martes, julio 29, 2008

"Acantileando"



Patxi acantileando (seis horas y media ya en la fotografía de la rampa) por Jaizkibel. Casi ocho horas en un húmedo y caluroso día de Santiago (25 de julio).
Los tábanos no salen en las fotografías.

P.D.: Las imágenes están dedicadas a Ander.

Aceptación

Ese equilibrio inverosímil de saltito y cambio de pie para chutar/patear siempre mal el balón que se les ha escapado a los chicos. Y cuando lo haces bien, tienes cuarenta años y todavía te das la vuelta esperando que tu madre, o tu padre o tu hermano mayor lo hayan visto. Buscando el verdadero reconocimiento de la vida. Porque chutar bien un balón de esos destemplados es algo que deben ver los padres o un hermano mayor (algo que nunca vieron los tuyos).
Te pasas media vida tratando de acertar al balón y el día que lo consigues no te ve nadie. Porque nadie creerá al niño perplejo con el balón que le has encajado entre las manos desde más de treinta metros.
Entonces, además, comprendes que el padre eres tú, y que a ti te corresponde mirar, no ser el actor de la patada justa. Por eso te esfumas rápidamente, para que el niño no reconozca al padre de su compañero de equipo.

lunes, julio 28, 2008

Endemismos donostiarras

Aquella lección de Paco para la escritura arrancaba con el “saber mirar” y el “saber escuchar”. Bien. El 15 de julio me puse a pensar en los endemismos de estos saberes.
Por ejemplo.
Saber mirar, a la donostiarra.
“¡Dadme una barandilla donde apoyarme, y contemplaré la Tierra!”, exclaman los donostiarras/easonenses émulos de Arquímedes. Sí, el tipo donostiarra de pura cepa es un mirón de manos incómodas.
Saber escuchar, a la donostiarra.
El 15 de julio, por la noche, Bruce Sprignsteen actuó/cantó/dio un concierto en Anoeta. (Hace tiempo que no se celebraba tanto en Anoeta, ¡ay!). Los vecinos de Amara Anoeta, el barrio, sacaron sus sillas a los balcones y escucharon. Formaban un curioso paisaje de oyentes atentos y felices en los balcones de los edificios de diez pisos.

P.D.: Los donostiarras somos especialistas hasta en ese arte (también relacionado con la escritura) que Paco añadió como epílogo de saberes en una columna: "saber cobrar". Y si no te lo crees, paga un par de pinchos y dos vinos en la Parte Vieja.

sábado, julio 26, 2008

Pirenaica (dos)




Felices monte arriba y monte abajo (como cabras).
Donos (Álvaro también estaba allí) en el Petit Vignemale (3.032).
Al día siguiente, el sábado 19 de julio, Donos y Álvaro en la cima del Vignemale (3.298).

Un señor padre en la cima de los Infiernos, Infierno Central (3.083) el miércoles 23 de julio.

lunes, julio 21, 2008

Una pirenaica




Después de cinco jornadas de riguroso montañismo en compañía de Álvaro, Julen, Donos y Lurdes, descanso un día en San Sebastián.
El jueves 17 triunfamos en la Gran Facha (3.005). Alguien dijo emocionado por su primer tresmil:
-Me voy a tatuar Gran Facha en el brazo.
Otro comentó:
-Mejor no…
Y todos reímos.
Al final del día, la fatiga cayó como la nube en el valle de Marcadau. Después, en la cena del refugio, con las lentejas con salchichas, volvieron las risas.

P.D.: Insisto en el poder euforizante de las lentejas.

martes, julio 15, 2008

El regreso de los "Jedis" (dígase yedáis)



El domingo llovía en Aralar, por eso (y para saludar a nuestra querida Majo) fuimos a la Pamplona sanferminera con la excusa del desayuno. Por la tarde las nubes se abrieron un poco y Patxi y yo subimos Txurregi y Gaztelu (espolón y espuela, respectivamente, de la sierra de Satrústegui).
En la cima del Txurregui los caballos asomaban/posaban como aquel perro del cuadro de Goya.
Al bajar comimos fresas silvestres.
Sí. Todo está bien.

sábado, julio 12, 2008

Imágenes para contar




1. Que viajé de Montevideo a San Sebastián. (Gracias, Forges).
2. Que subí a Peñas de Aya con mi padre, ¡ese hombre!
3. Que Amai y Javi se casaron hoy.

domingo, julio 06, 2008

Adioses 4: Sierra de las Ánimas



Con 513 metros de altura sobre el nivel del mar (que se ve en lontananza), la Sierra de las Ánimas es la segunda cumbre uruguaya, un metro por debajo del cerro Catedral. Pero al cerro Catedral se accede casi en coche y en la Sierra de las Ánimas hay que caminar...
Para subir a esta propiedad privada, se parte desde la ruta Interbalnearia, a la altura del parador Los Cardos. A un centenar de metros hay una especie de refugio donde se pagan 40 pesos por cabeza a Andrea, que da un discurso a propósito del comportamiento adecuado en la montaña y revisa las mochilas. A mí me divierte cuando me llama "chiquilín" (como a todo el mundo). Andrea ya me conoce y me nombra responsable del grupo. Ascendemos Mariana G., Mariana S., Lucía y yo en un día de regalo. No es normal que el 5 de julio (víspera del chupinazo en Pamplona e invierno en Uruguay) disfrutemos de 25ºC y sol.
Subimos. Bajamos.

Y por el camino recolectamos setas: rovellones. Había también cuescos de lobo, rúsulas, muscarias...
Después nos acercamos a Piriápolis. Pizza, paseo y helado.
Un hermoso día.

jueves, julio 03, 2008

Adioses 3: Columneadores



¡Chau!

Mi amigo Antonio evita las despedidas, pero es un fenómeno en los recibimientos. Y yo trato de imitarlo.

P.D.: Con una mención especial para Ernie, nuestro erizo favorito.

miércoles, julio 02, 2008

Adioses 2: Las veredas montevideanas



La gente protesta: "Montevideo es una ciudad sucia". Al montevideano le gusta protestar y no hacer nada, o que hagan otros. Pero nadie señala las responsabilidades y las hace cumplir. Cuando hay que cumplir, llega la negociación, el arreglo con palabras que no respaldarán los hechos: "Dale, no seas malo...".

Mi conclusión fue que a los montevideanos les gustaba, les gusta tener una ciudad sucia. Es parte de su charme, de su estilo de vida: convivir con la cochambre. Así que me adapté pronto a tener un ojito atento al suelo, porque en cuanto te descuidas, ¡zas!, un tobillo dislocado o una promesa de buena suerte gracias a un perro o a un caballo. Las veredas (aceras) están llenas de mierdas que los perros reponen con eficacia diaria (sin huelgas, sin paros sorpresivos), con basura desperdigada, rotas, levantadas con tenacidad vegetal por esos árboles (orgullo de la ciudad) que cuentan con el tiempo a favor concedido por los montevideanos. Sí, en Montevideo los árboles son más rápidos que los reparadores de veredas. "Dale, no seas malo...".
¡Ah! La reparación de la vereda es responsabilidad del vecino propietario que da a esa parte de la vereda. El resultado de esto (mientras todos protestan y no hacen nada) es un urbanismo del parche precario.
Se me hará raro caminar sin ese ojito atento, sin la opción cotidiana de mejorar mi suerte.

P.D.: Las imágenes son de un barrio de clase media alta, en un cruce de dos calles importantes: Benito Blanco y 21 de Septiembre. La foto veraniega corresponde al 18 de marzo de 2007; la invernal, al 28 de junio de 2008. En 2009, el arbolito habrá crecido, la renovada caca de perro estará un poco más allá o más acá y las baldosas seguirán rotas.