viernes, febrero 02, 2007

Aranzazu




Cuando veo los espinos, me acuerdo del pastorcillo (digamos guipuzcoano y medieval) y su “dijo” ante la imagen de la Virgen:
-¿Arantzan, Zu?
(¿Tú, en el espino?).
Ahí se la encontró. Y de ahí: Arántzanzus, Arantzas, Arantxas, Aranchas...
Detalle: como se puede leer de la tradición, los vascos preguntamos lo obvio desde tiempo inmemorial.

Esta mañana del 2 de febrero ha sido un día de espino blanco o albar; también conocido como majuelo, e incluso maoleto (en algunos lugares de Andalucía).

Y de hayas en blanco y negro, aunque la fotografía sea en color.

6 comentarios:

Manuel Rivas dijo...

Si hay algo que caracteriza al ser humano es su actitud general y contradictoria de afirmar lo obvio en algunas circunstancias ("está lloviendo") y de negarlo en otras ("no es lo que parece"). Lo que no sabía es que los vascos lo preguntasen :D

Anónimo dijo...

Otra típica: ¿te has cortado el pelo?

Ander Izagirre dijo...

Te llaman a casa, coges el teléfono y te preguntan: "Anda, ¿estás en casa?".

La leyenda del pastorcillo Errodrigotxo (¿por qué les colocamos tantas veces el diminutivo a los pastores, a éste incluso dos veces, si muchas veces son unos morroskos tamaño Perurena?) digo que la leyenda del pastorcillo Errodrigotxo está muy bien, pero vienen los prosaicos de Euskaltzaindia a desmitificar y dicen que "en realidad se trata de un topónimo compuesto por 'arantza' y el sufijo abundancial '-zu', equivalente a ´lugar abundante en espino´.

eresfea dijo...

Me sorprende que no me hayáis sacado punta del "me acuerdo del pastorcillo". Esa capacidad para recordar siglos añejos es también muy vasca. Algunos la llaman nacionalismo, pero estoy seguro (también muy vasco) de que es anterior a Sabino (que no Espino).

mi-tacua-uy dijo...

¡Hola Eresfea! Tiempo que no entraba en tu página pero veo que estás pasando un invierno espectacular. Por el sur, el verano está con todo, y da un poco de envidia un aire fresco ¿Por qué siempre queremos lo que otros tienen?

Anonetoy dijo...

Dicen que el que pregunta un duda una vez es tonto al preguntar, pero el que no se quita esa duda es tonto toda la vida.

Siendo 50 amontonados en una clase, es difícil optar por la primera.