jueves, septiembre 07, 2006

Certezas con imagen de montaña


Por un lado.
Patxi ya tiene 39 años. Fue ayer, qué cosas. Él es nuestra brújula en la montaña, y muchas cosas más.

Por otro lado.
Mi padre ahora debe de estar recogiendo higos. Una actividad fundamental en nuestras vidas.

En la fotografía se juntan los dos, sin brújula, sin higos..., con niebla en la ascensión a las modestas Peñas de Aya.

12 comentarios:

Ander Izagirre dijo...

Por un lado: ¿Patxi es el que va delante de la mochila?

Por otro lado: tu padre debe de estar esperando el regreso del higo pródigo.

eresfea dijo...

Por un lado, mi padre es mucho más pródigo que yo, sobre todo con los higos.
Por otro, sí, en la montaña, Patxi siempre va delante de una mochila enorme. Le decimos que, con ese equipaje que carga, da más altitud a las cumbres.

IMANOL dijo...

Y además le permite llevar objetos tan útiles en el monte como seiscientos litros de agua, crema protectora (tanto para el sol como antivioladores: preguntad a Josean), calcetines de lana y ropa de abrigo a 40ºC,...
ano mimo

Ander Izagirre dijo...

Muy bueno lo del mochilón para dar más altitud a las cumbres. ¿Y por qué debemos preguntar a Josean sobre una crema antivioladores?

Anónimo dijo...

Yo no sé si quiero saber lo de la crema.

IMANOL dijo...

Por qué es la que ofrece a los amigos cuándo va al monte, y tiene los mismos efectos que el spray antivioladores más concentrado del mercado. Pregunta, pregunta a Josean...

eresfea dijo...

Me da una crema protectora del sol y me insiste en que me restriegue bien la frente con ella. Luego resulta que esa misma crema (aspecto de requesón avinagrado) le provocó una especie de ceguera y picor insoportable que él padeció tres meses atrás (María casi le hace el boca a boca cuando Patxi se tiró en el suelo por el picor en los ojos).
Se ve que quería testear conmigo cual conejillo de indias. Para ver si efectivamente era la crema solar. Y sí, era la crema. La subida a Petretxema fue una lágrima viva. Yo no dejaba de llorar del picor; luego arrancó el cabroncete de Patxi, después Imanol, cuando se enteró de toda la película... Pero ellos lloraban de la risa.

Ander Izagirre dijo...

Me ha recordado la historia de la crema de masaje Greg Lemond.

A mí los días muy lluviosos me sentaban fatal cuando corría en bici. Se me quedaban las piernas tontas, sin fuerza, y en las subidas no conseguía ni acelerar un poco el corazón, porque las piernas no me iban.

Mi padre apareció un día con la poción mágica: crema de masaje Greg Lemond, protección especial contra la lluvia. Un domingo de chaparrón, antes de una carrera en Zarauz, mi padre abrió el tubo de crema, me dio unos buenos chorretones hasta embadurnarme por completo las piernas, a tutiplén, y me las masajeó a conciencia. Nada más arrancar subíamos Meagas, y yo empecé a sentir un calorcito curioso en las piernas. A mitad de subida se convirtió en un ardor molesto. Y en la cima ya me abrasaban los muslos, una quemazón insoportable. Tuve que esperar al coche del equipo, para pedir bidones de agua y tratar de quitarme aquel mejunje diabólico. Cuanto más frotaba la crema para intentar quitármela, más me achicharraba.

Después de la carrera, mi padre leyó con atención las instrucciones de la crema que tan generosamente me había dispensado:
anda, aquí pone que había que mezclar un 10% de la crema Greg Lemond con un 90% de aceite de masaje.

Ignacio Bermúdez dijo...

Sublime foto.

IMANOL dijo...

Bueno: tu padre cometió un descuido al no leer bien las instrucciones, pero Patxi sabía que aquella "crema" llevaba muchos meses caducada (de habersela aplicado en las piernas, a Josean, las tendría ahora, seguramente, sin un triste bello, y puede que hubiera subido el Petretxema como un avefenix).

Anónimo dijo...

Yo no sé por qué no te buscas otros amigos.
No me parece mal esa nueva crema depilatoria. Sería un buen negocio.

mi-tacua-uy dijo...

Cremas aparte, ¡qué rico comer higos! El paisaje, espectacular.