortal? Tengo que ensayar el gesto desdeñoso y mirar mis fotografías, que no me hacen justicia (obvio), como si fueran sucedáneos del retrato de Dorian Gray. ¿Que lo de inmortal no lo ves claro? Mira que estoy dispuesto hasta a luchar contra las letras del Dúo dinámico: "Jóvenes, éramos tan jóvenes...". ¿Cómo que "éramos"?
Debería borrar los tres párrafos precedentes. Calentamiento y divertimento. Tú lo sabes requetebien, cómo nos divertían estos pedaleos, por eso los dejo ahí antes de contarte lo que de verdad importa. Que el 12 de agosto me acordé de ti en la cima de una montaña. Pensé en esa escena que inspiró una novela inacabada de Camus. La del hijo que se planta ante la tumba del padre. El padre enterrado es más joven que el hijo vivo sobre esa tierra. Y, sí, ni tú fuiste mi padre ni he alcanzado aún la edad de tu muerte. Pero tiempo al tiempo; además, nunca nos gustaron demasiado los números redondos, ¿verdad?
Será el futuro... Y así pasan los años, cinco.
3 comentarios:
Precioso :)
Gracias por compartirlo. Gracias.
Bien por Patxi, ha encontrado cazadora del color ideal, la que resalta la imagen humana en la foto dándole proporción a la imagen.
Publicar un comentario