lunes, abril 19, 2010

Entre mojones (Camino de Santiago 2010)


En el último kilómetro de León, antes de entrar en el Camino francés por Galicia, aparece el primer mojón de la serie que acompañará cada medio kilómetro al peregrino. Entretienen esos mojones, permiten hacer cuentas, calcular la velocidad de los pasos, hacerse promesas… Creo que fue uno de los mejores gastos (o “intervenciones”, como dicen ahora) en la rehabilitación del Camino hace ya décadas.
Un mojón que marca el antes y después: el del km 100. A Vila-Matas, escritor y enemigo confeso de los números redondos, le daría un repelús si viera a todo Blas fotografiando ese mojón, añadiendo la piedra o la pintada, fotografiándose con él. ¿Será porque nos gustan los números redondos y los límites?
Este 7 de abril, cuando llegaba al mojón que marca 100 km, situado a la derecha del camino, decidí mirar hacia la izquierda, ampliar mis límites. Antes había fotografiado en Brea (me gusta ese nombre, como galipote) el 100,5. Después, en Morgade (también me gusta ese nombre), el 99,5, junto a una fuente.
O sea: un paréntesis kilométrico.



P.D.: Si se camina hacia Santiago como peregrino, la distancia mínima (y redonda) son 100 km. Aunque nadie arranca a caminar en el límite mojonero.

2 comentarios:

J. dijo...

Entre mojones, he leído "Dublinesca". Me ha gustado, qué le voy a hacer, jaaj.

eresfea dijo...

Vas a acabar enmojonado, je...