El hombre mide más de metro noventa y frisa los 45 años, camina con pantalón corto fuera de las sendas del parque, pero nadie se lo reprocha. ¿Quién reprochará a un hombre de más de metro noventa en pantalón corto que camine por donde a él le dé la gana en un parque? El hombre se acerca a algunos setos, a algunos arbolitos de hoja perenne, a algunos troncos con hiedra o zarzas, también se detiene en los taludes con algo de maleza. De vez en cuando algunos de esos ancianos habituales de su banco en el parque le han mirado haciéndole saber que lo vigilan, que es un extraño. Él ha respondido siempre con otra mirada... Quienes han visto películas de spaghetti western saben cómo va eso. La música es de mirlo, de petirrojo, de malviz... hasta ese especie de maullido del pavo real, no de Morricone, y no empiezan los tiros cuando cesa la música en el parque de Ayete, en el de Cristina Enea o en el de Miramón. Si preguntaran, el hombre respondería: busco nidos. Y si se atrevieran a repreguntar: "¿A su edad buscando nidos?". El hombre respondería: "Precisamente, a mi edad."
Pero el 22 de marzo de 2013 un grupo de niños interrumpió el juego, y uno de ellos se acercó al hombre y le preguntó:
-¿Qué haces?
-Busco nidos.
-¿Y has encontrado alguno?
-De momento dos. ¿Queréis ver uno?
De malviz (zorzal). En un tejo demasiado endeble para sostener al hombre y que él pueda fotografiar su contenido. Pero ha tocado antes el interior del nido y, sin ver, sabe que los cuatro huevos que ha rozado con la punta de los dedos son de color azul claro con pecas negras. Y ahora, con más de un metro noventa, puede aupar a los curiosos.
Y si alguien preguntara por qué busca nidos y no se conformara con "para encontrarlos", el hombre parafrasearía a O'Connor, cuando a ella le preguntaron por qué escribía cuentos: "Porque se me da bien".
P.D.: Pocas veces se puede usar el "frisar" con tino.
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