sábado, diciembre 29, 2007
Luces de mi ciudad
San Sebastián. ¿Después de deconstruir la cocina, ahora le toca el turno a la Navidad?
¿Qué hay detrás del concepto "caja iluminada"?
No he metido más luces porque dan grima. Iluminado me tienen...
Gestores del Tiempo Ajeno (GTA)
¿Crees que el tiempo es un tesoro y renuncias a seguridades, comodidades, ingresos… a cambio de poder disfrutar de tu tiempo? ¡Cuidado! Porque los Gestores del Tiempo Ajeno (GTA) quieren saber qué estás haciendo, dónde estás, con quién estás, por qué estás, qué horarios de trabajo y de todo tienes; te llamarán (móvil/celular) para preguntar qué estás haciendo, también te preguntarán cómo estás (aunque no les importa demasiado) y enseguida te pedirán algo, porque, aunque a ti no te dé el cuero para más, “tú tienes tiempo” y “a ti no te cuesta nada”.
(Ten claro que un amigo pide poco, y cuando pide no mete el “tiempo” en danza).
Quizá cuesta menos decir sí (“yo tengo tiempo, a mí no me cuesta nada”) que negárselo, porque los egoístas te acusarán de egoísmo y, si no consiguen lo que quieren, te robabarán el tiempo exigiendo explicaciones. Por eso, todas tus explicaciones del tiempo propio deben ser tan falsas como la amistad y la discreción del GTA. He aquí algunas soluciones comprobadas con eficacia contra estas ladillas:
1. Apuesta superior y definitiva: “Yo no soy tu amigo y no quiero volver a hablar contigo”.
2. Crematística: “No lo hago gratis”. “Esto cuesta…(cifra desorbitada)”.
3. Fuga: sin explicación (doblar una esquina y huir, encerrarse en un baño, colgar el teléfono y dejarlo descolgado una semana...)
4. Intercambio:
4.1. Invención de un familiar moribundo. Se pedirá al GTA que, a cambio, se ocupe de él en ese “tiempo”.
4.2. Declaración de una enfermedad mental propia. Pedirle que te acompañe a la terapia de grupo, porque cada uno tiene que llevar a un amigo.
(Ten claro que un amigo pide poco, y cuando pide no mete el “tiempo” en danza).
Quizá cuesta menos decir sí (“yo tengo tiempo, a mí no me cuesta nada”) que negárselo, porque los egoístas te acusarán de egoísmo y, si no consiguen lo que quieren, te robabarán el tiempo exigiendo explicaciones. Por eso, todas tus explicaciones del tiempo propio deben ser tan falsas como la amistad y la discreción del GTA. He aquí algunas soluciones comprobadas con eficacia contra estas ladillas:
1. Apuesta superior y definitiva: “Yo no soy tu amigo y no quiero volver a hablar contigo”.
2. Crematística: “No lo hago gratis”. “Esto cuesta…(cifra desorbitada)”.
3. Fuga: sin explicación (doblar una esquina y huir, encerrarse en un baño, colgar el teléfono y dejarlo descolgado una semana...)
4. Intercambio:
4.1. Invención de un familiar moribundo. Se pedirá al GTA que, a cambio, se ocupe de él en ese “tiempo”.
4.2. Declaración de una enfermedad mental propia. Pedirle que te acompañe a la terapia de grupo, porque cada uno tiene que llevar a un amigo.
jueves, diciembre 27, 2007
Navidad
lunes, diciembre 24, 2007
Feliz Navidad
Tras la baja forzada y forzosa de Baltasar (decapitado involuntariamente hace más de treinta años), ha llegado la cirugía estética al belén de mi casa por obra y gracia del loctite (algo así como la gotita, amigos uruguayos): restauración de una oreja caduca de la mula e injerto en la mano de Melchor.
En los balcones ajenos, escalan los muñecos Made in China de Olentzeros y Papanoeles. Los Reyes, por lo que se ve, no están trepadores (¿por qué?).
Me fijo en los carteles luminosos, navideños (?) y desangelados de la plaza Pío XII en San Sebastián: “ESPERANZA LIBERTAD”. Pienso que es un dos por uno, todo sea por ahorrar energía y salvarnos del cambio climático. En la factura de la electricidad metemos Navidad y campaña electoral, y chispún. Parece que el lenguaje político de la precampaña en marcha ilumina las lucecitas navideñas. ¿Las dejarán encendidas hasta marzo? Podrían colocar gaviotas del Pepé, rosas del Pesoe, estrellas de Segi, hojitas bicolores de roble de Ea… ¿O no las han puesto ya?
Estamos aviáus.
C(l)aridad: ¡Feliz Navidad!
En los balcones ajenos, escalan los muñecos Made in China de Olentzeros y Papanoeles. Los Reyes, por lo que se ve, no están trepadores (¿por qué?).
Me fijo en los carteles luminosos, navideños (?) y desangelados de la plaza Pío XII en San Sebastián: “ESPERANZA LIBERTAD”. Pienso que es un dos por uno, todo sea por ahorrar energía y salvarnos del cambio climático. En la factura de la electricidad metemos Navidad y campaña electoral, y chispún. Parece que el lenguaje político de la precampaña en marcha ilumina las lucecitas navideñas. ¿Las dejarán encendidas hasta marzo? Podrían colocar gaviotas del Pepé, rosas del Pesoe, estrellas de Segi, hojitas bicolores de roble de Ea… ¿O no las han puesto ya?
Estamos aviáus.
C(l)aridad: ¡Feliz Navidad!
Mandoegi y megapinchos
El domingo, María, Lurdes, Patxi y yo ascendimos a Mandoegi (1.046) desde Arano (640 aprox.) Un paseo amable para los cuatro, no para Imanol Aquiles (retirado con dolores en el tendón del talón).
Dicho esto, recomiendo la taberna del Ayuntamiento de Arano (tel. 948514279, cierran los lunes), donde, por ejemplo, los pinchos de chorizo cocido son triples y los de morcilla merecen el prefijo mega.
España, Una y muy Repartida
Anteyer, 22 de diciembre, España volvió a ser Una. Los informativos de todos los medios de comunicación consagraron la mitad de su programación a la Lotería Nacional. Hubo un premio europeo, el Euromillón, que dejó millones de euros a un fulano, pero ni caso. Una, Gorda y Repartida. Fue un premio “muy repartido” (como emitieron/repitieron hasta la saciedad). ¡Ahora comprendo que la lotería es la verdadera ligazón del estado de las autonomías!
Sí, ayer las calles se vaciaron por la noche, pero era España Dos, y ni el Barsamadriz hizo sombra a la Lotería. Cuando algunos simples alegan que los catalanes no podrían jugar la Liga si se separan de España, olvidan el verdadero factor de cohesión, el pegamento nacional: la Lotería Nacional.
Debería aparecer en la letra del himno nacional. Ése que empezó con el chumpa-chumpa cuando Carlos III inauguró la Lotería Nacional.
Y hoy a hacer compras como locos, en Barcelona, en Madrid, en Cádiz...
P.D.: A mí no me tocó, ¿será porque no soy patriota?, ¿será porque no jugué nada?
Sí, ayer las calles se vaciaron por la noche, pero era España Dos, y ni el Barsamadriz hizo sombra a la Lotería. Cuando algunos simples alegan que los catalanes no podrían jugar la Liga si se separan de España, olvidan el verdadero factor de cohesión, el pegamento nacional: la Lotería Nacional.
Debería aparecer en la letra del himno nacional. Ése que empezó con el chumpa-chumpa cuando Carlos III inauguró la Lotería Nacional.
Y hoy a hacer compras como locos, en Barcelona, en Madrid, en Cádiz...
P.D.: A mí no me tocó, ¿será porque no soy patriota?, ¿será porque no jugué nada?
sábado, diciembre 22, 2007
Memoria en imágenes
“Saber que, al final, la vida ha transcurrido por gracia de la compañía Kodak con su fe en las copias y su rechazo de los negativos”, escribió Brodsky.
Luego llegaron las cámaras digitales. Y ahí quedan las imágenes: el jueves, Patxi y yo subimos el Castillo de Acher; el viernes, el Puntal del Foratón.
P.D.: Por diversos motivos, me acordé de la huella de Shalamov, de Milagros y Eileen, de Mariana y Thubron, de Lucía.
miércoles, diciembre 19, 2007
El sonido panchino
Pensaba que no existían mejores motivos para comer en un restaurante chino occidental que los rollos de primavera, la salsa agridulce y la manera de decir panchino de los camareros. Entonces descubrió que los chinos también mandaban la comida a domicilio. Y el motorista de la Gran Muralla o el Templo no sé qué era un chino que decía panchino.
Así que, una vez cada dos semanas, para que no se resabiaran, pedía por teléfono: arroz tres delicias con mucha salsa agridulce y cuatro rollitos de primavera.
Y decía al motorista antes de pagar:
-¿Trajo el pan chino?
-No pidió panchino.
-¿Cómo?
-No pidió panchino.
-¿Que no pedí pan chino?
-No, no panchino.
-Está bien…, si tú lo dices.
La mirada montevideana de la imagen es de Mariana, que hoy cumple años en la última oportunidad del año con un 19. Para ella, la historieta. ¡Felicidades!
martes, diciembre 18, 2007
Los porqués
-El esfuerzo de Julen.
-La exhibición craneana de Álvaro frente a Julen y Patxi en la cima de Artubi.
-La pisada elástica de Patxi, al más puro estilo Tintín, en Ua.
-Julen y el testimonio de una alambrada helada y un ambiente azul en una bajada helada.
-Triunvitrato en Oakorri.
P.D.: Un clic en las imágenes del domingo 16 de diciembre, por favor.
-La exhibición craneana de Álvaro frente a Julen y Patxi en la cima de Artubi.
-La pisada elástica de Patxi, al más puro estilo Tintín, en Ua.
-Julen y el testimonio de una alambrada helada y un ambiente azul en una bajada helada.
-Triunvitrato en Oakorri.
P.D.: Un clic en las imágenes del domingo 16 de diciembre, por favor.
Una canción verité
Artista: Kevin Johansen
Album: Sur o no Sur
Canción: "Cumbiera intelectual".
Comentario: Especie femenina en extinción; con otros ritmos, fue abundante entre la clase media y alta del mundo occidental desde el mítico/místico 68 hasta los ochenta del pasado siglo XX.
En el siglo XXI, ¿su último refugio es Buenos Aires?
La conocí en una bailanta todo apretado.
Nos tropezamos, pero fui yo el que se puso colorado.
Era distinta y diferente su meneada
y un destello inteligente había en su mirada.
Cuando le dije si quería bailar conmigo,
se puso a hablar de Jung, de Freud y Lacan.
Mi idiosincrasia le causaba mucha gracia,
me dijo al girar la cumbiera intelectual,
me dijo al girar esa cumbiera intelectual.
(Jung, Freud, Simone de Beauvoir, Goethe, Beckett, Cosmos, Gershwin, Kurt Weill, Guggenheim).
Estudiaba una carrera poco conocida,
algo con ver con letras y filosofía.
Era linda y hechicera su contoneada
y sus ojos de lince me atravesaban.
Cuando intenté arrimarle mi brazo,
se puso a hablar de Miller, de Anais Nin y Picasso.
Y si osaba intentar robarle un beso
se ponía a leer de Neruda unos versos.
Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual,
no la puedo olvidar a esa cumbiera intelectual
Si le decía vamos al cine, rica,
me decía veamos una de Kusturica.
Si le decía vamos a oler las flores,
me hablaba de Virginia Wolf y sus amores.
Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual.
No la puedo olvidar a esa cumbiera intelectual.
Le pedí que me enseñe a usar el mouse,
pero solo quiere hablarme del Bauhaus.
Le pregunté si era chorra o rockera,
me dijo Gertrude Stein era re-tortillera.
No la puedo olvidar...
(Jarmusch, Cousteau, Cocteau, Artaud, Maguy Marin, Twyla Tharp, Gilda, Visconti, Gismonti).
¡Me hace daño!
Yo no quiero que pienses tanto, cumbiera intelectual.
Yo voy a rezarle a tu santo, para que te puedas soltar...
Para que seas más normal.
(Paul Klee, Ante Garmaz, Kandinsky, Diego, Fridha, Tolstoi, Bolshoi, Terry Gilliam, Shakespeare William).
Aprendí sobre un tal Hesse y de un Thomas Mann
t todo sobre el existencialismo alemán.
Y ella me sigue dando cátedra todo el día,
aunque por suerte de vez en cuando su cuerpo respira,
¡su cuerpo respira!, su cuerpo respira.
Yo no quiero que pienses tanto, cumbiera intelectual.
Yo voy a rezarle a tu santo, para que seas más normal.
Para que te puedas soltar...
Cumbierita, ¡cómo la quiero!
Cosmos, Gershwin,
Cumbierita. Cumbierita intelectual.
(Kandinsky, Diego, Fridha, Tolstoi, Bolshoi, Terry Gilliam, Shakespeare William).
Cumbierita.
(Cousteau, Cocteau, Artaud. ¡Agggg!)
Album: Sur o no Sur
Canción: "Cumbiera intelectual".
Comentario: Especie femenina en extinción; con otros ritmos, fue abundante entre la clase media y alta del mundo occidental desde el mítico/místico 68 hasta los ochenta del pasado siglo XX.
En el siglo XXI, ¿su último refugio es Buenos Aires?
La conocí en una bailanta todo apretado.
Nos tropezamos, pero fui yo el que se puso colorado.
Era distinta y diferente su meneada
y un destello inteligente había en su mirada.
Cuando le dije si quería bailar conmigo,
se puso a hablar de Jung, de Freud y Lacan.
Mi idiosincrasia le causaba mucha gracia,
me dijo al girar la cumbiera intelectual,
me dijo al girar esa cumbiera intelectual.
(Jung, Freud, Simone de Beauvoir, Goethe, Beckett, Cosmos, Gershwin, Kurt Weill, Guggenheim).
Estudiaba una carrera poco conocida,
algo con ver con letras y filosofía.
Era linda y hechicera su contoneada
y sus ojos de lince me atravesaban.
Cuando intenté arrimarle mi brazo,
se puso a hablar de Miller, de Anais Nin y Picasso.
Y si osaba intentar robarle un beso
se ponía a leer de Neruda unos versos.
Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual,
no la puedo olvidar a esa cumbiera intelectual
Si le decía vamos al cine, rica,
me decía veamos una de Kusturica.
Si le decía vamos a oler las flores,
me hablaba de Virginia Wolf y sus amores.
Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual.
No la puedo olvidar a esa cumbiera intelectual.
Le pedí que me enseñe a usar el mouse,
pero solo quiere hablarme del Bauhaus.
Le pregunté si era chorra o rockera,
me dijo Gertrude Stein era re-tortillera.
No la puedo olvidar...
(Jarmusch, Cousteau, Cocteau, Artaud, Maguy Marin, Twyla Tharp, Gilda, Visconti, Gismonti).
¡Me hace daño!
Yo no quiero que pienses tanto, cumbiera intelectual.
Yo voy a rezarle a tu santo, para que te puedas soltar...
Para que seas más normal.
(Paul Klee, Ante Garmaz, Kandinsky, Diego, Fridha, Tolstoi, Bolshoi, Terry Gilliam, Shakespeare William).
Aprendí sobre un tal Hesse y de un Thomas Mann
t todo sobre el existencialismo alemán.
Y ella me sigue dando cátedra todo el día,
aunque por suerte de vez en cuando su cuerpo respira,
¡su cuerpo respira!, su cuerpo respira.
Yo no quiero que pienses tanto, cumbiera intelectual.
Yo voy a rezarle a tu santo, para que seas más normal.
Para que te puedas soltar...
Cumbierita, ¡cómo la quiero!
Cosmos, Gershwin,
Cumbierita. Cumbierita intelectual.
(Kandinsky, Diego, Fridha, Tolstoi, Bolshoi, Terry Gilliam, Shakespeare William).
Cumbierita.
(Cousteau, Cocteau, Artaud. ¡Agggg!)
viernes, diciembre 14, 2007
Aquella fe en los mapas
El mapa de Aralar de Miguel Angulo, publicado por Sua, pinta una senda para ascender desde Intza (313) hasta el collado de Arruta (1.225), acceso directo a la cima de Kurutzeaga (1.310). Sólo me faltaba esa ascensión posible en el barranco de las Malloas. Así que ayer, jueves, busqué cuesta arriba esa senda que otros mapas no marcaban.
Afortunadamente, subí solo. Tardé dos horas y media en alcanzar el collado, sudé a pesar de la temperatura bajo cero. Ahora me imagino a Angulo dibujando/inventando un camino pintando esa línea de rayitas por la derecha del arroyo Azentzio. (Legartza en otros mapas). Hoy no hago rimas fáciles con su apellido (ayer tampoco). Es facilón criticar el todo por la parte...
Menos mal que busqué cuesta arriba, si llego a buscar bajando... (Como dice mi amiga Lucía, pabernosmatau). Soy un iluso: aunque no me creo ni la mitad de lo que dicen los diarios, todavía padezco esa fe infantil en los lectura de los mapas, hasta la última curva de nivel. Sí, cuando era pequeño y miraba mapas antiguos, imaginaba que los monstruos marinos vivirían más o menos allí donde el cartógrafo los había dibujado. Prefería mirar un mapa que leer cualquier cuento de Andersen.
La parte alta de Aralar era un placer para caminar, la nieve helada se quebraba ligeramente bajo los pies.
martes, diciembre 11, 2007
Sobre fondo gris
El domingo, Cristina, Julen, Javier y yo ascendimos tres cimas encadenadas en uno de los extremos de las Malloas de Aralar. Escribo ahora con nombres y la altitud (porque me equivoqué allí, y Julen presta mucha atención a estos detalles): primero Subezelai Gañe (1.209), después Uarrain -foto 2- (1.221) y, por último, Tutturre -foto 1- (1.282).
A pesar de la amenaza de borrasca, no nos mojamos.
Shalamov I (no es un rey ruso)
Atención a la última frase de este relato, que, casi, obliga a la relectura.
Por la nieve
¿Cómo se abre camino en la nieve virgen? Un hombre echa a andar, suda y blasfema, avanza sin apenas poder mover los pies, hundiéndose a cada instante en la esponjosa y profunda nieve. El hombre se marcha lejos, marcando su camino con irregulares hoyos negros. Se cansa, se acuesta en la nieve, enciende un pitillo, y el humo de la majorka [especie de tabaco muy áspero y basto, semejante a la picadura] se extiende en un nube azulada sobre la nieve blanca y brillante. El hombre ya se ha marchado lejos, pero la nube sigue suspendida en el lugar en que se había detenido a descansar: el aire es casi inmóvil. Los caminos se abren siempre en los días de calma, para que los vientos no barran los trabajos de los hombres. El hombre se marca sus propios puntos de orientación en la infinitud nevada: una roca, un árbol alto. El hombre guía su propio cuerpo por la nieve del mismo modo que un timonel dirige la barca por el río de un saliente a otro.
Tras el angosto e inseguro rastro trazado se mueven cinco o seis hombres pegados el uno al otro, hombro con hombro. Pisan junto a la huella, pero no en ella. Al llegar a un lugar señalado de antemano regresan, y de nuevo caminan de manera que se aplaste la virgen superficie nevada, el espacio aún no hollado por pie humano alguno.
El camino está abierto. Por él puede ir gente, convoyes de trineos, tractores.
Si se sigue tras los pasos del primer hombre, huella a huella, se formará un sendero visible pero difícilmente transitable y estrecho: una trocha y no un camino, lleno de hoyos por los cuales es más difícil de avanzar que por la nieve virgen.
El trabajo más duro es para el primero, y cuando a este se le agotan las fuerzas, lo reemplaza otro, de aquel mismo quinteto de cabeza. De entre los que siguen los pasos del primero, cada uno de ellos, incluso el más pequeño, el más débil, debe pisar un pedazo del manto nevado y no alguna otra huella.
Y sobre los tractores y a caballo no viajan los escritores, sino los lectores
[1956]
Primer relato de Varlam Shalámov en Relatos de Kolimá, Volumen I, Editorial Minúscula, 2007, págs. 7 y 8.
Por la nieve
¿Cómo se abre camino en la nieve virgen? Un hombre echa a andar, suda y blasfema, avanza sin apenas poder mover los pies, hundiéndose a cada instante en la esponjosa y profunda nieve. El hombre se marcha lejos, marcando su camino con irregulares hoyos negros. Se cansa, se acuesta en la nieve, enciende un pitillo, y el humo de la majorka [especie de tabaco muy áspero y basto, semejante a la picadura] se extiende en un nube azulada sobre la nieve blanca y brillante. El hombre ya se ha marchado lejos, pero la nube sigue suspendida en el lugar en que se había detenido a descansar: el aire es casi inmóvil. Los caminos se abren siempre en los días de calma, para que los vientos no barran los trabajos de los hombres. El hombre se marca sus propios puntos de orientación en la infinitud nevada: una roca, un árbol alto. El hombre guía su propio cuerpo por la nieve del mismo modo que un timonel dirige la barca por el río de un saliente a otro.
Tras el angosto e inseguro rastro trazado se mueven cinco o seis hombres pegados el uno al otro, hombro con hombro. Pisan junto a la huella, pero no en ella. Al llegar a un lugar señalado de antemano regresan, y de nuevo caminan de manera que se aplaste la virgen superficie nevada, el espacio aún no hollado por pie humano alguno.
El camino está abierto. Por él puede ir gente, convoyes de trineos, tractores.
Si se sigue tras los pasos del primer hombre, huella a huella, se formará un sendero visible pero difícilmente transitable y estrecho: una trocha y no un camino, lleno de hoyos por los cuales es más difícil de avanzar que por la nieve virgen.
El trabajo más duro es para el primero, y cuando a este se le agotan las fuerzas, lo reemplaza otro, de aquel mismo quinteto de cabeza. De entre los que siguen los pasos del primero, cada uno de ellos, incluso el más pequeño, el más débil, debe pisar un pedazo del manto nevado y no alguna otra huella.
Y sobre los tractores y a caballo no viajan los escritores, sino los lectores
[1956]
Primer relato de Varlam Shalámov en Relatos de Kolimá, Volumen I, Editorial Minúscula, 2007, págs. 7 y 8.
viernes, diciembre 07, 2007
Rastros de una lección de escritura
Entraba al Aula 0 de la Facultad de Comunicación y escuché a dos jóvenes cinco minutos antes del examen:
-Tía, repíteme cómo era eso de saberescuchar.
-Pero…, ¿ya controlas lo de sabermirar?
-Sí, más o menos, cuento lo de…. Pero saberescuchar…
Pedí un café con leche a Juan, me encontré con Sonsoles y me puse a contar anécdotas de artajoneses en San Sebastián, de esos tiempos en los que el mar se descubría con una edad parecida a la de los alumnos que iban a examinarse ahora de sabermirar y saberescuchar. Juan contó la de uno de Beriáin (Navarra) que quería volver de Madrid a su casa en autostop. Escribió en el cartel:
“Este jodido va a Beriáin”.
(Y, claro, no tardó nada en parar un coche).
Luego pensé en una respuesta rara para saberescuchar: quien sabe escuchar sabe repetir un chiste con eficacia.
P.D.: La fotografía de la amenazante nube pez está tomada en marcha desde el portentoso Ford Fiesta de Patxi, por la carretera a orillas del embalse de Yesa. Sabermirar.
Ayer murió el padre de un amigo
DEP. Y ya está, poco más puedo decir. Porque el amigo es un guardián de la intimidad.
martes, diciembre 04, 2007
Titín III es campeón
Introducción fotográfica: ¿haya se escribe con hache?
Anteayer hallé el haya hache que se haya en la subida de Errazkin a Beluta, en Aralar. (Subí sin mi aya).
Unas cuantas horas después, llegué, de regreso, a Amezketa. Justo a tiempo para ver cómo se me escapaba el autobús (no tengo coche, móvil...). Eso “me obligó” a entrar en un bar. Allí, con los parroquianos amezketarras, presencié en un enorme televisor apaisado la victoria de Titín III (Augusto Ibáñez) ante Abel Barriola (Abel Barriola) en la final del cuatro y medio. Otro día, lo prometo, hablaré de la final de la misma categoría que perdió Titín contra Julián Retegui (uno de mis héroes). Perdón, la final que ganó Retegui a Titín. Esta vez, diez años después, yo animaba a Titín. En el bar éramos sólo dos a favor del riojano. (Calculo diez a uno en nuestra contra).
Yo aplaudía los tantos de Titín. Dos palmadas, con moderación vigilada.
El otro musitaba admirado: “¡Augusto!”.
Con el tanteador 21-15 a favor de Titín, recordé a Retegui. Imaginé que Titín tendría en ese momento un recuerdo para el gran campeón. Pero ahora Titín tiene 39 años, ya no se tira por los suelos al estilo Boris Becker a la menor oportunidad... Y el 25 de noviembre murió su padre, Augusto.
Cuando terminó el partido, unos cuantos amezketarras nos felicitaron a los dos que apoyamos a Titín. Fue una victoria merecida.
Pensé que, si yo hubiera sido (Abel Barriola), me hubiera acercado hasta Titín y le hubiera dicho:
-Sé que tú ofrecerás esta victoria a tu padre. Yo también le ofrezco mi derrota.
Porque lo jodido es ofrecer las derrotas.
lunes, diciembre 03, 2007
Un libro para envidiosos
Venecia es un pez, según Tiziano Scarpa (su autor y veneciano cuarentón), es un “breve paseo físico-emotivo” por Venecia. Sí…, pero, a mí me interesa más como un estímulo para otros recorridos escritos de otros escritores. Venecia es un pez provoca uno de los motores de arranque más notables de la literatura: la envidia.
“Yo puedo escribir como Scarpa de mi ciudad”.
“Yo puedo escribir mucho mejor que Scarpa de mi ciudad (bilbaíno)”.
P.D.: Y no es carpa.
“Yo puedo escribir como Scarpa de mi ciudad”.
“Yo puedo escribir mucho mejor que Scarpa de mi ciudad (bilbaíno)”.
P.D.: Y no es carpa.
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