1. “Tu hijo”.
Lo dice la madre al padre, o viceversa, al padre o la madre, o viceversa (¡qué lío). En fin, el vicehijo acaba de hacer una buena… El primero de los progenitores que se entera tiene el derecho a usar el desposesivo:
¿A que no sabes qué ha hecho “tu hijo”?
2. “Tu perro”.
Mutatis mutandis por el caso “Tu hijo”.
3. “Tu amigo”.
Lo dice ella (tan bella como un personaje de ficción) que va con él. Tú eres el amigo “tu amigo”.
La paradoja: cómo puede caber en la misma persona ser novio de… (ella, tan bella como un personaje de ficción) y amigo de… (tú, que a saber qué oscuras horas de perdición provocaste).
Y ella se aparta para que no le llegue la onda expansiva de tu presencia (mínima, por otra parte). Tú vas solo. Y ella te mira fugazmente, un paseo de los ojos, y se arregla algo en el pelo. Tú bajas la cabeza, y te fijas en sus pies, en sus pantorrillas... descubres tu torpeza, tu sumisión. No sigues.
A continuación, tú, "tu amigo", te rascas un poco la cabeza.
¡Ay! ¡Error! Pensará que tienes piojos.
Pero a ti te pica.
Y ya es tarde.
P.D.: En la imagen, un piojo. Si no te pica la cabeza o no te has rascado ya la cabeza, he perdido en mi juego.
11 comentarios:
Pues va a ser que sí que perdiste, al menos en mi caso...aunque tengo la ventaja de tener el pelo recién lavado.
¡Cachuen...! ¿Cuando dices lo del pelo, es porque tienes uno? Eso salvaría mi orgullo, je, je.
Pues nuevamente va a ser que no, más bien todo lo contrario, no podrías salvar tu orgullo ni queriendo, lo siento!
Está bien, melenas, me voy a llorar al cuartito.
Genial.
Zorionak, en el día del padre...
!!!
Hala, un añito más...
Zorionak!
Conmigo tampoco ha funcionado, aunque estuve tentada de rascarme más de una vez. Muy feliz cumple.
He leido el 3 como 10 veces. Qué grande.
Ah, mutatis mutandis...
Yo me rasqué la espalda (el lomo, ahhh) a conciencia. Si te sirve... de la cabeza nada de nada.
Felicidades (un poquitín atrasadas).
Pues que tienes unos lectores muy limpios, a ninguno nos ha picado la cabeza, jaja.
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