La noche del 18 de septiembre llovió en el desierto. Por eso Imanol y yo dejamos (tras una vasca resistencia) la terraza de la kasba y bajamos a dormir al patio cubierto. El día siguiente, a las seis de la mañana, caminábamos por las dunas de Erg Chebí. Vi una gran araña blanca. Pensé en que magia de las dunas del desierto es cuestión de luz y de cambio constante: movimiento y quietud; como un fuego, como el rompiente de las olas... Me acordé de muchos amigos, pero especialmente de uno.
Después de la marcha por la arena, desayunamos opíparamente mientras Hannane, Ahmed y Yusuf -nuestros bereberes de la kasba- cumplían con el ayuno del Ramadán.
P.D.: Clic sobre la imagen.
7 comentarios:
Qué envidia, el desierto. Es, sin duda, mi siguiente parada en el mundo.
Otro elemento de magia en el desierto: el lago de Merzouga. ¿Estaba allí?
Josema y yo, y seguro que Sergio también, queremos pase comentado de fotos. En el Intza o aquí en Lezo con el proyector o donde se tercie. Hay muchas preguntas. Desde la rugosidad del asfalto en el Tizi'n'Tichka a la resistencia de los neveros en el Toubkal o la alianza de civilizaciones entre Imanol y los marrakechenses.
El desierto es bello, sí.
Ander, no buscamos el lago, pero el año de lluvias en Marruecos ha sido excepcional. Las gargantas en las que pasamos con el agua al cuello se suelen recorrer con unos saltitos para no mojarse los pies. Imanol ha tirado más de doscientas fotografías.
La "alianza de civilizaciones" tuvo varios momentos "mágicos". Por ejemplo, con el guardacoches de Imlil que llevaba pintada la línea del ojo (ejem...), o en la salida de la aduana, cuando al "cacheador" sólo le faltaba añadir aquello de "diga 33".
Veo el envido de Ander y añado la sociedad fotográfica como sede, con cena posterior.
Menú y fecha : a concretar.
Hora : tras la puesta de sol, respetando el Ramadán.
PD ¿SÓLO doscientas fotos?
El cambio constante asusta. Se mecen las dunas.
Qué luz...
¿Crestea?
Mi alianza quedó sellada con la entrega de un calzoncillo. Llegará el post y las fotos...
J, el cresterío es móvil.
(Que no me oiga ninguna compañía de telefonía...).
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