viernes, febrero 15, 2008

La necesidad de una guía


Me siento capaz de conjugar el verbo aconcaguar. (Incluso cantaría con Ander: Acon-cocogagua, acon-cocogagua, coco, coco, gua). Pero no aconcaguaré, aún. No en este verano austral.
De poco sirve referirse a la enfermedad. Espero otra ocasión futura, quizá con la ayuda profesional de la guía de la fotografia (en la cima del Bonete). Una mujer con cuajo y, hoy, con un año más, ¡felicidades!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo que pensaba que ya ibas a sentar cabeza... La próxima vez, quizá.

mi-tacua-uy dijo...

Las cosas que más cuestan, luego dejan un gustillo diferente. A veces vale la pena la espera.

¡Feliz cumpleaños a tu guía!

Adela Fernández dijo...

¡Qué envidia verte en esas cumbres! ¡Qué suave sensación de paz me embarga en la meseta cuando te diviso en las alturas!

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias, Eresfea. Ya conspiraremos ;P

Besos

J. dijo...

Bueno. Acon-cocogagua, acon-cocogagua, coco, coco, gua- rás.

Abrazo!

IMANOL dijo...

La polainas Artiach llegan hasta allá!

Anónimo dijo...

EStoy seguro de que no será la última intentona. En San Bernardo parecía que se os comía la niebla. ¿Qué se veía? (Envidia, envidia).
La repetición indiscriminada y a alta velocidad de "Aconcagua" me recuerda a las mamachicho. Lo siento. Cosas del mal de altura, seguro.