Ayer casi fuimos campeones.
La memoria uruguaya se preguntará durante semanas (como se preguntaron en Estados Unidos durante años cuando recordaban el asesinato de J. F. Kennedy): "¿Dónde estaba usted cuando erraron los penales?".
El fútbol oriental recibió ayer otro golpe herético. Ya sabíamos que los uruguayos son malos practicantes de su fe. Un dato: en la primera jornada de la última fase del torneo de este 2005 (que sólo la casta sacerdotal futbolera puede descifrar), y sin los dos "grandes" (Nacional y Peñarol), los equipos de primera división congregaron a 3.632 espectadores en las canchas. Creo que eran ocho partidos, y una tarde primaveral. ¿Deserción?
Casi fuimos campeones. Los niños dejaron de asistir al colegio, con el consentimiento de profesores y padres, para ver el partido en la televisión. Uruguay madrugó y vio en directo la derrota. Las mieles del triunfo nacional (deseo ponerme cursi tres segundos..., ¡ya está!) radicaban en clasificarse, repito, clasificarse para la fase final de un mundial de fútbol.
Yo viajaba en un colectivo cuando la debacle de los penales (¿quién podía pensar en esos instantes en la desastrosa campañana de clasificación previa?). Éramos tres hombres: el chofer, el cobrador y yo. El resto, mujeres.
Y me llama la atención que las mujeres, casi siempre la reserva espiritual, las garantes de la fe, sean las primeras que vienen absteniéndose del fútbol uruguayo. ¿Será una señal?
8 comentarios:
Es verdad, es verdad, me has echo reír. si fueras mi amigo te diría qué hijo de puta que sos. pero sí, yo desde senegal me abstengo del fútbol. Y no creas que no sufro que esos zanganos australianos con cara de livinidosos nos hayan aplastado.
Es malo fallar un penal. Es peor clasificarte en Turquía y que en el túnel te averíen los rivales enfurecidos: el futbolista suizo Stephane Grichting padece "una perforación en el canal urinario" (¡¡¡aaaaaaaaaaagh!!!)
"provocada por una supuesta patada", dice el teletipo. Telepito: menos mal que era supuesta.
Grichting puede estar contento en el fondo (nunca mejor dicho), porque los turcos podrían haberle perforado algún otro canal.
Así, sí. Completamente de acuerdo y entristecida.
Con la frente marchita.
El uruguayo es un porteño con bajo perfil, me dijo una amiga una vez. Estamos en un país lleno de mediocres vestidos de figuras. No sólo en el fútbol, también en las oficinas, en las redacciones, en las salas de reuniones, en los festivales de creatividad, en las casas de gobierno...
¿Será una reconfirmación de nuestra mediocridad? Acabamos de demostrar que, en lo único en que decimos ser buenos de verdad, estamos aún por debajo de 32 países. Mala vida.
Dogbert jr.: También estamos en el país que estamos por uruguayos como vos que se pasan quejando. Va con toda la onda membrillera, y me extraña de vos que sos un monumento a la buena onda.
arrancá dogbert jr. Qué decis... nos somos porteños. TENEMOS IDENTIDAD.
Tenéis identidad ¡y hasta seudónimos! (incas, ingleses...).
Un abrazo desde cierto país que chorrea identidad
Eresfea: lamento decir que fui una de las pocas mujeres que vio tuito el partido de m..... Pero todo bien, porque (aquí viene típico comentario de mujer, según algunos) ciertos australianos estaban muy bonitos. Como siempre, cuando juega la selección, lo que entretiene es el contrincante.
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