viernes, diciembre 31, 2010
Gamuetas
El 29 de diciembre en una especie de operación comando, Asun, Karmele, Jesús y yo nos fuimos a Pirineos. Dejamos el coche en Linza, resistimos la tentación argentina en el refugio (porque no entramos…) y subimos por la vía clásica (paso del Caballo, Paso del Oso) a Chinebral de Gamueta (2.329). Desde allí “gamueteamos”: Pico de la Foya de Gamueta (2.308) y Gorreta de los Gabachos (2.296). No voy a dar detalles útiles de la jornada. Bastante tengo con elegir entre un montón de imágenes para escribir cuatro pies de fotografía.
1. Cuando los vascos comemos, además, hablamos sin empacho de comidas pasadas. Nos embarga la emoción aún con la boca llena y rememoramos con los ojos en blanco otras pitanzas e incluso proyectamos las futuras… ¡Y no es gula! Es la suspensión del tiempo propia de la la eternidad (Pina me comprenderá; si Borges hubiera sido vasco, el aleph bien podría ser una croqueta de hongos). Con la mirada en el horizonte, comprendía que en la montaña ocurre algo parecido. Miraba las montañas del horizonte y recordaba otras ascensiones a ese Bisaurín (sobre todo, ésta), la subida primaveral con nieve a Agüerri, ese día de surazo otoñal en Lenito… Y flotaba al borde del acantilado trazando las subidas futuras al Rincón de Alanos o a la Llana de la Garganta.
2. La victoria es de Asun.
3. La luz, J lo sabe bien, conspira en las fotografías. Pero en ese instante yo no estaba pendiente de la luz, disfrutaba enajenado subiendo por la nieve perfecta. La gozada era pisar con las botas rígidas y auparse cómodamente. Ese tipo de pisada me hace pensar, sin motivo muy lógico, en turrón bajo mis pies.
4. Este pie de fotografía viene sin imagen. Porque no hay imagen que haga justicia al paisaje de los Alanos con la última luz del 29 de diciembre de 2010 desde la ladera del Chinebral. A ver, haberla hayla, pero no llega a lo que veíamos.
P.D.: Acompañó hasta el vino, Altos de Tamarón (crianza 2006).
1. Cuando los vascos comemos, además, hablamos sin empacho de comidas pasadas. Nos embarga la emoción aún con la boca llena y rememoramos con los ojos en blanco otras pitanzas e incluso proyectamos las futuras… ¡Y no es gula! Es la suspensión del tiempo propia de la la eternidad (Pina me comprenderá; si Borges hubiera sido vasco, el aleph bien podría ser una croqueta de hongos). Con la mirada en el horizonte, comprendía que en la montaña ocurre algo parecido. Miraba las montañas del horizonte y recordaba otras ascensiones a ese Bisaurín (sobre todo, ésta), la subida primaveral con nieve a Agüerri, ese día de surazo otoñal en Lenito… Y flotaba al borde del acantilado trazando las subidas futuras al Rincón de Alanos o a la Llana de la Garganta.
2. La victoria es de Asun.
3. La luz, J lo sabe bien, conspira en las fotografías. Pero en ese instante yo no estaba pendiente de la luz, disfrutaba enajenado subiendo por la nieve perfecta. La gozada era pisar con las botas rígidas y auparse cómodamente. Ese tipo de pisada me hace pensar, sin motivo muy lógico, en turrón bajo mis pies.
4. Este pie de fotografía viene sin imagen. Porque no hay imagen que haga justicia al paisaje de los Alanos con la última luz del 29 de diciembre de 2010 desde la ladera del Chinebral. A ver, haberla hayla, pero no llega a lo que veíamos.
P.D.: Acompañó hasta el vino, Altos de Tamarón (crianza 2006).
jueves, diciembre 30, 2010
Fotografías en Aralar: Beoain (1.350)
La subida por al barranco de Arritzaga (Minas) hasta Pardeluts fue cómoda, pero luego los últimos 300 metros de desnivel... (Fotografía de Asun).
En el borde de las Malloas azotaba el viento arremolinado. (Fotografía de Asun).
La llegada a la cima. (Fotografía de Ángel -en su día yocaballoloco-).
El grupo triunfante en la cima de Beoain. En pie: Ángel y Jesús. Apoyados: Karmele y Eresfea. Sentadas: Susana, Pilar y Asun. Fotógrafo: Imanol E.
La bajada, perfecta. (Fotografía de Asun).
P.D.: Fue el 26 de diciembre.
En el borde de las Malloas azotaba el viento arremolinado. (Fotografía de Asun).
La llegada a la cima. (Fotografía de Ángel -en su día yocaballoloco-).
El grupo triunfante en la cima de Beoain. En pie: Ángel y Jesús. Apoyados: Karmele y Eresfea. Sentadas: Susana, Pilar y Asun. Fotógrafo: Imanol E.
La bajada, perfecta. (Fotografía de Asun).
P.D.: Fue el 26 de diciembre.
lunes, diciembre 27, 2010
Estreno
Hay palabras de diccionario que he oído en conversaciones, que forman parte de anécdotas muy divertidas…, que incluso ¡he dicho!, pero un día las leo y sólo entonces comprendo que nunca las había escrito. El lunes 13 de diciembre leí esta palabra que voy a escribir por primera vez:
“plinto”.
¿Habéis sonreído al rememorar algún salto doloroso y ajeno? Seguramente todos recordáis la trompada, hasta los arquitectos o los escultores.
P.D.: No, no era plinton ni plynton, en homenaje al gimnasta homónimo.
“plinto”.
¿Habéis sonreído al rememorar algún salto doloroso y ajeno? Seguramente todos recordáis la trompada, hasta los arquitectos o los escultores.
P.D.: No, no era plinton ni plynton, en homenaje al gimnasta homónimo.
viernes, diciembre 24, 2010
Feliz Navidad: azul y aleluya
¡Oh, azul Navidaaaad!, sueño
y con la nieve alrededor...
La fotografía es de Ángel, tomada en una expedición ochomilística.
Haced clic aquí y, como diría ET, "Seeeeeed bueeenos". Este vídeo se lo debo a Imanol C.
viernes, diciembre 17, 2010
¡Toma crisma!
Cuando no es lo mismo la familia real que la Familia Real, pasa lo que pasa. Lo de los crismas de este 2010 es otro ejemplo.
-Los reyes felicitan con una imagen exterior del Palacio de Oriente y su alumbrado urbano. Quizá tiene una dimensión simbólica que se me escapa… ¿El pesebre de Sus Católicas Majestades?
-La infanta que no será reina aparece en una estampa peregrina con los niños en la plaza del Obradoiro. ¡Santiago y cierra España! Aún trato de encontrar la conexión navideña, pero, ya se sabe, soy un pedazo de carne para comprender los simbolismos. Eso sí, reconozco que la fotografía es muy espontánea, parece tirada por uno que pasaba por allí. “¡Oye, plebeyo!, ¿nos haces una foto?”.
-Felipe y Letizia colocan las caras de sus nenas, guapisísimas. Espero que la idea (que no es nueva...) no se ponga de moda y ahora todos los padres convencidos de la guapura sin igual de sus retoños nos castiguen con felicitaciones de primeros planos de sus hijos. Un poco de perspectiva, por favor…
-Iñaki y Cristina no se cortan: ¡toma foto veraniega de los muchachos!
Lo digo de corazón: yo prefería algún potochof de la reina doña Sofía antes que esta estupenda fotografía de calendario (¿noviembre?). Pero parece que el espíritu de la Navidad se ha trocado por el de José Mota vigilante playero, y que la tradición obliga cuando ellos, en Realidad, querían decir: “A ver, que no es por no felicitar, pero felicitar por felicitar es tontería.”
Y como vivo instalado en la tontería, propongo un surtido de crismas. Para que elijan en 2011.
-La imagen de un gran pantano español al 90% de su capacidad. (Ilusiona tanto o más que la arquitectura palaciega y la iluminación nocturna).
-Iniesta con la camiseta de la selección nacional de fútbol y unas barbas papanoelescas. (España llorará de emoción).
-Águila Roja con la katana en una mano y el pavo a punto de ser degollado en la otra. Se puede incorporar un aparatejo diminuto para que al abrir la tarjeta se oiga a Antonio Resines en esa interpretación imperecedera: “hadicholaguladelnorte, lagulagula”. Quizá alguien objetará que en 2011 este crisma habrá caducado. Pero ya veréis… continuará Águila Roja y Resines asomará de nuevo en la televisión con la Gula del Norte.
-La fotografía de un jilguero con el lema: “Jilguero, Cardelina, Colorín”.
-Belén Esteban, sonriente, con el lema: “Yo, por la Navidad, maaato”.
-Cualquier adulto de la Familia Real preparando un café en una máquina capsular.
-Pilar Rubio, Ane Igartiburu, Sara Carbonero y Patricia Conde bailando en corro (morena rubia morena rubia) con coreografía de Matisse (Henri).
-Fernando Alonso disfrazado de pastorcillo en trote loco sobre un pollino, y adelantado en la recta final al portal de Belén por los Reyes Magos subidos en Red Bull y McLaren. (Hamilton podría figurar como Baltasar).
-Cualquier nieto de SM Juan Carlos I en compañía de Bob Esponja.
-Elsa Pataki comiendo un helado, que siempre queda bien.
-Belén Esteban armada con la katana de Águila Roja trinchando el pavo de Resines.
-El tatuaje de un borreguito en la zona lumbar. (Podría ser la zona lumbar de Pilar Rubio, Ane Igartiburu, Sara Carbonero, Patricia Conde, Elsa Pataki o Águila Roja).
P.D.: Aquí podéis ver las felicitaciones.
miércoles, diciembre 15, 2010
Profesión
Primero quise ser labrador, porque era el oficio más cercano al campo. Luego, gracias a Félix Rodríguez de la Fuente, biólogo. Pero la biología se convirtió en afición cuando comprendí que tenía un don: la cata del merengue. Y eso, el don, como nos enseñó el tío de Spiderman, implicaba una responsabilidad. Pero dejé el (buen) camino: la química, el periodismo, cosas que tienen relación con la escritura y la literatura...
Hace un par de semanas me reencontré con mi vocación, el buen camino. Fue en la senda del Txindoki.
Y ahora que siento de nuevo la llamada, resulta que las pastelerías están llenas de natas. Joderjoderjoder.
P.D.: La fotografía es de Pilar.
Hace un par de semanas me reencontré con mi vocación, el buen camino. Fue en la senda del Txindoki.
Y ahora que siento de nuevo la llamada, resulta que las pastelerías están llenas de natas. Joderjoderjoder.
P.D.: La fotografía es de Pilar.
viernes, diciembre 10, 2010
Altzadi y Urepel
Alineación: Pilar, Patxi, Altzadi y, al fondo, Txindoki.
El lunes 6 de diciembre, día de san Nicolás, salimos de Leizalarrea para subir Altzadi (1.019) y Urepel (1.056). La ladera sur, azotada por el viento cálido, estaba verde sin el refugio de las hayas; la norte, manchada de nieve. Estas montañas a dos aguas se prestan para la sentada de almuerzo en el lado verde, mientras el vino blanco se enfría incrustado en el lado de la nieve.
La gran noticia del día fue, sin embargo, el regreso de Patxi a las montañas después de varios meses de "barbecho biológico". Así, con Patxi, parecía que ya estábamos todos, aunque fuéramos seis: Asun, Lourdes, Pilar, Ángel, Patxi y yo.
Detalle detalloso de Ángel: el buzón chilladesco de Urepel.
El lunes 6 de diciembre, día de san Nicolás, salimos de Leizalarrea para subir Altzadi (1.019) y Urepel (1.056). La ladera sur, azotada por el viento cálido, estaba verde sin el refugio de las hayas; la norte, manchada de nieve. Estas montañas a dos aguas se prestan para la sentada de almuerzo en el lado verde, mientras el vino blanco se enfría incrustado en el lado de la nieve.
La gran noticia del día fue, sin embargo, el regreso de Patxi a las montañas después de varios meses de "barbecho biológico". Así, con Patxi, parecía que ya estábamos todos, aunque fuéramos seis: Asun, Lourdes, Pilar, Ángel, Patxi y yo.
Detalle detalloso de Ángel: el buzón chilladesco de Urepel.
Contra viento (sin marea): Zumalerdi y Auntzizegi
La pelea para alcanzar el valle colgado de Alotza.
Por Zumalerdi. ¿Aralar o Antártida?
El sábado 4 de diciembre, Asun, Karmele, Pilar, Jesús y yo peleamos contra un viento sur fortísimo que levantaba la nieve en Aralar. De Larraitz, subimos por la ruta clásica de Txindoki hasta desviarnos en dirección a Alotza, porque el objetivo era Uarrain. Pero el viento apenas dejaba caminar y tenía algunos efectos secundarios curiosos. Por ejemplo, en mi patilla derecha se formó una pelota de hielo. Agradezco a Asun que me la arrancó (la pelota de hielo) sin recurrir a la depilación del tirón.
Ascendimos Zumalerdi (1.215) y Auntzizegi (1.248) con épica de ventolera.
P.D.: Las fotografías son de Asun.
Por Zumalerdi. ¿Aralar o Antártida?
El sábado 4 de diciembre, Asun, Karmele, Pilar, Jesús y yo peleamos contra un viento sur fortísimo que levantaba la nieve en Aralar. De Larraitz, subimos por la ruta clásica de Txindoki hasta desviarnos en dirección a Alotza, porque el objetivo era Uarrain. Pero el viento apenas dejaba caminar y tenía algunos efectos secundarios curiosos. Por ejemplo, en mi patilla derecha se formó una pelota de hielo. Agradezco a Asun que me la arrancó (la pelota de hielo) sin recurrir a la depilación del tirón.
Ascendimos Zumalerdi (1.215) y Auntzizegi (1.248) con épica de ventolera.
P.D.: Las fotografías son de Asun.
martes, noviembre 30, 2010
Tres miles en Aralar: Uarrain, Alborta y Tutturre
Hace muchos años que me decidí por una vista de las Malloas de Aralar: la que se contempla desde Tutturre. El domingo 28 de noviembre Karmele, Lourdes, Pilar, Susana, Ángel, Jesús y yo llegamos para mirar desde allí, entre otras cosas. Las cosas más fáciles de explicar son el almuerzo en una cima nevada, o la sensación de conquista amable. De las difíciles no daré cuenta hoy, pero ahí queda esta fotografía de Pilar, que contará algo.
Y dos versos: "subí tan alto tan alto,/ que le di a la caza alcance."
El otoño se divide en dos: el de las hojas de colores en los árboles y las cosechas micológicas a ras de tierra, y el de los árboles (caducos) pelados y las nieves ocasionales. El domingo estrenamos este periodo en la nieve del extremo más cómodo de las Malloas. Subimos Uarrain (1.222), Alborta (1.228) y Tutturre (1.282): tres miles. Disfrutamos de una ventana de buen tiempo entre temporales de nieve. Sólo en la ascensión de Alborta nos sacudió el paso de un frente con algo de nieve, y de nuevo Pilar le dio a la imagen alcance.
Y bajamos.
Y dos versos: "subí tan alto tan alto,/ que le di a la caza alcance."
El otoño se divide en dos: el de las hojas de colores en los árboles y las cosechas micológicas a ras de tierra, y el de los árboles (caducos) pelados y las nieves ocasionales. El domingo estrenamos este periodo en la nieve del extremo más cómodo de las Malloas. Subimos Uarrain (1.222), Alborta (1.228) y Tutturre (1.282): tres miles. Disfrutamos de una ventana de buen tiempo entre temporales de nieve. Sólo en la ascensión de Alborta nos sacudió el paso de un frente con algo de nieve, y de nuevo Pilar le dio a la imagen alcance.
Y bajamos.
martes, noviembre 23, 2010
Empanada de fin y final
Que un hombre tenga principios quedó algo desprestigiado desde los tiempos del pensador Marx (Groucho, no Karl). Tampoco parecen tan importantes esos principios si se comparan con los medios, con los finales y con los fines; y de eso hay mucho escrito gracias a la pregunta: “¿El fin justifica los medios?”.
Hemos comprendido más de las posibles respuestas a esta cuestión gracias a Fernando Alonso, ahora sabemos que la posición en la poole y la salida (los principios) no significan tanto como el banderazo final.
También podemos aprender en la televisión con ese anuncio de peregrinos a Santiago, inocentes condenados a la pena de muerte en EE UU, que ahora, bien vivos, terminan el Camino en Finisterre (aquel confín) y beben Aquarius con sed de justicia. Uno de ellos cuenta: “Cuando naces, todos a tu alrededor sonríen orgullosos y tú lloras. Ve y vive tu vida de forma que, cuanto tú mueras, seas tú el que sonría y todos a tu alrededor lloren”. Emotivo…, pero encuentro una rebaba de egoísmo, de “misión cumplida” y “el que venga detrás…, ¡que arree!”. Me gustan más estos versos del siglo XV: “Partimos cuando nacemos,/ andamos mientras vivimos,/ y llegamos /al tiempo que fenecemos; /así que cuando morimos /descansamos.”
Creo que aún se puede mejorar el final persiguiendo un fin más generoso para los demás hasta el remate (“¡Hasta el infinito y más allá!”). Conozco la historia de un irlandés que a su muerte dejó preparado el funeral (esto es lo que llamo previsión…) para los amigos: viaje en avión a Pamplona y hotel de media pensión durante la semana de juerga de los Sanfermines. Un fenómeno, eso sí que es distinguir el fin y el final.
Este funeral irlandés ha vuelto a mi cabeza por la línea que leí en un diario, otra manera de acercarse a la crisis irlandesa. Se daba cuenta de un dicho irlandés que, más o menos, se escribiría de esta manera en español: “Disfruta de la vida, que vas a estar muerto mucho tiempo”.
En fin, he aquí el punto final: “.”
Hemos comprendido más de las posibles respuestas a esta cuestión gracias a Fernando Alonso, ahora sabemos que la posición en la poole y la salida (los principios) no significan tanto como el banderazo final.
También podemos aprender en la televisión con ese anuncio de peregrinos a Santiago, inocentes condenados a la pena de muerte en EE UU, que ahora, bien vivos, terminan el Camino en Finisterre (aquel confín) y beben Aquarius con sed de justicia. Uno de ellos cuenta: “Cuando naces, todos a tu alrededor sonríen orgullosos y tú lloras. Ve y vive tu vida de forma que, cuanto tú mueras, seas tú el que sonría y todos a tu alrededor lloren”. Emotivo…, pero encuentro una rebaba de egoísmo, de “misión cumplida” y “el que venga detrás…, ¡que arree!”. Me gustan más estos versos del siglo XV: “Partimos cuando nacemos,/ andamos mientras vivimos,/ y llegamos /al tiempo que fenecemos; /así que cuando morimos /descansamos.”
Creo que aún se puede mejorar el final persiguiendo un fin más generoso para los demás hasta el remate (“¡Hasta el infinito y más allá!”). Conozco la historia de un irlandés que a su muerte dejó preparado el funeral (esto es lo que llamo previsión…) para los amigos: viaje en avión a Pamplona y hotel de media pensión durante la semana de juerga de los Sanfermines. Un fenómeno, eso sí que es distinguir el fin y el final.
Este funeral irlandés ha vuelto a mi cabeza por la línea que leí en un diario, otra manera de acercarse a la crisis irlandesa. Se daba cuenta de un dicho irlandés que, más o menos, se escribiría de esta manera en español: “Disfruta de la vida, que vas a estar muerto mucho tiempo”.
En fin, he aquí el punto final: “.”
sábado, noviembre 20, 2010
"Angels", "lolitas", "boylover", "preteens", "girllover", "childlover", "pedoboy", "boyboy", "fetishboy" o "feet boy"
"Angels", "lolitas", "boylover", "preteens", "girllover", "childlover", "pedoboy", "boyboy", "fetishboy" o "feet boy"...: todos estos palabros no aparecen habitualmente pintarrajeados por el lado interior en las puertas de los baños masculinos de los bares, y eso que ahí estás solo, con el asunto en la mano y quizá algo ebrio. O sea: "inspirado" para la escritura. En fin, si tu búsqueda en el teclado va más allá de la puerta del cagadero, ha llegado el momento de hacerte mirar eso pequeño que tienes colgando: el cerebro, no el asunto.
jueves, noviembre 11, 2010
Bobo
Una de las dos jóvenes sentadas en el banco pregunta (con trato de usted) la hora a un caminante, un cuarentón de alopecia cicatrizada. Él, en vez de darle la hora, se señala el pecho con las dos manos y dice con sonrisa delicuescente: "No me importa que me digas de usted, pero eres la primera que me lo dice".
(Pamplona, 29-9-2010).
(Pamplona, 29-9-2010).
miércoles, noviembre 10, 2010
Ensalada
Tengo el celebro para pocas cerebraciones. Pero hay una ensalada de imágenes, noticias y pensamientos absurdos que quiero reunir en una entrada.
-OLAS. Ya no se puede decir aquello de que "olas eran las de antes". Al menos conviene esperar unos días... Aquí tenéis tres fotografías que llenan el tiempo.
-HONGOS. Como diría Peter: "Inopinadamente...". Llegó un golpecillo el pasado fin de semana y traigo una fotografía de Imanol E., a la espera de que me envíen más.
-BIBLIOTECARIOS. El bibliotecario es el que trabaja en una biblioteca. Generalmente salvó unas oposiciones y estudió Biblioteconomía. Pero, ¿por qué esa tendencia a pensar que el bibliotecario lee? Se puede ser blibliotecario sin leer un libro al año, como el 50% (aprox.) de los españoles.
-GONCOURT. Hace un par de días que los muchachos que se reúnen en el restaurante Drouant, han decidido que el Goncourt de este año es para Houellebecq. La novela ganadora se titula La carte et le territoire, así que no arriesgo mucho al alardear de mis conocimientos y escribir que Anagrama la publicará como El mapa y el territorio.
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Mala baba
miércoles, noviembre 03, 2010
Trasplante de corazón (otoñal) y esquela
martes, noviembre 02, 2010
Todos los Jálogüins
Los zombis huyen de la lluvia. Escribo esto porque no vi a ninguno por la mañana del 1 de noviembre, día de Todos los Jálogüins y día de chubascos, y porque puede ayudar para su exterminio provocando lluvias con ioduro de plata (al estilo descontaminador olímpico chino).
Dirán los estudiosos de los zombis que soy un simplista y un dogmático, que trabajo sin rigor científico, porque sólo manejo la experiencia repetida dos años (2009 y 2010) en Irurzun (Navarra) y el libro Zombi. Guía de supervivencia; dirán, quizá, que estas criaturas migran, que no tienen por qué aparecer siempre en el mismo lugar el 1 de noviembre... Pero, para mí, la muchachada jalogüinera del amanecer en cafeterías tiene cierto repelús al agua, y más cuando viene con viento frío.
Qué flojera de zombis, dirá alguno. Pues sí.
P.D.: EGR trabajó viernes y lunes, con aprovechamiento.
Dirán los estudiosos de los zombis que soy un simplista y un dogmático, que trabajo sin rigor científico, porque sólo manejo la experiencia repetida dos años (2009 y 2010) en Irurzun (Navarra) y el libro Zombi. Guía de supervivencia; dirán, quizá, que estas criaturas migran, que no tienen por qué aparecer siempre en el mismo lugar el 1 de noviembre... Pero, para mí, la muchachada jalogüinera del amanecer en cafeterías tiene cierto repelús al agua, y más cuando viene con viento frío.
Qué flojera de zombis, dirá alguno. Pues sí.
P.D.: EGR trabajó viernes y lunes, con aprovechamiento.
miércoles, octubre 27, 2010
Herramientas de EGR: el apoyo polivalente
Arquímedes dijo, no sé por qué lo imagino exclamando: “¡Dadme, dadme un punto de apoyo y moveré la Tierra!”. El EGR muestra, ahí lo tenéis, intenciones más modestas en el apoyo. La agudeza visual de algunos permitirá distinguir Macroplepiota procera y Lepista nebularis, o sea: lampernas, galampernas, parasoles, apagadores, matacandelas, lepiotas; pardillas, grisetas, ilarrakas. Otros (quizá quienes jamás vieron una imagen en 3D en aquellas láminas de moda en los 90) se consolarán como agoreros: EGR está acabado; EGR malo; se dio a la bebida; si sigue así..., terminará “tirado en el arroyo”. Bien, he de decir que la imagen muestra otras virtudes del Arroyo: a falta de bastón, siempre se puede recurrir a la botella de bebida isotónica como elemento de apoyo y no quedar tirado. A eso se le llama elemento polivalente, y te deja polivaliente después de beber el contenido.
Esta imagen del 22 de octubre desmiente algunos tópicos vinculados a los seteros que se mostrarán estos días en los periódicos (otoñea y toca reportaje de setas en los suplementos):
-El uso de bastón no forma parte del perfil obligatorio.
-La cesta de Caperucita se sustituye por las bolsas de tela (polivalentes y más discretas), que se pueden revolear para la difusión de esporas; y por la mochila manoslibres (recomiendo una capacidad de 40 litros), tuneada con un tupper enorme en el interior, que da rigidez y capacidad para depositar las bolsas de tela llenas de…, y permite portear el isostar polivalente, cocina, hornillo de gas y otros elementos (huevos, aceite de oliva, pimentón de La Vera para los rovellones, pimienta…).
-La soledad del setero de fondo. No sé por qué se identifica al setero con un solitario huidizo y egoísta que se escabulle de las miradas para no compartir su botín. EGR trabaja acompañado sin problema, ¡incluso acompañado de navarros!
Alguno dirá: “EGR muestra un paisaje que conozco. Voy p’allá a por setas”. A ver…, EGR es un catálogo de errores en sí mismo, y no tiene problemas en confesar que el lugar de la imagen es el entorno de Beluta, en el extremo más suave de las Malloas y accesible en coche desde Baraibar. Y lo cuenta, entre otras cosas, porque allí guisó (lepiotas con tocineta y cata de ilarrakas en revuelto) y almorzó en compañía de Asun, que fotografió; mas no recogió. La recogida fue en otros pagos; navarros, of course.
P.D.: Si has visto en la fotografía los rovellones, vamos bien; si has visto otra diferente y sabes cómo se llama... ¡matrícula de honor!
P.D.2: Ander trae a Tom Jones a favor del uso de la cesta. Merece la pena escuchar otros argumentos.
martes, octubre 26, 2010
La semana mágica
Arce, fresno, roble, haya... Pilar tomó la fotografía el sábado en la ladera sur de la sierra de Leire.
Cervantes escribió que las estaciones eran: primavera, verano, estío, otoño e invierno. Quien quiera comprender lo del estío puede mirar el paisaje manchego en tiempo de rastrojeras a la espera de la vendimia... con el sol en la nuca (conviene no olvidar el botijo).
Yo incrustaría el otoño del color en el bosque dentro del otoño oficial (me encantaría encontrar una palabra corta, como estío, para referirme a ese momento). Porque, sí, el otoño empezó hace más de un mes, y, sí, dentro de una semana, durará más de otro mes... Y reconozco más complicaciones: esta semana mágica no se puede fijar en el calendario con antelación cuando el clima tiene sus caprichos; y me refiero al otoño del bosque atlántico en el País Vasco y Navarra (el omphalos de mi semana mágica).
Las señales empiezan con los arces rojos y amarillos, poco a poco los chopos amarillean, llega el fin de la temporada de castañas XXL, los robles dibujan abanicos marcando desniveles de color en las laderas y, para cuando te quieres enterar, ¡zaca!, ya se han caído las hojas de las hayas y sanseacabó.
(El micófago comprende entonces que terminó la temporada de hongos, que se refugiará en rovellones tardíos y negrillas bajo los pinos, en pie violetas y gamuzas...; que se abre el tiempo de espera para las setas primaverales de pradera).
En fin, sólo aviso de una de las noticias que más me llenan del año: la semana mágica de los colores en los bosques de otoño. Y no tiene nada que ver con El Corte Inglés.
P.D.: Dentro de una semana me empezarán a decir que tenemos que ir a Irati...
Cervantes escribió que las estaciones eran: primavera, verano, estío, otoño e invierno. Quien quiera comprender lo del estío puede mirar el paisaje manchego en tiempo de rastrojeras a la espera de la vendimia... con el sol en la nuca (conviene no olvidar el botijo).
Yo incrustaría el otoño del color en el bosque dentro del otoño oficial (me encantaría encontrar una palabra corta, como estío, para referirme a ese momento). Porque, sí, el otoño empezó hace más de un mes, y, sí, dentro de una semana, durará más de otro mes... Y reconozco más complicaciones: esta semana mágica no se puede fijar en el calendario con antelación cuando el clima tiene sus caprichos; y me refiero al otoño del bosque atlántico en el País Vasco y Navarra (el omphalos de mi semana mágica).
Las señales empiezan con los arces rojos y amarillos, poco a poco los chopos amarillean, llega el fin de la temporada de castañas XXL, los robles dibujan abanicos marcando desniveles de color en las laderas y, para cuando te quieres enterar, ¡zaca!, ya se han caído las hojas de las hayas y sanseacabó.
(El micófago comprende entonces que terminó la temporada de hongos, que se refugiará en rovellones tardíos y negrillas bajo los pinos, en pie violetas y gamuzas...; que se abre el tiempo de espera para las setas primaverales de pradera).
En fin, sólo aviso de una de las noticias que más me llenan del año: la semana mágica de los colores en los bosques de otoño. Y no tiene nada que ver con El Corte Inglés.
P.D.: Dentro de una semana me empezarán a decir que tenemos que ir a Irati...
martes, octubre 19, 2010
Alba
Algún que otro domingo nos ponemos domingueros. Fue el pasado 17 de octubre. La nubosidad en Guipúzcoa era digna de frontal si entrábamos en un bosque. Así que Lourdes, Pilar, Álvaro, Ángel, Perni y yo fuimos hacia el sur. Llegamos a Pamplona y, desde allí, el norte se veía oscuro, pero no tanto... Además los informes meteorológicos anunciaban mejoría por la tarde. O sea, había que dar tiempo al tiempo, y paramos a desayunar en el bar y supermercado Valentín, en Zubiri.
(Recomendables las tostadas clásicas y las de jamón; el café buenísimo).
De allí a Eugui. "Descubierta" por un hayedo cercano al pueblo, donde hace años salían muchos hongos. Hoy entran y salen demasiados seteros con vocación EGR y el hayedo no da mucho, pero algo ofreció: ilarrakas, tres hongos, tres pie azules, lepiotas. Una vez cubiertas las necesidades micológicas mínimas para la cena, seguimos en coche hasta el collado de Urkiaga, donde empezó la segunda parte de la excursión dominguera. Íbamos a subir Okoro, pero el ventarrón del norte gélido trajo de nuevo nubes densas a las cimas y sólo quedaba la cumbre de Alba (1.074) como testigo en la grisura del macizo de Okoro. La cumbre es para niños: un promontorio de areniscas rosadas con excelente panorámica. Pero, nada más llegar a la cima, entró la nube y hubo que esperar, con caldo, almendras y bananas, para hacer una fotografía con vistas. La fotografía es de Pilar y ella la tituló con muy buen criterio "Bajando de Alba Aitz".
Añado: almorzamos al socaire y en el regreso recogimos unos hongos, pero no diré dónde.
(Recomendables las tostadas clásicas y las de jamón; el café buenísimo).
De allí a Eugui. "Descubierta" por un hayedo cercano al pueblo, donde hace años salían muchos hongos. Hoy entran y salen demasiados seteros con vocación EGR y el hayedo no da mucho, pero algo ofreció: ilarrakas, tres hongos, tres pie azules, lepiotas. Una vez cubiertas las necesidades micológicas mínimas para la cena, seguimos en coche hasta el collado de Urkiaga, donde empezó la segunda parte de la excursión dominguera. Íbamos a subir Okoro, pero el ventarrón del norte gélido trajo de nuevo nubes densas a las cimas y sólo quedaba la cumbre de Alba (1.074) como testigo en la grisura del macizo de Okoro. La cumbre es para niños: un promontorio de areniscas rosadas con excelente panorámica. Pero, nada más llegar a la cima, entró la nube y hubo que esperar, con caldo, almendras y bananas, para hacer una fotografía con vistas. La fotografía es de Pilar y ella la tituló con muy buen criterio "Bajando de Alba Aitz".
Añado: almorzamos al socaire y en el regreso recogimos unos hongos, pero no diré dónde.
miércoles, octubre 13, 2010
EGR
El Guipuchi Robasetas, también conocido como El Giputxi Robasetas (EGR), lamentaba no actualizar el blog desde... Pero es octubre y está a lo suyo (con mucho éxito y aprovechamiento).
Viernes: zizas en Navarra.
Domingo: lepiotas en Navarra.
Lunes: setas de cardo en Navarra.
Martes: Hongos entre Guipúzcoa y Navarra.
(Que esto es un no parar).
P.D.: El sábado llovía mucho.
Viernes: zizas en Navarra.
Domingo: lepiotas en Navarra.
Lunes: setas de cardo en Navarra.
Martes: Hongos entre Guipúzcoa y Navarra.
(Que esto es un no parar).
P.D.: El sábado llovía mucho.
martes, octubre 05, 2010
Pirineos calizos: Llana del Bozo
El domingo, Asun, Lourdes, Pilar y yo ascendimos a la Llana del Bozo (2.566).
Fue una subida pesada, porque el viento constante del sur era capaz de sorprendernos con rachas violentas que se hicieron muy pesadas en el tramo final de la pedrera de acceso al collado Wallon o Napazal (2.330), un viento que el buen Félix Rodríguez de la Fuente quizá calificaría como al alcaudón, o sea: inmisericorde.
Accedimos a la vía normal del sur desde el Valle de Napazal (1.500). Subimos hasta el abrevadero seco (pero con un manantial a unos metros) que marca el punto de separación de las dos sendas; por la derecha (nordeste) arranca la subida a Aspe; por la izquierda (noroeste), Llana del Bozo y Llana de la Gargata comparten la senda de subida hasta el collado de Napazal.
Desde la cima, las vistas eran hermosas y dudamos: ¿bajamos por la arista oeste hacia el collado de Aisa?
Inicio de la bajada. Al fondo, el Midi Ossau.
El descenso hacia el valle de Napazal.
Tomamos la decisión de volver sobre nuestros pasos, como se ve en las fotografías. Al menos hasta el refugio de El Cubillar (1.800), donde repostamos convenientemente.
Una variante muy hermosa de bajada cae entre el refugio de El Cubillar y el comienzo de la subida al collado del Bozo (al oeste). Se baja al extremo norte del valle de Napazal y se puede admirar una faja rocosa sobre la que se dibujan las moles calizas de las dos Llanas: la del Bozo y la de la Garganta (que queda para otra ocasión).
Y, por las campas, champiñoneamos un rato.
Búsqueda setera por la zona de Rigüelo. Al fondo, las Llanas.
Fue una subida pesada, porque el viento constante del sur era capaz de sorprendernos con rachas violentas que se hicieron muy pesadas en el tramo final de la pedrera de acceso al collado Wallon o Napazal (2.330), un viento que el buen Félix Rodríguez de la Fuente quizá calificaría como al alcaudón, o sea: inmisericorde.
Accedimos a la vía normal del sur desde el Valle de Napazal (1.500). Subimos hasta el abrevadero seco (pero con un manantial a unos metros) que marca el punto de separación de las dos sendas; por la derecha (nordeste) arranca la subida a Aspe; por la izquierda (noroeste), Llana del Bozo y Llana de la Gargata comparten la senda de subida hasta el collado de Napazal.
Desde la cima, las vistas eran hermosas y dudamos: ¿bajamos por la arista oeste hacia el collado de Aisa?
Inicio de la bajada. Al fondo, el Midi Ossau.
El descenso hacia el valle de Napazal.
Tomamos la decisión de volver sobre nuestros pasos, como se ve en las fotografías. Al menos hasta el refugio de El Cubillar (1.800), donde repostamos convenientemente.
Una variante muy hermosa de bajada cae entre el refugio de El Cubillar y el comienzo de la subida al collado del Bozo (al oeste). Se baja al extremo norte del valle de Napazal y se puede admirar una faja rocosa sobre la que se dibujan las moles calizas de las dos Llanas: la del Bozo y la de la Garganta (que queda para otra ocasión).
Y, por las campas, champiñoneamos un rato.
Búsqueda setera por la zona de Rigüelo. Al fondo, las Llanas.
Pirineos calizos: Lenito
Asun, Lourdes, Pilar y yo ascendimos el sábado a Lenito (2.339) por su cara sur (una vía que se nos resistió el pasado invierno).
Salimos un poco más adelante del cruce que marca el desvío a Gabardito en la carretera que se adentra en la Selva de Oza (950). O un poco antes del centro de interpretación del "megalitismo". El camino se hace incómodo, tal vez por el calor del viento sur entre los pinares, o por esa sensación de pista abandonada... Pero da un descansillo entre campas y hayedos. A partir de ahí la senda, más montañera, sube con la meta evidente del collado bajo de Lenito (1.716).
Desde el collado no hay pérdida: los hitos marcan la ruta siempre al norte, y disfrutamos del fuerte viento sur en nuestras espaldas. La pendiente se puede ver dibujada en las curvas de nivel de los mapas, en la práctica se apoyan las manos en algunos pasos calizos. Fácil en seco.
La subida tiene algo de tobogán en el tramo previo al collado de Lenito (2.197) con la Forca a la izquierda (oeste) y Lenito a la derecha (este). Poco más de tres horas de ascensión.
En la cima, al socaire, cocinamos las setas recogidas en la subida (rovellones, algunos champiñones, la primera lepiota de la temporada, algunos bejines...). Las comemos con huevos fritos, chorizo y queso. Todo remojado con la ayuda de nuestro isostar favorito: el Colegiata 2009, ¡ese tinto!
Aquí está Asun resistiendo el ventarrón en una de las puntas de Lenito.
Y la bajada nos deja asombrados...
Volvemos por la ladera norte, se bajan tres "escalones" preciosos hasta llegar en dos horas y media al Camping de la Selva de Oza (1.140). Una vez en el asfalto, Pilar para una camioneta y la bajan más allá de la Boca del Infierno (cinco kilómetros) para volver en su coche y recogernos a los demás. (¡Or-ga-ni-za-ción!).
Salimos un poco más adelante del cruce que marca el desvío a Gabardito en la carretera que se adentra en la Selva de Oza (950). O un poco antes del centro de interpretación del "megalitismo". El camino se hace incómodo, tal vez por el calor del viento sur entre los pinares, o por esa sensación de pista abandonada... Pero da un descansillo entre campas y hayedos. A partir de ahí la senda, más montañera, sube con la meta evidente del collado bajo de Lenito (1.716).
Desde el collado no hay pérdida: los hitos marcan la ruta siempre al norte, y disfrutamos del fuerte viento sur en nuestras espaldas. La pendiente se puede ver dibujada en las curvas de nivel de los mapas, en la práctica se apoyan las manos en algunos pasos calizos. Fácil en seco.
La subida tiene algo de tobogán en el tramo previo al collado de Lenito (2.197) con la Forca a la izquierda (oeste) y Lenito a la derecha (este). Poco más de tres horas de ascensión.
En la cima, al socaire, cocinamos las setas recogidas en la subida (rovellones, algunos champiñones, la primera lepiota de la temporada, algunos bejines...). Las comemos con huevos fritos, chorizo y queso. Todo remojado con la ayuda de nuestro isostar favorito: el Colegiata 2009, ¡ese tinto!
Aquí está Asun resistiendo el ventarrón en una de las puntas de Lenito.
Y la bajada nos deja asombrados...
Volvemos por la ladera norte, se bajan tres "escalones" preciosos hasta llegar en dos horas y media al Camping de la Selva de Oza (1.140). Una vez en el asfalto, Pilar para una camioneta y la bajan más allá de la Boca del Infierno (cinco kilómetros) para volver en su coche y recogernos a los demás. (¡Or-ga-ni-za-ción!).
jueves, septiembre 30, 2010
miércoles, septiembre 29, 2010
De Satrústegui a Satrústegui pasando por Satrústegui y Satrústegui
El domingo, Asun, Pilar y yo salimos de Satrústegui (pueblo) y empezamos a recoger pacharanes (arañones, endrinas). Cedimos ante la tentación de los regalos de la naturaleza. Este septiembre que termina es el del pacharán; en buena parte de la Navara húmeda hace casi veinte años que no veía los endrinos así de cargados.
Lo malo de recoger mucho pacharán en el valle es que luego lo tienes que subir monte arriba. Subimos a Satrústegui (collado) y desde allí, cebada la ilusión con las posibilidades micológicas del valle de Ollo, descendimos al valle. Recogimos más pacharán. Almorzamos y ascendimos al monte señalizado como Satrústegui en el buzón, que en realidad es Idoitxiki (1.272).
En la fotografía de Pilar, se ve el tramo de El Cascajal previo a la cima de Idoitxiki, con Txurregi y parte del valle de Ollo al fondo.
En la cresta, el viento del norte empujaba con volteretas, azotaba caprichosamente lo pasos y se hacía muy incómodo caminar. Descendimos por el camino compartido hacia Irañeta y Ihabar, hasta que tomamos la opción de Ihabar. Más pacharanes.
De vuelta en Satrústegui (pueblo) teníamos en las bolsas más pacharanes de los que sospechábamos (esto se comprobó al día siguiente, al embotellarlos con anís), teníamos también las primeras setas de cardo de la temporada, y ganas de tomar algo caliente. En el Berekoetxea de Gorriti cayeron dos caldos, un café y una discusión. La discusión llego a apuntar si deberían prohibirse los concursos de mises; esto, dicho así, suena extremo, pero la idea es hasta qué punto esos concursos ofenden la imagen de la mujer o premian algo que no se conquista con esfuerzo (la belleza), o son un digno trampolín profesional.
Lo malo de recoger mucho pacharán en el valle es que luego lo tienes que subir monte arriba. Subimos a Satrústegui (collado) y desde allí, cebada la ilusión con las posibilidades micológicas del valle de Ollo, descendimos al valle. Recogimos más pacharán. Almorzamos y ascendimos al monte señalizado como Satrústegui en el buzón, que en realidad es Idoitxiki (1.272).
En la fotografía de Pilar, se ve el tramo de El Cascajal previo a la cima de Idoitxiki, con Txurregi y parte del valle de Ollo al fondo.
En la cresta, el viento del norte empujaba con volteretas, azotaba caprichosamente lo pasos y se hacía muy incómodo caminar. Descendimos por el camino compartido hacia Irañeta y Ihabar, hasta que tomamos la opción de Ihabar. Más pacharanes.
De vuelta en Satrústegui (pueblo) teníamos en las bolsas más pacharanes de los que sospechábamos (esto se comprobó al día siguiente, al embotellarlos con anís), teníamos también las primeras setas de cardo de la temporada, y ganas de tomar algo caliente. En el Berekoetxea de Gorriti cayeron dos caldos, un café y una discusión. La discusión llego a apuntar si deberían prohibirse los concursos de mises; esto, dicho así, suena extremo, pero la idea es hasta qué punto esos concursos ofenden la imagen de la mujer o premian algo que no se conquista con esfuerzo (la belleza), o son un digno trampolín profesional.
martes, septiembre 28, 2010
Prosópitos otoñales
No llegan a ni a propósitos. Como en el otoño boreal quien más quien menos se compra un cuaderno nuevo, se apunta en alguna academia para saludar a los compañeros de la clase en un idioma extranjero, o va dos veces al gimnasio antes de aceptar la blandura de sus carnes..., yo he decidido emprender cuatro prosópitos otoñales.
1. Aprender una buena parte de una canción en inglés. He escogido una que sonó tres veces ayer en la radio durante el viaje de una hora en autobús desde Pamplona a San Sebastián. Sospecho que se titula Alejandro, es de Lady Gaga y la parte que he aprendido dice así: "Ale Alejandro".
Intentaré no olvidarla. Por cierto, el vídeo me recuerda demasiado a la estética de los malos de Hellboy.
2. Me he propuesto recolectar este año Lepista luscina. En otoño, año tras año, incorporo alguna especie de seta ya conocida a las cocinillas habituales.
3. Contendré los juicios extremistas que hago de algunas lecturas. Ejemplo: "Esta novela es una mierda". Vuelvo a ejemplificar: acabo de leer Carta a D. Historia de un amor, de André Gorz. Y, como estoy dentro de los márgenes otoñales del prosópito, ya no diré a nadie que este texto me parece un ejemplo de egoísmo disfrazado de reconocimiento. Manejo la edición de Paidós de 2009, la original es de 2006. En la contraportada del libro aparece la cita que coincide con las primeras líneas del libro:
"Acabas de cumplir ochenta y dos años. Has encogido seis centímetros, sólo pesas cuarenta y cinco kilos y sigues siendo bella, elegante y deseable. Hace cincuenta y ocho años que vivinmos juntos y te amo más que nunca. Te escribo para comprender lo que he vivido, lo que hemos vivido juntos".
Bien, por más que se corrija con el plural "hemos vivido juntos", en el fondo y en la mayor parte de las superficie de las páginas que siguen, encuentro a una especie de egoísta irredento, alguien que quiere saldar una deuda y redimensionar la maravillosa imagen de su mujer, pero no lo termina de conseguir porque su ego pesa demasiado. (Ese "deseable" de la cita ya me marcaba el yo enorme).
4. Me afeitaré la barba y luciré con hombría las marcas alámbricas de la ardillita, perdón, del jabalí.
1. Aprender una buena parte de una canción en inglés. He escogido una que sonó tres veces ayer en la radio durante el viaje de una hora en autobús desde Pamplona a San Sebastián. Sospecho que se titula Alejandro, es de Lady Gaga y la parte que he aprendido dice así: "Ale Alejandro".
Intentaré no olvidarla. Por cierto, el vídeo me recuerda demasiado a la estética de los malos de Hellboy.
2. Me he propuesto recolectar este año Lepista luscina. En otoño, año tras año, incorporo alguna especie de seta ya conocida a las cocinillas habituales.
3. Contendré los juicios extremistas que hago de algunas lecturas. Ejemplo: "Esta novela es una mierda". Vuelvo a ejemplificar: acabo de leer Carta a D. Historia de un amor, de André Gorz. Y, como estoy dentro de los márgenes otoñales del prosópito, ya no diré a nadie que este texto me parece un ejemplo de egoísmo disfrazado de reconocimiento. Manejo la edición de Paidós de 2009, la original es de 2006. En la contraportada del libro aparece la cita que coincide con las primeras líneas del libro:
"Acabas de cumplir ochenta y dos años. Has encogido seis centímetros, sólo pesas cuarenta y cinco kilos y sigues siendo bella, elegante y deseable. Hace cincuenta y ocho años que vivinmos juntos y te amo más que nunca. Te escribo para comprender lo que he vivido, lo que hemos vivido juntos".
Bien, por más que se corrija con el plural "hemos vivido juntos", en el fondo y en la mayor parte de las superficie de las páginas que siguen, encuentro a una especie de egoísta irredento, alguien que quiere saldar una deuda y redimensionar la maravillosa imagen de su mujer, pero no lo termina de conseguir porque su ego pesa demasiado. (Ese "deseable" de la cita ya me marcaba el yo enorme).
4. Me afeitaré la barba y luciré con hombría las marcas alámbricas de la ardillita, perdón, del jabalí.
martes, septiembre 21, 2010
Urriellu
Resulta que yo, en mi ignorancia, dudaba entre "Naranco" o "Naranjo" (de Bulnes) y ahora me encuentro con la campaña pro "Picu Urriellu".
Javi Urrutia lo explica así en Mendikat :
"El nombre de "Naranjo de Bulnes" ha sido y sigue siendo origen de controversias. El geólogo, Guillermo Schulz Schweizer, en el siglo XIX estudia Asturias y los picos de Europa. Como resultado de sus investigaciones elabora algunos mapas topográficos y geológicos. En sus planos, por vez primera (1855) aparece citado el Picu Urriellu con la denominación de Naranjo de Bulnes, dentro del macizo que los naturales denominan "Urrielles". El origen de los topónimos Urriellu y Urrielles no está claro salvo su naturaleza prerrománica, posiblemente eusquérica.
Por qué me llamáis Naranjo, si naranjas no puedo dar
que me llamen Picu Urriellu que es mi nombre natural."
Me divierten estos juegos de nombres, qué le voy a hacer, y sé que no se entiende bien mi divertimento, porque mucha gente apuesta por una palabra y, simultáneamente, rechaza "la otra" y a quien la usa. De esto, por ejemplo, los guipuzcoanos de Gipuzkoa sabemos un güevo huevo.
De todas maneras, queda claro que hablo de una de tantas manías que se reavivó este largo fin de semana en Picos de Europa, cuando, en realidad, fueron días de consensos: las croquetas de cabrales (devoradas jueves, viernes y domingo) funcionan bien las llames como las llames. Y la sidra asturiana. Debería escribir de eso... Pero a menudo me dan estos prontos de friqui. Porque algo de tarado tiene divertirse en la subida montañera desde Poncebos hasta el refugio Urriellu, 1.700 de subida, ¡hala!, por calizas, con una humedad que nos hizo sudar a chorros. Sí, eso fue el sábado y me temo que éramos un equipo de fútbol de friquis: Asun, Diana, Elena, Koro, Lourdes, Pilar, Susana, Álvaro, Ángel, Imanol C. y yo.
Y tan a gusticu, oye. O tan a gustiño, que estamos muy agradecidos a Diana, que lo organizó todo.
P.D.: La fotografía es de Ángel.
miércoles, septiembre 15, 2010
Viernes, Baciás: "subida". Sábado, Midi Ossau: "ascensión"
Viernes 10 de septiembre.
La subida a Baciás (2.758) desde el balneario de Panticosa (1.636) es de las que hacen afición montañera: llevadera, con un punto de exigencia, granítica y con hermosos paisajes que se abren poco a poco. Además, en este septiembre, los primeros trescientos metros de desnivel parecen sembrados de arándanos. Muy ricos.
La imagen no es del Baciás. J. jugaba con la cámara y con la luz en la bajada, y ahí tenéis el ibón embalsado de Brazato. Al fondo, más bien a la izquierda, la cima doble de Brazato (2.731, el de la derecha es más arisco, más rocoso), y un poco a la derecha del montañero se ve el Serrato o Tablato Piniecho (2.701), una montaña preciosa para ascender con algo de nieve.
"Subir" o "ascender". A veces dudo en la elección... Hoy no.
Sábado 11 de septiembre, cumpleaños de Juan de la Cruz Martínez Pérez.
J. y yo disfrutamos la ascensión a Midi Ossau (2.884) en un día luminoso desde el aparcamiento de Anéou, y salvamos con agilidad (sin cuerdas) las tres chimeneas de la vía normal.
(Ojo, el señor con casco que posa sin saber que posa, salvada la segunda chimenea, es un extra fotográfico).
En la cima, poco después del mediodía, cantaban a coro unos franceses, almorzábamos la mayoría, se ponía la gomita del pelo la chica de la imagen... (y ahí estaba J. al más puro estilo captador de instantes Cartier Bresson).
Una montaña torre como el Midi casi siempre invita a la contemplación. Sobre todo con el horizonte despejado.
Y a mí siempre me apena un poco abandonar esa altura.
Descendimos más rápido de lo que ascendimos. Y me acordé de otros muchos con los que ascendí a esta montaña: mirad, mirad a algunos.
P.D.: Las tres fotografías son de J.
La subida a Baciás (2.758) desde el balneario de Panticosa (1.636) es de las que hacen afición montañera: llevadera, con un punto de exigencia, granítica y con hermosos paisajes que se abren poco a poco. Además, en este septiembre, los primeros trescientos metros de desnivel parecen sembrados de arándanos. Muy ricos.
La imagen no es del Baciás. J. jugaba con la cámara y con la luz en la bajada, y ahí tenéis el ibón embalsado de Brazato. Al fondo, más bien a la izquierda, la cima doble de Brazato (2.731, el de la derecha es más arisco, más rocoso), y un poco a la derecha del montañero se ve el Serrato o Tablato Piniecho (2.701), una montaña preciosa para ascender con algo de nieve.
"Subir" o "ascender". A veces dudo en la elección... Hoy no.
Sábado 11 de septiembre, cumpleaños de Juan de la Cruz Martínez Pérez.
J. y yo disfrutamos la ascensión a Midi Ossau (2.884) en un día luminoso desde el aparcamiento de Anéou, y salvamos con agilidad (sin cuerdas) las tres chimeneas de la vía normal.
(Ojo, el señor con casco que posa sin saber que posa, salvada la segunda chimenea, es un extra fotográfico).
En la cima, poco después del mediodía, cantaban a coro unos franceses, almorzábamos la mayoría, se ponía la gomita del pelo la chica de la imagen... (y ahí estaba J. al más puro estilo captador de instantes Cartier Bresson).
Una montaña torre como el Midi casi siempre invita a la contemplación. Sobre todo con el horizonte despejado.
Y a mí siempre me apena un poco abandonar esa altura.
Descendimos más rápido de lo que ascendimos. Y me acordé de otros muchos con los que ascendí a esta montaña: mirad, mirad a algunos.
P.D.: Las tres fotografías son de J.
lunes, septiembre 13, 2010
La bajada acaba
Y me he quedado tan ancho en el título con tanta a.
La bajada de fotografías que han llegado poco a poco de la ascensión y bajada de Balaitús.
Traigo tres por motivos diversos.
Asun en la brecha (Latour), escoltada por Álvaro. Detrás, las paredes de Cristales. Al fondo, muy al fondo, se ve Vignemale. (La fotografía es de Ángel).
Me encanta cómo se ven los ibones de Arriel desde la Gran Diagonal. Ese azul... (La fotografía es de Álvaro).
La cabra (o el cabrón, si os fijáis bien) tira al monte. (La fotografía es de Ángel).
La bajada de fotografías que han llegado poco a poco de la ascensión y bajada de Balaitús.
Traigo tres por motivos diversos.
Asun en la brecha (Latour), escoltada por Álvaro. Detrás, las paredes de Cristales. Al fondo, muy al fondo, se ve Vignemale. (La fotografía es de Ángel).
Me encanta cómo se ven los ibones de Arriel desde la Gran Diagonal. Ese azul... (La fotografía es de Álvaro).
La cabra (o el cabrón, si os fijáis bien) tira al monte. (La fotografía es de Ángel).
jueves, septiembre 09, 2010
¡Que está en rojo!
Otra manía de tiempos nerviosos consiste en odiar a quienes no respetan los semáforos en rojo. Es un odio ferviente de peatones hacia los conductores que aceleran desde lejos, cuando ven el ámbar, y pasan dos o tres segundos después de que haya cambiado a rojo. Esos dos o tres segundos son anteriores a la aparición luminosa del señor verde y anteriores, por tanto, al primer paso del peatón en el paso de cebra. ¡Pero cómo fastidian al peatón esos segundos robados en rojo!
Y por las calles pasean tipos disimuladamente atentos, sin autoridad, pero que vigilan los semáforos. Sólo algunas veces se les escapa: “¡Otro cabrón que se ha pasado el rojo…!”. O: "¿Estás loco! ¡Que está en rojo!".
Fijaos, incluso, alzan airados el dedo corazón en solitario.
Y por las calles pasean tipos disimuladamente atentos, sin autoridad, pero que vigilan los semáforos. Sólo algunas veces se les escapa: “¡Otro cabrón que se ha pasado el rojo…!”. O: "¿Estás loco! ¡Que está en rojo!".
Fijaos, incluso, alzan airados el dedo corazón en solitario.
lunes, septiembre 06, 2010
Balaitous
El sábado 4, Asun, Karmele, Lourdes, Álvaro, Ángel, Imanol C., Jesús y yo subimos de La Sarra (1.438 m) al refugio de Respumoso. El objetivo era ascender a Balaitous (3.146) y pernoctar en el refugio ayuda mucho porque, desde los 2.200 m de Respumoso, la cima de Balaitús está tan cerca...
El domingo 5 era el día perfecto. Emprendimos la marcha a las ocho y media de la mañana en mangas de camiseta. La subida tuvo el hito de la brecha Latour (2.945 m), que en este septiembre aparece sin nieve (apenas pisamos un poco de nieve en la aproximación a la brecha), descarnada y con mucho peligro cuando los imprudentes no vigilan sus pasos y dejan caer las piedras. En el último tramo, usamos la cinta que nos había prestado Patxi (el gran ausente). ¿Era necesario el despliegue de cinta? Bien, hay varias opiniones que lo explican. Ahí van dos:
-Sí, el tramo es expuesto y el vértigo juega malas pasadas, o, como escribe Óscar Gogorza en el número de agosto de la revista Desnivel, el miedo es un músculo.
-No, pero ya que cargué con la cinta en la mochila...
A las doce y cuarto celebrábamos la ascensión y, después del almuerzo con quesos y embutidos, Asun tomó esta fotografía (como las otras dos de esta entrada), donde manda el Midi, y donde los ojos más entrenados pueden ahora con un clic repasar una buena lista de montañas conocidas.
Pero hasta el rabo todo es toro (o ardillita). Nos quedaba la parte más dura del día, la bajada: más de 1.700 m de desnivel para regresar a La Sarra. Tomamos el camino de la Gran Diagonal.
Pasamos por el refugio de André Michaud y visitamos los ibones de Arriel. Cuando caímos a la GR11, a menos de una hora para terminar la jornada, a nuestros cuádriceps les daba ya lo mismo jota que fandango. Y en la meta, junto a las cervezas, compartimos la sensación de una jornada completa. Algo que permanecerá en la memoria.
P.D.: El penúltimo Balaitous.
El domingo 5 era el día perfecto. Emprendimos la marcha a las ocho y media de la mañana en mangas de camiseta. La subida tuvo el hito de la brecha Latour (2.945 m), que en este septiembre aparece sin nieve (apenas pisamos un poco de nieve en la aproximación a la brecha), descarnada y con mucho peligro cuando los imprudentes no vigilan sus pasos y dejan caer las piedras. En el último tramo, usamos la cinta que nos había prestado Patxi (el gran ausente). ¿Era necesario el despliegue de cinta? Bien, hay varias opiniones que lo explican. Ahí van dos:
-Sí, el tramo es expuesto y el vértigo juega malas pasadas, o, como escribe Óscar Gogorza en el número de agosto de la revista Desnivel, el miedo es un músculo.
-No, pero ya que cargué con la cinta en la mochila...
A las doce y cuarto celebrábamos la ascensión y, después del almuerzo con quesos y embutidos, Asun tomó esta fotografía (como las otras dos de esta entrada), donde manda el Midi, y donde los ojos más entrenados pueden ahora con un clic repasar una buena lista de montañas conocidas.
Pero hasta el rabo todo es toro (o ardillita). Nos quedaba la parte más dura del día, la bajada: más de 1.700 m de desnivel para regresar a La Sarra. Tomamos el camino de la Gran Diagonal.
Pasamos por el refugio de André Michaud y visitamos los ibones de Arriel. Cuando caímos a la GR11, a menos de una hora para terminar la jornada, a nuestros cuádriceps les daba ya lo mismo jota que fandango. Y en la meta, junto a las cervezas, compartimos la sensación de una jornada completa. Algo que permanecerá en la memoria.
P.D.: El penúltimo Balaitous.
jueves, septiembre 02, 2010
El contacto
Alguien me dijo que el contacto físico es imposible, que nos engañan los sentidos. Ese alguien no apelaba a Descartes, sino que se explicaba desde la física de lo pequeño y me contaba lo imposible del contacto real “a nivel atómico”. Quizá por aquel entonces comprendí que se me escapaba lo pequeño y lo grande (la eternidad…, Pina), y que medía lo pequeño o lo grande con un criterio que algunos llamarían antropológico, el cuento de Protágoras (aquel muchacho de Abdera): El hombre es la medida de todas las cosas.
Bien, se me hace difícil aceptar lo imposible del contacto físico en un abrazo, una de las medidas humanas más precisas. En mi desconfianza hacia lo que se escapa a mi tamaño, cuento también con muchas teorías que acepto de refilón sin comprender del todo (desde la teoría de la relatividad hasta esa necesidad de poner pepino en la ensalada). En fin, pensad en el origen del universo y os dará agarrará el vértigo, la fe o el sueño.
Reconozco que toda esta morcilla previa es fruto de un contacto físico que tuve el 31 de agosto, un contacto que a nivel atómico quizá fue imposible (¿sería pertinente hablar de lo molecular?). Asun, Pilar, Ángel y yo paseábamos en ascenso por la incómoda ladera noroeste de Balerdi, en el término de Bedaio, entonces vi una pareja de ardillas en el extremo de una pradera cerrada por un bosque. Madre e hija, pensé (no preguntéis por qué no pensé en padre e hijo). El Homo depredator que vive en mí salió a la carrera. La madre ardilla huyó al momento hacia un árbol; pero la hija ardilla, lenta y sin experiencia fugitiva, daba saltitos sin criterio. Enfoqué la mirada hacia la presa. Ahí debería haber desconfiado de lo que se escapaba a mi tamaño (la ardillita), pero sin necesidad de teorías me lancé hacia ella instintivamente y, cuando el golpe de mi zarpa la iba a capturar, un alambrado de púas (invisible en carrera) me detuvo en seco y por la cara. O sea: me quedé con la cara clavada en una línea de alambrado.
(Ahora podría despotricar un buen rato contra esas alambradas para cabras instaladas y abandonadas por cabrones).
¡Bieeen!, exclamaréis algunos, ya era hora de que las ardillas tomaran venganza de tanta persecución. Pero, enganchado por el rostro (y convencido por la lectura de los periódicos de que la crisis es oportunidad), empecé a comprender y ratificar varias cosas, quizá por este orden:
-La templanza de Pilar, Asun y Ángel, que me desclavaron.
-Que había arruinado el picnic imaginado para esa tarde con una botella de Uxmal y otra de Late Harvest (Concha y Toro).
-Que la medida del contacto físico seguirá siendo para mí la antropológica.
Después, pasado de pleno derecho a la generación del 2.0 (con un punto de hilo y otro de papel), Asun, Ángel y yo comimos salchichas y bebimos cervezas Salvátor en San Sebastián.
P.D.: Por cierto, si alguien me ve y os pregunta… Que dejé el jabalí destrozado en el cuerpo a cuerpo.
P.D.2: Y canturreo.
P.D.3: Y no penséis que lo de la ardilla es una cosa nueva...
Bien, se me hace difícil aceptar lo imposible del contacto físico en un abrazo, una de las medidas humanas más precisas. En mi desconfianza hacia lo que se escapa a mi tamaño, cuento también con muchas teorías que acepto de refilón sin comprender del todo (desde la teoría de la relatividad hasta esa necesidad de poner pepino en la ensalada). En fin, pensad en el origen del universo y os dará agarrará el vértigo, la fe o el sueño.
Reconozco que toda esta morcilla previa es fruto de un contacto físico que tuve el 31 de agosto, un contacto que a nivel atómico quizá fue imposible (¿sería pertinente hablar de lo molecular?). Asun, Pilar, Ángel y yo paseábamos en ascenso por la incómoda ladera noroeste de Balerdi, en el término de Bedaio, entonces vi una pareja de ardillas en el extremo de una pradera cerrada por un bosque. Madre e hija, pensé (no preguntéis por qué no pensé en padre e hijo). El Homo depredator que vive en mí salió a la carrera. La madre ardilla huyó al momento hacia un árbol; pero la hija ardilla, lenta y sin experiencia fugitiva, daba saltitos sin criterio. Enfoqué la mirada hacia la presa. Ahí debería haber desconfiado de lo que se escapaba a mi tamaño (la ardillita), pero sin necesidad de teorías me lancé hacia ella instintivamente y, cuando el golpe de mi zarpa la iba a capturar, un alambrado de púas (invisible en carrera) me detuvo en seco y por la cara. O sea: me quedé con la cara clavada en una línea de alambrado.
(Ahora podría despotricar un buen rato contra esas alambradas para cabras instaladas y abandonadas por cabrones).
¡Bieeen!, exclamaréis algunos, ya era hora de que las ardillas tomaran venganza de tanta persecución. Pero, enganchado por el rostro (y convencido por la lectura de los periódicos de que la crisis es oportunidad), empecé a comprender y ratificar varias cosas, quizá por este orden:
-La templanza de Pilar, Asun y Ángel, que me desclavaron.
-Que había arruinado el picnic imaginado para esa tarde con una botella de Uxmal y otra de Late Harvest (Concha y Toro).
-Que la medida del contacto físico seguirá siendo para mí la antropológica.
Después, pasado de pleno derecho a la generación del 2.0 (con un punto de hilo y otro de papel), Asun, Ángel y yo comimos salchichas y bebimos cervezas Salvátor en San Sebastián.
P.D.: Por cierto, si alguien me ve y os pregunta… Que dejé el jabalí destrozado en el cuerpo a cuerpo.
P.D.2: Y canturreo.
P.D.3: Y no penséis que lo de la ardilla es una cosa nueva...
viernes, agosto 27, 2010
Para engrosar el acervo identitario uruguayo
Aceptémoslo:
-Carlos Gardel era uruguayo;
-la "primer" Unidad Coronaria Móvil (UCM) fue uruguaya;
-el "ta" es un aporte fundamental a la lengua española;
-el mejor dulce de leche es uruguayo;
-Forlán (el Diego uruguayo) es el mejor jugador de fútbol del mundo;
-el mejor Tannat del mundo es uruguayo.
-Brasil y España distan unos pasos en Montevideo (cuando se trata de bulevares).
-las mejores mollejas con salsa de tres mostazas las prepara Jimena.
Y añadamos el uruguayísimo RING RAJE como término para designar el toque gamberro de timbres en los portales seguido de la huida a la carrera.
Soberbio.
-Carlos Gardel era uruguayo;
-la "primer" Unidad Coronaria Móvil (UCM) fue uruguaya;
-el "ta" es un aporte fundamental a la lengua española;
-el mejor dulce de leche es uruguayo;
-Forlán (el Diego uruguayo) es el mejor jugador de fútbol del mundo;
-el mejor Tannat del mundo es uruguayo.
-Brasil y España distan unos pasos en Montevideo (cuando se trata de bulevares).
-las mejores mollejas con salsa de tres mostazas las prepara Jimena.
Y añadamos el uruguayísimo RING RAJE como término para designar el toque gamberro de timbres en los portales seguido de la huida a la carrera.
Soberbio.
sábado, agosto 21, 2010
El regreso a las salas de cine: esto no son cuatro críticas
BRIGADA A LOS MAGNÍFICOS NO HAY PLAN B ***
(Todos estos títulos se entremezclan en la cartelera).
Alguien gritó "¡acción!" y empezó el rodaje de la película. Así empezó y terminó también para el espectador, con acción. Película perfecta para cenar sin preocupaciones (sabes que los buenos ganarán y los malos perderán), recomendable para aquellos ya madurines que disfrutaron la serie de televisión. ¡Pero si no vieron la serie no hay problema!, la película se sostiene en sí misma. Un buen género para su subgénero.
EL ORIGEN **
Un consejo: no veáis El Origen después de un viaje en avión de once horas y un almuerzo carnívoro en Uruguay. A partir de aquí se comprenderá que diga cualquier cosa de esta película.
1. Que Leonardo Dicaprio me parece un actorazo a Pesar de Titánic.
2. Que algunas escenas de la película (una furgoneta que cae y no cae, por ejemplo) recuerdan el concepto de "presente iluminado" propio de Homero (el de la Grecia clásica, ojo).
3. Que yo sufrí con un argumento que me pareció idóneo para que los espectadores se sintieran listos al menos hasta la primera mitad de la película. No sé por qué, pero no me gustan esas películas que te hacen creer que eres listo.
AGENTE SALT ***
Una Angelinajolín castaña clara y espía de los EEUU pasa a ser espía asesina de un país inexistente (sería Rusia, pero ella es fiel a la URSS), y pasará ser otra cosa, y otra. La persiguen mucho, pero ella está en buena forma (aunque le queda la cabeza un poco grande con el cuerpo tan magro) y tiene tiempo para teñirse el pelo muy oscuro, que resalta más sus ojos. Angelinajolín muestra sus poderes: dispara con puntería, sube y baja paredes mejor que Spiderman, salta de camión a camión en marcha, apaliza a hombres armario, conduce un auto con descargas eléctricas sobre el conductor amarrado al volante... ¡Divina! Acción intensa y suficientes revueltas en el guión.
Apunte para mitómanos angelinajolinescos: ella no luce mucho cuerpo al desnudo, ¿será por el trabajo que da borrar sus tatuajes en las películas?
TOY STORY ****
No dan ganas de explicar nada. Un placer. Un guión eficaz, humor, personajes inolvidables (la pareja de Barbie y Kent son para dar de comer aparte). Tengo la costumbre de ver estas películas en horario infantil. Los niños aplaudieron felices al final. Yo entre ellos, claro.
P.D.: El título de esta entrada se explica desde lo personal. Estoy en Montevideo, y en Montevideo voy al cine.
P.D.2: He calificado con asteriscos, de uno a cinco.
(Todos estos títulos se entremezclan en la cartelera).
Alguien gritó "¡acción!" y empezó el rodaje de la película. Así empezó y terminó también para el espectador, con acción. Película perfecta para cenar sin preocupaciones (sabes que los buenos ganarán y los malos perderán), recomendable para aquellos ya madurines que disfrutaron la serie de televisión. ¡Pero si no vieron la serie no hay problema!, la película se sostiene en sí misma. Un buen género para su subgénero.
EL ORIGEN **
Un consejo: no veáis El Origen después de un viaje en avión de once horas y un almuerzo carnívoro en Uruguay. A partir de aquí se comprenderá que diga cualquier cosa de esta película.
1. Que Leonardo Dicaprio me parece un actorazo a Pesar de Titánic.
2. Que algunas escenas de la película (una furgoneta que cae y no cae, por ejemplo) recuerdan el concepto de "presente iluminado" propio de Homero (el de la Grecia clásica, ojo).
3. Que yo sufrí con un argumento que me pareció idóneo para que los espectadores se sintieran listos al menos hasta la primera mitad de la película. No sé por qué, pero no me gustan esas películas que te hacen creer que eres listo.
AGENTE SALT ***
Una Angelinajolín castaña clara y espía de los EEUU pasa a ser espía asesina de un país inexistente (sería Rusia, pero ella es fiel a la URSS), y pasará ser otra cosa, y otra. La persiguen mucho, pero ella está en buena forma (aunque le queda la cabeza un poco grande con el cuerpo tan magro) y tiene tiempo para teñirse el pelo muy oscuro, que resalta más sus ojos. Angelinajolín muestra sus poderes: dispara con puntería, sube y baja paredes mejor que Spiderman, salta de camión a camión en marcha, apaliza a hombres armario, conduce un auto con descargas eléctricas sobre el conductor amarrado al volante... ¡Divina! Acción intensa y suficientes revueltas en el guión.
Apunte para mitómanos angelinajolinescos: ella no luce mucho cuerpo al desnudo, ¿será por el trabajo que da borrar sus tatuajes en las películas?
TOY STORY ****
No dan ganas de explicar nada. Un placer. Un guión eficaz, humor, personajes inolvidables (la pareja de Barbie y Kent son para dar de comer aparte). Tengo la costumbre de ver estas películas en horario infantil. Los niños aplaudieron felices al final. Yo entre ellos, claro.
P.D.: El título de esta entrada se explica desde lo personal. Estoy en Montevideo, y en Montevideo voy al cine.
P.D.2: He calificado con asteriscos, de uno a cinco.
jueves, agosto 19, 2010
Después del condicional
Escucho a menudo en Montevideo cómo alguien avisa a otro: "Si no...". Luego hay unas palabras de por medio. Y termina así: "Perdiste". "Marchaste". "Estás en el horno". "Sos boleta".
P.D.: Y "Fuiste". Se lo agradezco a J.C.
P.D.: Y "Fuiste". Se lo agradezco a J.C.
miércoles, agosto 11, 2010
Pahor
Termino de leer Necrópolis (Anagrama, 2010) de Boris Pahor, esloveno trentino nacido en 1913. La edición está muy bien prologada por Claudio Magris, así que poco queda por añadir...
Es el testimonio de la memoria de alguien que padeció el sufrimiento extremo de los Lager.
Dicen que no es posible comunicar con la literatura el sufrimiento. Yo creo que sí (y no es una expresión de fe). Esta mañana terminaba Necrópolis emocionado. Sin duda, no puedo comprender aquel sufrimiento, pero hay un acercamiento. Y asomarse al sufrimiento ajeno, tratar de ponerse en el lugar del otro, para mí, es uno de los principales rasgos de la humanidad. Por eso estoy tan agradecido a Pahor.
Es el testimonio de la memoria de alguien que padeció el sufrimiento extremo de los Lager.
Dicen que no es posible comunicar con la literatura el sufrimiento. Yo creo que sí (y no es una expresión de fe). Esta mañana terminaba Necrópolis emocionado. Sin duda, no puedo comprender aquel sufrimiento, pero hay un acercamiento. Y asomarse al sufrimiento ajeno, tratar de ponerse en el lugar del otro, para mí, es uno de los principales rasgos de la humanidad. Por eso estoy tan agradecido a Pahor.
viernes, agosto 06, 2010
Con la A: Anie y Aspe
El descenso del Aspe entra en la roca caliza.
La autora de la fotografía anterior, funambulista caliza.
Lourdes, Pilar, Álvaro, Imanol C. y yo hicimos algunos deberes pendientes esta temporada con la A. El sábado 31 de julio ascendimos Anie (2.507); el domingo 1 de agosto, Aspe (2.645).
Así rompí la tradicional escapada montañera con Patxi a Respumoso en san Ignacio, para luego ascender cualquiercosa. Como Patxi sufre una tendinitis, optamos por las calizas de verano.
Lo de la A huele a comienzo (aunque no sé si habrá B, C, D...) y me sirve también para empezar a largar algo de lo que hablamos a menudo en la montaña. Parece que en Pirineos hay una preocupación tresmilera que se extiende entre los novatos. La gente quiere subir a lo más alto, y quiere subir rápido, ya. Yo, que soy de aprendizaje lento para todo en la vida, no entiendo muy bien esa precipitación, ese afán por estrenacumular tresmiles que, en muchos casos, lleva implícito un desprecio por los dosmiles (ni os cuento la frustración que produce un 2.900). Para mí es el inicio de una carrera a la que hay que poner una zancadilla rápida. Porque de los tresmiles se corre a los cuatromiles (Alpes, Atlas..., y de ahí...). En fin. Hay otras variables más allá de la altitud que complican las montañas. La más evidente es desde dónde la subes, el desnivel real salvado. Pero no sólo se juega con el desnivel... Esto se comprende por ejemplo en la subida a Anie (también conocido como Auñamendi). No tiene mucho desnivel desde el aparcamiento de la Piedra de San Martín, pero permite comprender que las subidas con tobogán castigan las piernas mucho más que otras ascensiones constantes, siempre hacia arriba.
Otro detalle que se experimenta en el Anie: el piso, te desgastas más cuando vas jugando a los equilibrios entre rocas anfractuosas.
Y otro más: las circunstancias del clima. (Este año, por ejemplo, Asun, Patxi y yo estuvimos épicos con ventolera de nieve en el Txamantxoia, ¡a 1.945 m de altitud!). El día de san Ignacio sufrimos el calor que reverbera en las calizas: un "tostaero". Por eso recomiendo el Anie para los días rasos de invierno, para evitar equilibrios cansinos entre las piedras, para no pasar calores, para subir por nieve dura con crampones.
Subimos el Aspe desde Rigüelo, un enclave excelente para alcanzar las montañas de la sierra de Aisa por la cara sur. Sí, se puede subir cómodamente desde Lizara, me diréis algunos. Pero entonces se sufre el tobogán, alcanzar el collado del Bozo para bajar y luego subir... llegar a la cumbre de Aspe desde Rigüelo cuesta menos de tres horas en verano con un esfuerzo exigente, pero constante: sólo se sube. Y así el cuerpo acompasa el ritmo, maneja mejor las fuerzas.
El calor en la primera mitad de la subida a Aspe fue insufrible, en una mañana densa, húmeda, sin un soplo de viento que levantara el sudor de la piel. A media subida se alivió esa sensación febril de encharcamiento. Pasamos por las calizas de aspecto lunar (parece que todos hemos paseado por la Luna, porque aceptamos como muy normal la comparación) y, desde la cima, bien frescos, vimos la cortina de agua de la tormenta sobre Jaca, y luego sobre Canfranc y Collarada. Y los rayos (unos suben y otros bajan, que de todo hay).
P.D.: Aisa es un buen sitio para repostar una cervecita, una cervezota, o lo que se tercie.
P.D.2: Pido disculpas por usar una palabra como anfractuosa, pero era exactamente la que necesitaba.
La autora de la fotografía anterior, funambulista caliza.
Lourdes, Pilar, Álvaro, Imanol C. y yo hicimos algunos deberes pendientes esta temporada con la A. El sábado 31 de julio ascendimos Anie (2.507); el domingo 1 de agosto, Aspe (2.645).
Así rompí la tradicional escapada montañera con Patxi a Respumoso en san Ignacio, para luego ascender cualquiercosa. Como Patxi sufre una tendinitis, optamos por las calizas de verano.
Lo de la A huele a comienzo (aunque no sé si habrá B, C, D...) y me sirve también para empezar a largar algo de lo que hablamos a menudo en la montaña. Parece que en Pirineos hay una preocupación tresmilera que se extiende entre los novatos. La gente quiere subir a lo más alto, y quiere subir rápido, ya. Yo, que soy de aprendizaje lento para todo en la vida, no entiendo muy bien esa precipitación, ese afán por estrenacumular tresmiles que, en muchos casos, lleva implícito un desprecio por los dosmiles (ni os cuento la frustración que produce un 2.900). Para mí es el inicio de una carrera a la que hay que poner una zancadilla rápida. Porque de los tresmiles se corre a los cuatromiles (Alpes, Atlas..., y de ahí...). En fin. Hay otras variables más allá de la altitud que complican las montañas. La más evidente es desde dónde la subes, el desnivel real salvado. Pero no sólo se juega con el desnivel... Esto se comprende por ejemplo en la subida a Anie (también conocido como Auñamendi). No tiene mucho desnivel desde el aparcamiento de la Piedra de San Martín, pero permite comprender que las subidas con tobogán castigan las piernas mucho más que otras ascensiones constantes, siempre hacia arriba.
Otro detalle que se experimenta en el Anie: el piso, te desgastas más cuando vas jugando a los equilibrios entre rocas anfractuosas.
Y otro más: las circunstancias del clima. (Este año, por ejemplo, Asun, Patxi y yo estuvimos épicos con ventolera de nieve en el Txamantxoia, ¡a 1.945 m de altitud!). El día de san Ignacio sufrimos el calor que reverbera en las calizas: un "tostaero". Por eso recomiendo el Anie para los días rasos de invierno, para evitar equilibrios cansinos entre las piedras, para no pasar calores, para subir por nieve dura con crampones.
Subimos el Aspe desde Rigüelo, un enclave excelente para alcanzar las montañas de la sierra de Aisa por la cara sur. Sí, se puede subir cómodamente desde Lizara, me diréis algunos. Pero entonces se sufre el tobogán, alcanzar el collado del Bozo para bajar y luego subir... llegar a la cumbre de Aspe desde Rigüelo cuesta menos de tres horas en verano con un esfuerzo exigente, pero constante: sólo se sube. Y así el cuerpo acompasa el ritmo, maneja mejor las fuerzas.
El calor en la primera mitad de la subida a Aspe fue insufrible, en una mañana densa, húmeda, sin un soplo de viento que levantara el sudor de la piel. A media subida se alivió esa sensación febril de encharcamiento. Pasamos por las calizas de aspecto lunar (parece que todos hemos paseado por la Luna, porque aceptamos como muy normal la comparación) y, desde la cima, bien frescos, vimos la cortina de agua de la tormenta sobre Jaca, y luego sobre Canfranc y Collarada. Y los rayos (unos suben y otros bajan, que de todo hay).
P.D.: Aisa es un buen sitio para repostar una cervecita, una cervezota, o lo que se tercie.
P.D.2: Pido disculpas por usar una palabra como anfractuosa, pero era exactamente la que necesitaba.
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