La señora A. dijo, hace décadas, a mi madre:
-Cuando me jubile, se acabó, me quedo en casa.
Ella era practicante. Recuerdo las últimas inyecciones que me puso (contra la escarlatina, tal vez...). Me trató muy bien, como si yo, con seis años, fuera una persona mayor. A cambio, no endurecí el culete cuando me pinchó.
La señora A. recorrió San Sebastián de una punta a otra durante cuarenta años con sus inyecciones. Al parecer, nunca tomó vacaciones. No se casó. No tuvo hijos. Cuando se jubiló, cumplió con su palabra. Esta anciana aún vive en ese primer piso que da a la plaza de Easo. No sale de casa más que cuando es imprescindible. Su hermano asegura que puede pasar todo el invierno “guardada”: ve poca televisión, escucha la radio y música, y lee mucho.
Algunos llegan a su hogar con el tópico bienintencionado:
-¿No quiere salir a dar un paseo?
Entonces, la señora A., que es una Señora, les mira con amabilidad y cambia de tema.
No sé de qué se sorprenden. Ya se lo dijo a mi madre hace décadas:
-Total, para lo que hay fuera… Y no va a mejorar.
11 comentarios:
Y...luego sólo a mí se me empaña el cristal de gris-negro. Necesitas una buena salida.
No, no... La señora A. no es infeliz. Es ella.
Pero entre la mierda se ven las mejores flores.
¿Eso nadie se lo dijo?
¿Y si ella es la flor? Flor de invernadero, ahora.
Hace bien en no salir, yo aún odio a mi practicante.
Eresfea, desde que estás allá no paras de escribir. Concho.
Concho, concho y concho. ¡Ni corcho ni kontxo! Habría que bautizar así algún hongo.
Ey, yo también escribí sobre mi 'praticante'. Esta gente se merece un homenaje. El mío creo que aún no se ha jubilado, aunque ha llegado ya a la edad con creces. Es un segundo piso de la Plaza del Castillo.
Me parece muy dulce que la señora A. esté "guardada" y cambie de tema. Nadie sabe cambiarte de tema y distraerte tan cortés y eficazmente mientrás te clava una banderilla como los 'praticantes'; o 'praticanta' en este caso.
La plaza de Easo me parece uno de los mejores lugares del mundo para no salir de casa; si es un ático mejor: se intuye la playa, se ve al buen pastor y el alboroto de los niños en la plaza. En junio son fiestas y hay un tio vivo al lado del kiosko.
P.D.: Cierto, desde que estás a(uy)llí no paras de escribir.
¡Ah..., Caravinagre! ¿Qué sería del costumbrismo del siglo XXI sin ti? Un abrazo.
Ah... Eresfea, que me emociono. Bonito detalle, gracias.
¿Sabes?, ahora en mis lecturas pululo entre el barojianismo y algún polaco.
Otro abrazo para tí.
La señora A. estaba aburrida de lo que había fuera, no le gustaba. Y había dedicado muchos años de trabajo a ver el mundo de ahí fuera desde una "perspectiva diferente". Ella estaba convencida de que ese mundo no iba a mejorar.
Elotroyo, no entiendo tu matiz.
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