miércoles, julio 24, 2013

Una galopada por Ordesa: Tobacor (2.779) y la Faja de las Flores (otra vez)

Montañero asombrado. Mondarruego al fondo.
El 6 de julio por la mañana, cuando desayunaba en Góriz, dudaba en qué ruta seguir ese día. Estaba seguro del destino: Bujaruelo, donde tenía reservada la media pensión. ¿Subo el Casco, paso por la Brecha de Roldán y bajo al collado de Bujaruelo para repetir después el tramo (pero en bajada) de dos días antes? ¿Exploro el collado de Gabietos armado de piolet y crampones? Al final subí Tobacor, esa montaña que se ve desde el refugio de Góriz en cada aventurilla tresmilera, esa cima que no había subido nunca. Fue tan sencillo como alcanzar el collado de Millaris, el pico homónimo y lomear hasta ¡Tobacor! (¿Cómo es posible que ningún caballo histórico se llame Tobacor? Bucéfalo, Incitatus, Babieca... ¡Tobacor!
Desde Tobacor había decidido llegar a la Faja de las Flores, y bajar por Carriata hasta la pradera de Ordesa y, desde allí, caminar al refugio de Bujaruelo en una kilometrada final de asfalto y pista. Pero para alcanzar la Faja de las Flores había aún dos opciones: la corta, por la Ribereta (más corta, aunque con una remontada); la larga, por el collado Descargador y las planas de Narciso.
 Opté por la larga porque hay un refugio que quería revisar en Cotatuero, cercano al poste ¿meteorológico?



Eresfea enfajado.
 Luego caminé por la Faja de las Flores aún sin flores (primavera que no llega) pero con gente, y con sarrios extraordinariamente confiados, quizá por la presencia, aquí sí, de brotes verdes.


Haced "clic" en las fotografías para ver a la gente.


Llegué con los cascos calientes a la pradera de Ordesa y me rendí a la bajada en autobús en un ambiente sofocante. Los casi 7 km que hay desde el Puente de los Navarros hasta Bujaruelo los llevé con el gotero puesto (de sudor).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de GALOPADA solo lo puede decir alguien que ha visto muchos westerns... ¿había "indios" en las fajas de Ordesa... ?

Iñaki ;-)

eresfea dijo...

Ah.., ¡Río Bravo!
Algún plumas sí que había, aunque hacía calor. Y un tipo escalando que daba vértigo sólo de verlo.