Primer paso: el desgüese, con apoyo de izquierda (atención a la flexión de índice).
El titá (vibrante) de cuchillo. El ejecutante corta con precisión y velocidad que supera las posibilidades del ojo humano.
El bailar pegados del corte.
Presumen los del museo del chotis de bailar en una baldosa, y los de la ezpatadantza en hacer virguerías con saltitos y espada; pero el 19 de enero, en la sidrería Gartziategi, celebramos la tradicional danza de la Txuleta sobre plato (pocos bailes tan carnales como éste), que precisa el manejo magistral de arma blanca sobre loza (la baldosa cóncava). Imanol, Iñaki y el maestro Jesús, los intérpretes del cuchillo y tenedor, se esforzaron con la agilidad de pianistas; y los demás (Belén, Rosa, Ricardo y yo) jaleamos atentos la calidez y grosor de sus cortes.
Todo tan rico, ¡eh!
P.D.: ¡Próximamente Kaskanueces! (¡Te vas a enterar, Txaikoski!).
1 comentario:
Con la postdata se me ha escapado una carcajada. ¡Menudo ballet nos espera!
PD: Mucho vaso vacío por ahí.
Publicar un comentario