lunes, marzo 28, 2011
miércoles, marzo 23, 2011
Aquellos huevos, estos pollos (de mirlo)
El lunes 21 y primaveral volví al nido de mirlo. Plumón y cañones... Calculo que los polluelos dejarán el nido el viernes o el sábado.
De Urkiaga a las canteras de Magnesitas
Debería subtitular: por Okoro (1.259), Artesiaga y Zuriain (1.410).
El domingo, un día antes de que entrara oficialmente la primavera boreal, Lourdes, Pilar, Susana, Ángel, Imanol E. y yo recorrimos los alrededores (y algunos interiores) de Quinto Real. Salimos de Urkiaga y por la senda de la GR11 llegamos hasta el desvío de Okoro, que tomamos para poner la primera cima en nuestro domingo. Después retomamos la GR y nos encontramos a una pareja de pintores del blanco y rojo. ¿La cantera del Athletic? ¿Émulos de Rothko?
Noooooo. Balizadores de caminos. Les preguntamos (con algo de envidia) dónde habían conseguido un trabajo así, uno de ésos que conjugan inquietudes artísticas modernas (Rothko en roca) y afición montañera. Nos contaron que eran voluntarios, que no cobraban nada. Seguimos entre lomas herbosas hasta llegar al collado de Artesiaga. Desde allí, por pista, al collado de Sagardegi, donde almorzamos al socaire del viento del nordeste y añadimos al clásico Korttunga (Filus mendocino; Pago de Cirsus, navarro; amén de un Sauternes angelino).
La ascensión cómoda a Zuriain fue entre niebla.
Queríamos bajar hacia Erregerena, pero la confusión de la niebla nos desvió algo al oeste y descendimos casi hasta Iturrondo.
El error nos permitió descubrir el maravilloso paraje de la loma entre Zuriain e Iturrondo cuando se levantaron las nubes: las hayas modeladas por el viento, la hierba rasa, el paisaje de Quinto Real a nuestros pies... Hicimos uno de esos descensos "libres" (a lo loco se baja mejor), por el hayedo. Y llegamos hasta la cabecera del embalse de Eugui. (Con previsión, habíamos dejado un coche antes en el cruce de la carretera de Irurita).
P.D.: Vuelvo a recomendar los desayunos de Valentín en Zubiri (cerca del puente del Camino de Santiago).
El domingo, un día antes de que entrara oficialmente la primavera boreal, Lourdes, Pilar, Susana, Ángel, Imanol E. y yo recorrimos los alrededores (y algunos interiores) de Quinto Real. Salimos de Urkiaga y por la senda de la GR11 llegamos hasta el desvío de Okoro, que tomamos para poner la primera cima en nuestro domingo. Después retomamos la GR y nos encontramos a una pareja de pintores del blanco y rojo. ¿La cantera del Athletic? ¿Émulos de Rothko?
Noooooo. Balizadores de caminos. Les preguntamos (con algo de envidia) dónde habían conseguido un trabajo así, uno de ésos que conjugan inquietudes artísticas modernas (Rothko en roca) y afición montañera. Nos contaron que eran voluntarios, que no cobraban nada. Seguimos entre lomas herbosas hasta llegar al collado de Artesiaga. Desde allí, por pista, al collado de Sagardegi, donde almorzamos al socaire del viento del nordeste y añadimos al clásico Korttunga (Filus mendocino; Pago de Cirsus, navarro; amén de un Sauternes angelino).
La ascensión cómoda a Zuriain fue entre niebla.
Queríamos bajar hacia Erregerena, pero la confusión de la niebla nos desvió algo al oeste y descendimos casi hasta Iturrondo.
El error nos permitió descubrir el maravilloso paraje de la loma entre Zuriain e Iturrondo cuando se levantaron las nubes: las hayas modeladas por el viento, la hierba rasa, el paisaje de Quinto Real a nuestros pies... Hicimos uno de esos descensos "libres" (a lo loco se baja mejor), por el hayedo. Y llegamos hasta la cabecera del embalse de Eugui. (Con previsión, habíamos dejado un coche antes en el cruce de la carretera de Irurita).
P.D.: Vuelvo a recomendar los desayunos de Valentín en Zubiri (cerca del puente del Camino de Santiago).
jueves, marzo 17, 2011
Oakorri, Artubi y Balerdi
El domingo 13 de marzo, Karmele, Lourdes, Pilar, Álvaro, Ángel, Imanol E., Patxi y yo subimos tres montañas del noroeste de la Malloas: Oakorri (1.306), Artubi (1.263) y Balerdi (1.195).
Tomamos el camino fácil, por el barranco de Minas, Arritzaga.
(En la fotografía es fácil ver Txindoki, Auntzizegi y Uzkuiti; Larraone y, sobre todo, Etitzegi queda para los de mirada más fina).
Desde la cima de Oakorri, con poco tobogán, ¡up!, nos aupamos fácilmente a Artubi, desde donde se baja (y ahí reside parte de su encanto) a una de mis montañas preferidas: Balerdi.
Volvemos una y otra vez a Balerdi. ¿A ver si en una de ésas aparece el diablo para tentarnos con los horizontes...?
¿Para disfrutar cresteando? Siempre hay gente que matiza estos disfrutes...
Y como vamos..., nos vamos. Y volveremos.
Esta vez regresamos por la parte alta del barranco de Arritzaga, en la ladera de Zabalegi, para salir a Larrondo y, desde allí, bajar al barrio amezketarra de San Martín.
Tomamos el camino fácil, por el barranco de Minas, Arritzaga.
(En la fotografía es fácil ver Txindoki, Auntzizegi y Uzkuiti; Larraone y, sobre todo, Etitzegi queda para los de mirada más fina).
Desde la cima de Oakorri, con poco tobogán, ¡up!, nos aupamos fácilmente a Artubi, desde donde se baja (y ahí reside parte de su encanto) a una de mis montañas preferidas: Balerdi.
Volvemos una y otra vez a Balerdi. ¿A ver si en una de ésas aparece el diablo para tentarnos con los horizontes...?
¿Para disfrutar cresteando? Siempre hay gente que matiza estos disfrutes...
Y como vamos..., nos vamos. Y volveremos.
Esta vez regresamos por la parte alta del barranco de Arritzaga, en la ladera de Zabalegi, para salir a Larrondo y, desde allí, bajar al barrio amezketarra de San Martín.
miércoles, marzo 16, 2011
Retiradas
La universidad española está llena de blanditos. Gente que dice que hay que apoyar la democracia en Libia (en la cafetería) y habla de la exclusión aérea hasta que se queja de que el pincho de tortilla está un poco seco. Gente de manos blandas. Profesores contracturados, estresados. Gente que llora cuando no ha estudiado y le han suspendido. Gente que llora cuando ha estudiado y le han suspendido. Gente que se queja porque hay que leer mucho. Gente que no puede prescindir de salir dos noches por semana de juerga. Gente que saca tiempo para ver la televisión todos los días. Gente que esquía. Gente incapaz de aguantar estoicamente el frío o el calor. Gente que no encaja bien ocho horas de trabajo diario. Gente poco acostumbrada a madrugar.
(¿Por qué respeto a la gente que madruga?, tengo que hacérmelo mirar por mi enólogo).
Gente que va de intercambio Orgasmus (Erasmus en papeles oficiales). Gente que protesta porque ya no se puede fumar en la "uni". Gente ecologista y motorizada que llena los aparcamientos de la universidad (sin ingresos propios más allá de los que les facilitan sus propios padres). Gente amanerada a la hora de pedir un café: temperatura, edulcoración, tamaño, cantidad, envase, porcentaje de café y leche, calidad del café, porcentaje de grasa de la leche...).
Basta.
Porque la universidad en España es como Gran Hermano, espejo de la sociedad y de su sistema educativo, ¿no? Y todo lo que he escrito es de una simpleza insultante; por eso, retiro lo escrito. Creo que este tipo de retiradas es lo que se lleva:
-Oye, que lo he retirado, ¡eh!
O mejor:
-¡Joder, que ya me he disculpado!
Y el título de esta entrada no sirve para nada, como casi todo lo escrito hasta ahora, cuando pienso en los ingenieros (aquellos universitarios...) que desde hace días trabajan intentando solucionar las averías de las centrales nucleares en Japón. Son mano de obra cualificada, esa clase de gente que encuentra un trabajo muy bien remunerado en un santiamén. Ellos saben que les queda un mes de vida, dos, ¿tres? También saben qué pasará si ellos no se sacrifican. Y lo que puede pasar a pesar de su sacrificio.
¿Dónde aprendieron eso?
Y ésta es la fotografía de la catástrofe de Japón que más tiempo he mirado.
Me la ha enviado Imanol por correo electrónico, con un montón de fotografías más.
(¿Por qué respeto a la gente que madruga?, tengo que hacérmelo mirar por mi enólogo).
Gente que va de intercambio Orgasmus (Erasmus en papeles oficiales). Gente que protesta porque ya no se puede fumar en la "uni". Gente ecologista y motorizada que llena los aparcamientos de la universidad (sin ingresos propios más allá de los que les facilitan sus propios padres). Gente amanerada a la hora de pedir un café: temperatura, edulcoración, tamaño, cantidad, envase, porcentaje de café y leche, calidad del café, porcentaje de grasa de la leche...).
Basta.
Porque la universidad en España es como Gran Hermano, espejo de la sociedad y de su sistema educativo, ¿no? Y todo lo que he escrito es de una simpleza insultante; por eso, retiro lo escrito. Creo que este tipo de retiradas es lo que se lleva:
-Oye, que lo he retirado, ¡eh!
O mejor:
-¡Joder, que ya me he disculpado!
Y el título de esta entrada no sirve para nada, como casi todo lo escrito hasta ahora, cuando pienso en los ingenieros (aquellos universitarios...) que desde hace días trabajan intentando solucionar las averías de las centrales nucleares en Japón. Son mano de obra cualificada, esa clase de gente que encuentra un trabajo muy bien remunerado en un santiamén. Ellos saben que les queda un mes de vida, dos, ¿tres? También saben qué pasará si ellos no se sacrifican. Y lo que puede pasar a pesar de su sacrificio.
¿Dónde aprendieron eso?
Y ésta es la fotografía de la catástrofe de Japón que más tiempo he mirado.
Me la ha enviado Imanol por correo electrónico, con un montón de fotografías más.
lunes, marzo 14, 2011
Conectados desconectados o desconectados conectados
Publicidad: te quitan hasta el reflujo ácido de la crítica contra los móviles. Con esa mala leche componen historietas. Ellos lo hacen tan bien..., ¿para qué esforzarme yo con mis venenos?
Ay, ay, ay...
P.D.: Porque, claro, quién cuenta que también pueden reconectarse a las personas que tienen delante de sus narices para recibir una bronca, para que alguien llore desconsolado, para que no les hagan ni puñetero caso... El Happy End nos tiene "sorbío" el seso.
P.D.2: Agradecido a Imanol, que me ha pasado el vínculo.
Ay, ay, ay...
P.D.: Porque, claro, quién cuenta que también pueden reconectarse a las personas que tienen delante de sus narices para recibir una bronca, para que alguien llore desconsolado, para que no les hagan ni puñetero caso... El Happy End nos tiene "sorbío" el seso.
P.D.2: Agradecido a Imanol, que me ha pasado el vínculo.
miércoles, marzo 09, 2011
Arbelaitz (1.513)
El domingo 6 de marzo, Asun, Pilar, Ángel, Imanol E., Patxi y yo subimos a Arbelaitz, y, de propina, Lekunberri.
Arrancamos desde más allá de Brínkola, donde termina la pista de cemento que discurre paralela a las vías del tren. El primer tramo del camino está trazado (sur suroeste) junto al arroyo cabecera del Urola, luego asciende entre robles por la ladera este de los montes Armuño y Urietagaña hasta el collado de Alzola, ya entre hayas. La pista sube un algo más y luego cambia de dirección (este sudeste) y baja un poco hasta el entorno de Intzunzaeta. Es una zona donde se cruzan varios caminos y donde los rediles de piedra (algo confusos por las plantaciones de alerces) pueden orientar la ruta de ascenso por la ladera de Andraitz. El camino está marcado en este tramo por unos puntos amarillos que siguen los corredores de la maratón de Zegama-Aizkorri (en descenso). Por ahí subimos ya con abundante nieve. El paso de Igoate era una maravilla de nieve y luz. Desde allí, descendimos un poco y giramos hacia el sudeste para remontar definitavamente hacia Arbelaitz.
Almuerzo en la cima, no soplaba el viento, calidez.
Regresamos con una parada en el buzón de Lekunberri y... Y ya no cuento más: mirad las fotografías.
Llegada a Igoate.
Exprimiendo los pasos cerca de Arbelaitz, al fondo Aralar.
Posado de cresta. Al fondo: Iraule y (más alto) Aitxuri.
El grupo, contentico en Arbelaitz.
Como se dice en el País Vasco y Navarra: "más montañero que montañero".
Azul, blanco y negro.
Esto es lo que se llama alcanzar una cima (Lekunberri). Al fondo, Arbelaitz.
P.D.: En la cima de Arbelaitz pondría un buzón con el viejo escudo de Guipúzcoa, el de los cañones que rememoran otro 1513.
Arrancamos desde más allá de Brínkola, donde termina la pista de cemento que discurre paralela a las vías del tren. El primer tramo del camino está trazado (sur suroeste) junto al arroyo cabecera del Urola, luego asciende entre robles por la ladera este de los montes Armuño y Urietagaña hasta el collado de Alzola, ya entre hayas. La pista sube un algo más y luego cambia de dirección (este sudeste) y baja un poco hasta el entorno de Intzunzaeta. Es una zona donde se cruzan varios caminos y donde los rediles de piedra (algo confusos por las plantaciones de alerces) pueden orientar la ruta de ascenso por la ladera de Andraitz. El camino está marcado en este tramo por unos puntos amarillos que siguen los corredores de la maratón de Zegama-Aizkorri (en descenso). Por ahí subimos ya con abundante nieve. El paso de Igoate era una maravilla de nieve y luz. Desde allí, descendimos un poco y giramos hacia el sudeste para remontar definitavamente hacia Arbelaitz.
Almuerzo en la cima, no soplaba el viento, calidez.
Regresamos con una parada en el buzón de Lekunberri y... Y ya no cuento más: mirad las fotografías.
Llegada a Igoate.
Exprimiendo los pasos cerca de Arbelaitz, al fondo Aralar.
Posado de cresta. Al fondo: Iraule y (más alto) Aitxuri.
El grupo, contentico en Arbelaitz.
Como se dice en el País Vasco y Navarra: "más montañero que montañero".
Azul, blanco y negro.
Esto es lo que se llama alcanzar una cima (Lekunberri). Al fondo, Arbelaitz.
P.D.: En la cima de Arbelaitz pondría un buzón con el viejo escudo de Guipúzcoa, el de los cañones que rememoran otro 1513.
lunes, marzo 07, 2011
Viernes en Altuta
No es un error. Altuta, y no altura.
El viernes 4 de marzo, Asun y yo fuimos guiados por el Jedi (regresado) Patxi. El regreso tuvo lugar en algún paraje no muy lejano de San Sebastián (Artikutza), pero sí de los pasos habituales. Alguien con mala idea había regalado un libro guía de Artikutza a Patxi (a ver..., eso es como regalar la batería al sobrino, como echar alcohol para apagar el fuego).
Fuimos.
Y volveremos a ese entorno, porque Patxi es capaz de organizar, como poco, otras dos salidas de seis horas caminando en busca de parajes insólitos.
Esta vez disfrutamos:
- de la inocente salida de Eskas;
- del plano inclinado del ferrocarril minero (Patxi dice con emoción de aizkolari que "cortado como un hachazo");
- de la arquitectura tipo Le Corbusier de un depósito de agua y bombeo donde arranca el canal a la vista entre Artikutza y Añarbe;
- de una antigua mina de hierro;
- de unas laderas desoladas tras la tala de los pinos;
- de los crómlechs en la ladera de Altuta;
- de la cima de Altuta;
- del ventarrón del norte;
- de un collado con hayas y robles añosos;
- de las ruinas de las ferrería de Elama;
- de la cascada de Artikutza repleta de agua.
Asun y yo pusimos muchos ¡oh! a todo con sincera emoción y almorzamos muy a gusto. Añado que un lazo de ramas de haya enredadas en la polaina de la pierna izquierda me derribó sobre la rodilla derecha. Con el impacto de la rodilla sobre una piedra, vi las estrellas que no desmerecieron, en conjunto, con el verde casi fosforescente de los musgos del día.
El viernes 4 de marzo, Asun y yo fuimos guiados por el Jedi (regresado) Patxi. El regreso tuvo lugar en algún paraje no muy lejano de San Sebastián (Artikutza), pero sí de los pasos habituales. Alguien con mala idea había regalado un libro guía de Artikutza a Patxi (a ver..., eso es como regalar la batería al sobrino, como echar alcohol para apagar el fuego).
Fuimos.
Y volveremos a ese entorno, porque Patxi es capaz de organizar, como poco, otras dos salidas de seis horas caminando en busca de parajes insólitos.
Esta vez disfrutamos:
- de la inocente salida de Eskas;
- del plano inclinado del ferrocarril minero (Patxi dice con emoción de aizkolari que "cortado como un hachazo");
- de la arquitectura tipo Le Corbusier de un depósito de agua y bombeo donde arranca el canal a la vista entre Artikutza y Añarbe;
- de una antigua mina de hierro;
- de unas laderas desoladas tras la tala de los pinos;
- de los crómlechs en la ladera de Altuta;
- de la cima de Altuta;
- del ventarrón del norte;
- de un collado con hayas y robles añosos;
- de las ruinas de las ferrería de Elama;
- de la cascada de Artikutza repleta de agua.
Asun y yo pusimos muchos ¡oh! a todo con sincera emoción y almorzamos muy a gusto. Añado que un lazo de ramas de haya enredadas en la polaina de la pierna izquierda me derribó sobre la rodilla derecha. Con el impacto de la rodilla sobre una piedra, vi las estrellas que no desmerecieron, en conjunto, con el verde casi fosforescente de los musgos del día.
Inversor en tiempos de crisis
miércoles, marzo 02, 2011
Mirlo
Desde hace unos años observo cómo las aves adelantan su temporada de cría. En San Sebastián, me asombra encontrar huevos e incluso polluelos de mirlo (también tordo) y malviz (también zorzal) en febrero. Es curioso, porque el adelanto se da sólo en los pequeños parques, los más urbanos, por decirlo así... En cambio, en los parques más grandes de la ciudad la primavera de las aves se retrasa un poco más, aunque también llega antes que en el campo.
Hace treinta años era excepcional encontrar un nido de mirlo con huevos antes del 19 de marzo. Os ofrezco tres imágenes del 1 de marzo, aunque el nido tenía la puesta resuelta hace más de una semana.
Y otro apunte para los preocupados por la extinción de los animales: a los mirlos y a las malvices les va muy bien en San Sebastián, hace décadas no había tantos en la ciudad (otra cosa es en el campo...).
La hembra de mirlo aguanta en el nido la presión del feógrafo. El árbol aún no tiene ni un brote.
la imagen de la cola es inconfundible para un "buscanidos".
Huevos de mirlo.
Hace treinta años era excepcional encontrar un nido de mirlo con huevos antes del 19 de marzo. Os ofrezco tres imágenes del 1 de marzo, aunque el nido tenía la puesta resuelta hace más de una semana.
Y otro apunte para los preocupados por la extinción de los animales: a los mirlos y a las malvices les va muy bien en San Sebastián, hace décadas no había tantos en la ciudad (otra cosa es en el campo...).
La hembra de mirlo aguanta en el nido la presión del feógrafo. El árbol aún no tiene ni un brote.
la imagen de la cola es inconfundible para un "buscanidos".
Huevos de mirlo.
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