Perrechicos en Aralar

FICHA TÉCNICA:
Qué/Especie: Calocybe gambosa, perrechico, udaberriko ziza, seta de primavera, seta de san Jorge, musarón...
Dónde/Altitud: 1,380 m (aprox., depende del margen de error del altímetro en la muñeca).
           /Ruta: vertiginosa.
Cuándo/Fecha: 26 de junio de 2013.
Quién/Trío: Pilar, Patxi, eresfea.
Cómo/Tiempo: nubes y claros; cinco horas.
          /Jamalají: chorizo de Salamanca, pan, chocolate, albaricoques, fresones, vino Gran Feudo.
          /Dos montañeros ilesos, uno lesionado por tirón en la zona lumbar; no se llamó al rescate de helicóptero por vergüenza torera.

Collarada (2.883)

Cima de Collarada.

El sábado 22 de junio salí de Canfranc pueblo (1.040 m) a las siete y media, y subí por la Besera (camino balizado con pintura) al entorno del ibón represado de Ip. Desde allí (2.100 m), cramponado, subí por neveros duros que cubrían, afortunadamente, la  pedrera (qué recuerdos...). En la parte alta cercana al collado de Ip, quizá más soleada, me encontré la nieve blandurria. Desde el collado a la "magdalena" caliza de Collarada, la nieve estaba más blanda aún. ¡Crampones fuera!

Rampa de la "magdalena" previa a la cima, ante la Pala de Ip y Midi Ossau.

 Inicié el descenso hacia Villanúa por la "senda" que pasa por la fuente de los Campanales, el refugio del Trapal y luego, por la "PR-1.1 Pico Collarada, Refugio de la Trapa por el Barranco de Azus", balizada de blanco y amarillo. La ruta desciende al principio al oeste por el barranco de Azús entre praderas cuajadas de setales de senderuelas; luego, en el pinar, se orienta hacia el sur. Pasé junto al "forfi balizador" y las pinturas me guiaron (casi) hasta el café con leche y el pincho de tortilla de patatas en Villanúa, a las seis y media de la tarde.
Fue el día de la Quebrantahuesos.

"Autopista" de nieve por la penosa pedrera de ascenso (o descenso) al collado de Ip.

Casi desde el collado de Ip, el ibón embalsado no se veía muy recomendable para el baño.

 P.D.: El forfi balizador.

Puntal Alto de Napazal: PAN (2.363)

 Hacia el Puntal Alto de Napazal, rampa final. Al fondo, Ruabe del Bozo; en lontananza: Arriel, Palas...

Ya falta poco... Fotografía de Ángel.

 Asomo al valle, al sur. Al fondo, Magdalena con la huella leve de la nieve en la pista. Fotografía de Ángel.

 El 16 de junio, Lourdes, Pilar, Ángel y yo subimos al Puntal Alto de Napazal (PAN) por Rigüelo. Nada más aparcar los coches en Rigüelo, cuando cargamos mochilas con botellas de Triple Val-Dieu, queso Morbier, cabeza de jabalí ibérica, jamón serrano, huevos frescos, perrechicos, etcétera; sartén, olla, butano/propano y otro etcétera, nos percatamos de una ausencia: ¡el pan!
En fin..., tampoco nuestro destino era el PAN, la idea era subir a Lecherín (o Garganta de Borau), pero había demasiada nieve en la cara sur y, de lejos, ya se adivinaba blanda en la última trepada.
Así que sin pan fuimos hacia el PAN. Por el barranco de Igüer subimos al refugio del Cubilar del Barranco, bastante sucio. (Para quienes juzgan grados de suciedad: con un sarrio muerto dentro, arrinconado junto a la chimenea, aún sin descomponer).
Alcanzamos el collado del Bozo y enseguida nos colocamos los crampones y tomamos la ruta de ascensión de la Foya de Aragüés.

 Cramponando. Fotografía de Pilar.

Desde la cima, volvimos sobre nuestros pasos hasta la llamada del almuerzo con horario digno de merienda en la parte baja de la Foya de Aragües. Una vez cumplida con la dieta proteica, bajamos vertiginosamente (en algún caso a la carrera por neveros) del collado del Bozo. Para no repetir toda la ruta, en el último tramo bajamos a la derecha (oeste) de la cueva anticlinal visible desde la llanada de Napazal.

Bajada/desfile ante la Llana del Bozo.

 Ya casi bajamos al collado del Bozo. Al fondo: Llana del Bozo, Llana de la Garganta, nube.

 Llanos de Napazal.

 De izquierda a derecha: Rigüelo, Mallos de Lecherines y Lecherín.

Paisaje a dos luces. Fotografía de Ángel.

Fue el primer día de verano pirenaico, en primavera, y el paisaje presentaba la mejor de las caras en ese entorno, con los montes calizos con mucha nieve para junio, los arrollos desbordantes, saltarines en cascadas, y las praderas bajas verdequetequieroverde.

Las Peñas (1.858)

En Las Peñas (1.858), con la vista puesta en Otsorrigañe, Baracea, Kartxela, Keleta, Bimbaleta, Lakora... Fotografía de Pilar.

Ante Las Peñas (asombradas a la derecha).

Con la mirada puesta en la ruta sur del Ezkaurre.

 El 15 de junio, Pilar y yo salimos de Isaba, por la salida de la GR11 hacia Berroeta, y repetimos la ruta para subir hacia la sur del Ezkaurre, pero en esta ocasión entramos al noroeste de La Peña del Ibón y subimos fácilmente a ese conjunto de lomas calizas con hitos: Las Peñas.
Bajamos fuera de senda en una directa cansina por la pedrera caliza hasta la cueva del Paso de Ezkaurri, y un poco más abajo, en el precioso paraje de la pradera de Baines, comimos los perrechicos recolectados. Llegamos tan contentos a Belabarce.

Putreaizko Punta (1.304), Pardarri (1.393), Aldaon (1.411) e Hirumugarrieta (1.431) con Rock Surfer

Cumpliendo con unos metros pendientes. (Ante Aldaon, Oakorri, parte de Artubi y Balerdi).

Los caballos no siempre cabalgan...

Y los montañeros tampoco sólo suben (y bajan) montañas... El 4 de junio, Patxi y yo buscamos combinaciones de rutas por Aralar. Y el que busca..., encuentra toboganes. Si miráis sobre un mapa: salimos de Guardetxe (sin guardetxe), seguimos la pista hasta el aparcamiento; por allí hacia Desao, por la senda que deja al oeste Desaomendi; llegamos Igaratza, bebimos y cargamos las cantimploras. Desde allí a Putreaizko Punta, por su ladera  oeste, y Pardarri. Entonces la propuesta "casual" de Patxi: ¡Vamos a Aldaon! Bajamos en una directísima muy pendiente hacia Amabirjin Harria. Y luego, con un poco de contorneo por las lomas, subimos a Aldaon. Patxi tenía todavía un asunto pendiente: llegar por el filo del acantilado de las Malloas hasta la cima de Hirumugarrieta, sin el habitual desvío cercano a la sima de Elkomuts. Y fuimos, y desde la cima de Hirumugarrieta, a trote cuto, volvimos por senda y pista al coche.

 Parecidos razonables: Silver Surfer y Rock Surfer. Se está gestando un nuevo héroe (vasco).

La otra memoria (musical)

Guardo en el ordenador canciones que no me atrevo a tirar a la "papelera" (ese misterio electrónico: el ruido de una canción al caer en la papelera es tan crujiente como el de un papel, que tampoco es papel...).
Y dudo cuando estoy deslizando alguna canción a la papelera, porque, además de título, autor, álbum, género o calidad, me traen el recuerdo del gusto ajeno: le gustaba a X, a Y, a Z. Y entonces, en vez de tirarla, la oigo de nuevo y pienso: tengo que escribirle, tengo que saber de ella, de él. Y me contengo, no tiro la canción a la papelera, porque sería como tirar su recuerdo. Y no. Por fidelidad. Además, ¿quién se puede deshacer de su memoria con un crujiente en el icono de una papelera? El gusto ajeno y el recuerdo de la buena persona sigue ensamblado en esas canciones. La oigo y la memoria trae el comentario, la crítica (como esas frases encomiásticas de la crítica oficial que aparecen entrecomilladas en las contratapas de las novelas). Recuerdo hasta el gesto de algunos amigos con ciertas canciones. Sé qué canciones de Natalie Merchant sonaron en el despacho de P.; sé que M. hubiera puesto Such great heights de The Postal Service en su boda; sé de anhelos de V. paralelos a los coros de Out Of Season; sé qué Elvis emocionó a J.; sé qué pie movía rítmicamente S. cuando me presentó el Comfortably Numb de Scissors Sisters; que a J. le dolían los antebrazos agarrotados intentando seguir con cuchara y tenedor sobre sartén la batería de Paradise by the C; que, para P., el Morricone del western acompaña al calor mejor que una cerveza; que...

La memoria de mi ordenador va a petar. La mía, aún, no.

Los dibujos de los vuelos de los pájaros sólo se logran en los borradores

Cuando tienen movimiento.

El logro de las fotografías bien enfocadas, el punto de cruz, las figuras y los dibujos cerrados es, en realidad, un producto de la evolución natural del archaeopteryx o de la taxidermia.

Localización de la audacia, la desfachatez, la desvergüenza, el arrojo, la picardía, el valor, el atrevimiento, la insolencia

Entre la cara (qué rostro, qué cara, qué jeta, qué morro, qué tupé, qué narices, qué...: tienes, le echas) y los genitales (qué huevos, qué bolas, qué ovarios, qué cojonazos, qué pelotas, qué...tienes, le echas) del otro.

Por la sierra de Atuzkarratz: Kakueta (1.583) y Peña Blanca (1.555) entre la búsqueda y los hallazgos

Búsqueda. Fotografía de Pilar.

Hallazgo. (Perrechico, Calocybe gambosa). Fotografía de Pilar.

Entre la búsqueda en el "carasol" (no es una ironía, a pesar de la imagen) y el hallazgo en..., se fue llenando la bolsa.

PD.: La ruta de BTT (marcada con pintura roja y azul) entre Uztarroz y el collado de Saitsederra, donde enlaza la con la blanquirroja GR11, no era demasiado apta para la bicicleta de montaña el domingo 2 de junio. Los desprendimientos, que han reducido el camino ancho a la mínima expresión, y abundantes pinos caídos como barreras al paso (¿inestabilidad del terreno por las lluvias?, ¿viento?...) obligarían a recatalogar la dificultad de la bajada o subida por el barranco de Amasunaga.

Montañeros anfibios (Isaba, Garbisa, Isaba)

Cima de Garbisa (1.563), cima de caballos. Sábado 1 de junio. Fotografía de Pilar.

Lo mejor de una buena capa para el agua, o de los pantalones de plástico para el agua, o de las polainas y las botas nuevas con goretex, o de un paraguas no es usarlos, ni siquiera no usarlos; lo mejor es la seguridad que dan antes de salir a la montaña cuando pintan bastos.Luego llueve, llueve, llueve... y ocho horas después de marcha montañera sigue lloviendo. El agua tiende a encontrar sus caminos (como la vocación), y si la estanqueidad del impermeable es buena, surge el problema del empañamiento personal: la propia humedad que genera el cuerpo se condensa y se consigue tener las capas de plásticos mojadas por fuera y por dentro. Pero ya no importa, lo peor es el aturdimiento que provocan capuchas y paraguas; el flop flop de la visera, de la capucha, del paraguas, en cuanto sopla el viento (que sopla); esa adaptación del gesto al agua que cambia hasta la postura de la cabeza y cómo se enfoca la mirada.
Se podría reconocer a quienes caminan muchas horas bajo el agua, después de la ducha caliente, cuando ya se han mudado de ropa, cuando han cenado (¿quizá un risotto?), por cómo se mueven la cabeza, cómo contorsionan el cuello tratando de reconducir la mirada. Entonces, con los ojos cerrados, aún se ven riadas a los pies y gotas de agua suspendidas, flotando alrededor.

Límites primaverales: cotas y acotados (con fotografía del perrechico repollo)

Perrechico repollo (Calocybe gambosa).

 El viernes 24 de mayo recogí dos kilos de perrechicos en el "entorno" de Isaba. El límite micológico estaba en los 1.350 m de altitud, más arriba no encontré nada, y nevó.
El sábado 25, recogí medio kilo de perrechicos en el "entorno" Uztárroz. Ese día la primavera terminó a 1.250 m de altitud (donde fotografié el "perrechico repollo").
Subí a Larrondo y Kartxela el domingo 26, siguiendo en la aproximación la Ruta de los Contrabandistas desde Mintxate. Pisé bastante nieve por encima de los 1.600 m. No recogí las senderuelas en cotas más bajas y, de regreso por el valle, no vi perrechicos. Las Ateas de Mintxate se han convertido en el setódromo accesible para los roncaleses (y forasteros). Mucha gente sabe qué sucede por alí en primavera. Se ven los coches aparcados aquí y allá, y los bultos sospechosos (buscadores) se camuflan entre arbustos de boj, avellanos y espinos. ¿Cómo saber quién es quién (roncalés o forastero, setero o aliviado del apretón), cómo enfrentar las miradas "del otro" ante tanto cartel de "Acotado" con el dibujito en blanco y negro de un hongo?

P.D.: "Entorno" = término municipal.